Lemonnier, P.
1986. The study of material culture today: toward an Anthropology of technical systems. Journal of Anthropological Archaeology 5. pp. 147-186.
1- propuesta de clasificación de técnicas y tecnofacturas, incidencia en el análisis artefactual.
El estudio de la cultura material hoy: Hacia una antropología de los sistemas técnicos.
Pierre Lemonnier
….aún en las técnicas más simples de cualquier sociedad primitiva adoptan un carácter de un sistema que puede ser analizado en los términos de un sistema más general. Las técnicas pueden ser consideradas como un grupo de elecciones significativas que cada sociedad, o cada periodo en el desarrollo de una sociedad, ha sido forzada a hacer, siendo compatibles o incompatibles con otras elecciones.
(Levi-Strauss 1974)
una verdadera antropología de la tecnología está simultáneamente tomando forma, la que considera a las técnicas en si mismas y no meramente a sus efectos materiales (sus resultados en la vida diaria de la gente) o únicamente en las circunstancias y consecuencias sociales de su aplicación (la organización de los participantes entre si mientras emplean las técnicas)
teoría del comportamiento estilístico, por ejemplo (Wiessner 1983, 1984), el alcance de la reflexión sobre la cultura material permanece restringido a unos pocos aspectos formales de unos pocos tipos de objetos. La distancia teórica y metodológica –pero también la cantidad de trabajo de campo requerida- es bastante grande, entre una breve pero fértil consideración como la de Sackett sobre ver “que diferentes grupos de personas en estilos isocrésticos alternativos de actividades como el faenamiento o la carpintería; y los comienzos de una demostración de como tales ideas pueden ser incorporadas exitosamente al estudio de la cultura material.
LA CULTURA MATERIAL VISTA POR EL ETNÓLOGO
los procesos técnicos de las sociedades primitivas, de hecho se han encontrado con tres tipos de tratamiento por parte de los etnólogos; 1)lo que no sea más que una dimensión socioeconómica muy general, 2)una descripción más o menos precisa considerada como un fin en si misma, el interés por el comportamiento técnico de una sociedad particular cesando al final de un capítulo dedicado a él, 3) consideraciones globales en la forma de una apreciación más o menos vaga de su “efectividad” o de las constricciones que producen sobre la vida social. Mas allá de muy pocas excepciones, es así con nunca encontramos ningún intento por relacionar las técnicas, en sus mayores aspectos materiales, directamente con las características de las sociedades que las desarrollaron.
el trabajo de Leroi-Gourhan viene al caso aquí. Presentando una clasificación de técnicas, entendidas como universales, derivadas de los tipos de acción sobre los materiales que se emplean, este autor ha establecido un marco teórico que es indispensable para todo aquél que se examine la naturaleza de las discontinuidades que se observan en la cultura material.
neoevolucionistas. Godelier ha notado que seguir a Service o a Sahalins en este tema, conduce a reagrupar en el mismo estadío formas de organización social y económica que son completamente heterogéneas. Esto crea las mayores dudas sobre el calor operacional de tales divisiones históricas o antropológicas.
la búsqueda de correspondencias entre el “nivel tecnológico” y el “estadío” de la organización socioeconómica, no parece conducir mas que a una teoría de las relaciones entre sistema tecnológico y sociedad tan simple y general, que rápidamente pierde todo interés. Otro reciente abordaje comparativo es ilustrado por trabajos que tratan sobre la distribución de “rasgos culturales”, sobretodo de rasgos tecnológicos, con la finalidad de definir estadísticamente a las “culturas” que corresponden a las diferentes asociaciones de estos diversos rasgos.
Las descripciones tecnológicas representan lo peor y lo mejor; lo mejor porque con frecuencia ellas constituyen el único testimonio del que dispondremos, de las prácticas que se encuentran extinguidas o lo están por ser. Lo peor, porque ninguna de ellas hace posible la reconstrucción de secuencias operativas precisas, no permitiendo así, más que una comparación o una comprensión intuitiva de los procesos involucrados
relativa consideración sobre las técnicas, por un lado en la “ecología cultural” y por el otro en la antropología económica de inspiración marxista, marcada por un interés creciente en las relaciones entre la cultura material y la sociedad.
Las técnicas son siempre por los que simplemente evaluamos la productividad y que no examinamos ulteriormente. Tomar en cuanta las técnicas, se convierte para aquellos que adscriben a este abordaje, en una apreciación del “nivel de fuerzas productivas” o en el mejor de los casos en la revelación de las “constricciones” técnicas estudiadas por sus efectos en las relaciones sociales.
UNA ANTROPOLOGÍA DE LAS TÉCNICAS
Esta es una sección muy hermosa, dedicada a todo aquél que sabe que los museos etnográficos están llenos de hermosos objetos etiquetados, y que todo antropólogo ha dedicado alguna vez un lugar en su libreta de notas a las descripciones sobre la preparación del fuego, la construcción de una casa, o el transporte de los niños. La mera existencia de por lo menos un capitulo dedicado a la cultura material en toda monografía tradicional, podría confirmar, si es necesario, el asombroso interés de los etnólogos por las técnicas de aquellos que estudian. Es un asombroso interés si comparamos los esfuerzos empleados para recoger información, con el uso inexistente que luego se les dio.
No sólo porque son importantes en si mismas, ni por sus efectos en la vida material de las sociedades o las relaciones sociales que hacen a su aplicación, que las técnicas son de interés para los antropólogos. Es porque ellas manifiestan las elecciones hechas por las sociedades a partir de un universo de posibilidades, que las técnicas en sus mayores aspectos materiales forman parte del ámbito de la antropología. Las frases de levi strauss al principio !!!!!
SOBRE LAS RELACIONES ENTRE SISTEMA TECNOLÓGICO Y SOCIEDAD.
Mauss llamaba técnica a “cualquier acto tradicional efectivo” (1968:371). Hemos visto que concretamente, las técnicas ponen en juego a los materiales, las secuencias de acción, las “herramientas” (incluyendo al cuerpo humano) y un conocimiento particular. Este último es, al mismo tiempo, el saber como hacer, las habilidades manuales, los procedimientos, pero también, como veremos un grupo de representaciones culturales sobre la “realidad”.
Las técnicas constituyen un sistema y lo hacen de tres maneras. En primer lugar, cada, técnica, definida arbitrariamente, es el locus de múltiples interacciones y de constantes ajustes entre sus elementos: sin el conocimiento de sus efectos, la herramienta no es nada. La acción misma es constantemente adaptada a las transformaciones del material, a las características de la herramienta, a la evolución del “know how”: el conocimiento tecnológico a su vez, rinde cuenta de la herramienta disponible, de la acción efectiva, del material trabajado, y así sucesivamente.
Además el uso que hacen ciertas técnicas de los productos de otras, así mismo como la existencia de secuencias operativas o de principios técnicos que tienen en común, crea entre ellas múltiples relaciones de interdependencia, que les confieren un carácter sistémico. Finalmente, veremos que las representaciones culturales de las técnicas de un grupo dado, y sobre todo su clasificación, aumentan su carácter sistémico.
En observación de variantes tecnológicas –las mismas representadas por las discontinuidades en la cultura material, cuyo estudio constituye la mayor parte de la arqueología, pero también, como veremos, de la antropología de las técnicas- a menudo designa diferentes realidades sociales
Por pertenecer al sistema de representaciones culturales de todo grupo humano, el conocimiento tecnológico constituye un tercer “puente” entre las técnicas y la sociedad. Este puente es a la vez el más evidente y más complejo. Si las sociedades “hacen elecciones” en un universo de posibles técnicas –muy a menudo elecciones inconcientes- estas necesariamente dejan rastros en los sistemas de representaciones, y las soluciones tecnológicas conservadas deben de alguna manera estar en armonía con estos últimos. (texto experimental de ceramica y silex)
El trabajo de la etnociencia ilustra la manera en que las representaciones sociales pueden ejercer un efecto en el comportamiento tecnológico: por ejemplo, toda clasificación del mundo vegetal, es también una clasificación de material potencial para la actividad tecnológica (4) ultima parte de la unidad.
Anticipo aquí la hipótesis, que el conocimiento o la reflexión indígena sobre las técnicas, es traducido por, entre otras cosas, clasificaciones implícitas o explícitas de los materiales tratados, de los procesos incumbentes, de los medios y herramientas empleados y de los resultados obtenidos, sin hablar de las representaciones de los roles de los actores. Estas clasificaciones aumentan el carácter sistémico presentado por las técnicas.
El hecho de que las elecciones técnicas de las sociedades están establecidas a través de “criterios” que no son materiales, pondrá problemas a todo aquél que avance la hipótesis de que la vida material, y sobretodo las relaciones entre los individuos durante las actividades de producción, juega un rol fundamental en el funcionamiento de las sociedades, empezando por el autor de estos párrafos. ¿Se puede sacar a la luz estas elecciones? Esto es lo que me propongo demostrar aquí con el ejemplo de los sistemas tecnológicos de los Anga de Nueva Guinea.
UNA MIRADA AL SISTEMA TECNOLOGICO DE LOS ANGA
Los Anga
Las tribus de los Anga se relacionan así mismo en la organización social. Son todas sociedades sin jefaturas y con clanes patrilineales tanto exogámicos como no exogámicos. En muchas de ellas (el grupo Kapua y los grupos de las tierras bajas en particular) la alianza, la guerra, la propiedad colectiva de la tierra o los ciclos de iniciación, hacen entrar en juego a unidades residenciales mayores que los clanes o los segmentos de linaje. Si en algunos grupos el intercambio de hermanas directo o diferido, domina las prácticas de alianza (Simbari, Baruya), los matrimonios acompañados por una compensación en pago (de cerdo, o un trozo del mismo, animales de caza, conchillas, bienes europeos y dinero) parecen ser la regla en otros.
Las discontinuidades de la cultura material, constituyen la materia prima para la antropología de las técnicas. Tomando como punto de partida a la cultura material de un grupo dado –sea éste un grupo profesional, una clase de edad, una clase social, etc, dentro de la misma tribu o una población aldeana, una tribu en particular o un grupo de tribus, un grupo lingüístico o una vasta región del mundo observamos que la mayoría de los rasgos tecnológicos presentes en este grupo, desaparece antes o después según el grado en que nos alejamos, sean o no reemplazados por otros rasgos más o menos equivalentes. La vaguedad del término “rasgo tecnológico” refleja intencionalmente aquí la diversidad de las situaciones encontradas y su escala.
“elecciones”: un rasgo que está ausente en una sociedad no le es desconocido, y podemos por lo tanto concluir que esta sociedad ha “elegido” no utilizarlo ni producirlo a favor de otro rasgo técnico.
Ocurre también que observamos la ausencia (o la presencia) de procesos tecnológicos enteros en ciertos grupos y no en otros, y no simplemente rasgos de detalle. Algunas de estas técnicas son genuinamente desconocidas allí donde no son utilizadas.
Ellos plantean el problema de las elecciones tecnológicas de la manera más clara. De hecho, la comprobación de la ausencia de un rasgo tecnológico, como los tres ejemplos siguientes, no es posible explicarla a través del fracaso de la difusión o de la invención local. No es por falta de conocimiento, sino más bien por elección, que un rasgo –aquí también enteros procesos tecnológicos- no aparece en el sistema tecnológico considerado, ya que es familiar a aquellos que no lo utilizan y a veces aún son descriptos y comentados.
El caso de las casas de los Anga, ilustra una vez más la elección casi arbitraria de una solución técnica particular por parte de uno o varios grupos.
Tales variaciones concomitantes no sorprenderían si los rasgos tecnológicos considerados, estuvieran ligados funcionalmente. Es lógico que la forma de un terrón de sal vegetal, por ejemplo, dependa directamente de la del molde donde se cristaliza, o que el tipo de herida inflingida en el animal de caza, esté ligada a la naturaleza de las trampas o de las armas usadas. Pero no hay nada semejante en el caso presente: los dos tipos de arcos anga pueden disparar cualquier tipo de flecha con la misma eficacia, y si presenta o no rebarbas no tiene relación con la sección del arco que las dispara.
diversidad de sets de trampas y usan segun elecciones algunas conocen muy bien que describen pero no las utilizan.
elecciones de puntas de flechas con muescas (el tipo de arco no incide, le puedo poner otro tipo de flecha , tambien de las tecnicas de trampeo, por herida del animal como ponen la trampa)
muy interesante lo que plantean en este post. Me gustaria profundizar en el tema habria alguna forma de acceder al texto de Lemonnier ?? esta en algun biblioteca virtual ?
ResponderBorrarhola mandame un mail a flores.pablo31@gmail.com yo lo tengo
BorrarHola, es interesantísimo el planteo de Lemonnier, pero me encuentro con el mismo problema que Guillermo arriba y no consigo el texto completo en ningun lado. Podrías enviarmelo por mail tambien? Desde ya gracias por compartir este trabajo.
ResponderBorrarhttps://drive.google.com/file/d/1DRkIKjs1rWy9dbkHBcRUGz6mY_0I5gim/view?usp=drivesdk
BorrarHola me podrían pasar el texto de lemonnier?
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