WHITE,
Tim
Una
vez eran caníbales (2003)
La
evidencia clara ha sido rara, pero ahora es claro que la práctica
del canibalismo está enraizada en nuestra historia. Representa el
‘ultimo tabú’ para muchos en la sociedades occidentales. La
comprensión antropológica del canibalismo ha sido poco clara e
incompleta para permitir, ya sea un descarte categórico, o una
apreciación más completa.
Hay
nueva evidencia científica que trae luz a la verdad. Antes del
paleolítico superior, el canibalismo podía encontrarse en distintas
personas, incluidos nuestros ancestros. Hay evidencias de huesos
humanos rotos, como en unas islas del pacifico del sudoeste
americano, que proporcionaron evidencias de canibalismo prehistórico.
Los
antropólogos han tratado de clasificar el canibalismo. Algunos lo
dividen según la filiación del consumido: endocanibalismo,
cuando se consume al interior del grupo; exocanibalismo,
consumo de externos al grupo; autocanibalismo, desde comerse
las uñas hasta a sí mismo, por tortura. Adicionalmente se clasifica
por las motivaciones del acto: canibalismo de supervivencia,
que deriva de hambrunas; o el canibalismo ritual: miembros de
una comunidad consumen a sus muertos para heredar cualidades y honrar
memoria; canibalismo patológico: criminales que consumen
victimas.
A
pesar de las distinciones, la mayoría de los antropólogos igualan
el término canibalismo con el consumo regular, fomentado
culturalmente, de carne humana.
La
exploración etnográfica tiene relatos de misioneros, militares,
viajeros y antropólogos de canibalismo en diferentes lugares (de
mesoamerica a isls del pacifico, o africa oriental). Son relatos
controversiales ya que los antropólogos solo participaron al final;
muchos relatos se toman de manera escéptica.
A
muchos restos prehistóricos también se los interpreto como
resultado de canibalismo. Los arqueólogos y antropólogos físicos
describieron a los A. africanus, H. erectus y H. neanderthalensis
como canibalisticos. Algunos creen que hay muchas evidencias en toda
la prehistoria.
Década
1980, hay críticas a esas conclusiones (Binford).
Estándares
de evidencias
La
arqueología es la forma primaria de investigar la existencia y
extensión del canibalismo humano. Desafío: la variedad de formas en
que se deposita a los muertos. A causa de esto, los estándares para
reconocer canibalismo son muy altos. Se confirma cuando los patrones
de procesamiento que se encuentran en los restos humanos son
semejantes a los que se encuentran en los de otros animales
consumidos para comida. Cuando el tejido se remueve, los huesos
retienen un registro del procesamiento, quedan cicatrices en los
huesos. La clave para reconocer el canibalismo es identificar los
patrones de procesamiento. Cuando los huesos humanos muestran
patrones de daños ligados a la carnicería pro toros humanos, la
inferencia de canibalismo se refuerza. Para juzgar los patrones se
puede basar en registro arqueológico asociado. Este sistema enfatiza
las líneas múltiples de daño osteológico y evidencia contextual.
Como el estándar para reconocerlo es muy alto, la mayoría de las
instancias de canibalismo pueden parar desapercibidas.
La
mejor evidencia de canibalismo prehistórico actual es del registro
del Sudoeste estadounidense, donde los arqueólogos han interpretado
docenas de conjuntos de restos humanos, también se encuentra en
Europa del neolítico y la edad de bronce. Aun en sitios europeos
tempranos hay evidencia.
Los
caníbales europeos tempranos
El
sitio más importante de Europa: Norte de España, la Sierra de
Atapuerca, donde la sección mas conocida es la Gran Dolina. Se
recupero evidencia de ocupación hace 800 ka Ap (H. antecessor)
mezclados con animales y líticos. Los huesos de homínidos tienen
huellas de carnicería con instrumentos líticos semejante al de los
animales cercanos. Es la evidencia más temprana de canibalismo
homínido.
También
hay evidencias entre los neandertales (35 – 150 ka ap), que fue muy
debatido. Los restos de Krapina extraídos rudamente y con difícil
interpretación. Recientemente análisis a huesos de Krapina y de
otra cueva croata Vindija, indican que el canibalismo fue practicado
en ambos sitios.
En
Francia, la cueva de Moula-Guercy tiene evidencia de hace 100 ka ap,
estudiada muy meticulosamente, que llevo a la conclusión de que el
canibalismo era practicado por algunos paleolíticos europeos.
Determinar la frecuencia y bajo qué condiciones es un desafío
difícil. Sin embargo, la frecuencia es sorprendente.
Sitios
más tempranos en el Sudoeste americano han alterado la forma de ver
a la cultura Anasazi. Se encontraron conjuntos inusuales de
esqueletos humanos quemados y rotos en Anasazi (Arizona, nuevo
mexico) con un patrón que sugiere canibalismo. Los entierros anasazi
muestran esqueletos enteros y vasijas, pero se han estado encontrando
sitios con restos humanos fragmentados enterrados, encontrados en
distintos asentamientos, contemporáneos al abandono de las
construcciones. Los huesos tienen evidencia de tostado antes de que
se remueva la carne. Muestran también golpes para extraer medula y
cerebro. La evidencia osteológica demuestra que se despellejaban y
tostaban, se separaban músculos, uniones, huesos largos rotos,
huesos esponjosos molidos y fragmentos circulados en vasijas
cerámicas.
Estos
resultados son controversiales. La oposición de centra en la
política, y en la sensibilidad del tema. Los datos más fuertes a
favor del canibalismo fueron publicados de sitios que datan del 1150
ad. Se hallaron residuos de mioglobina humana en una vasija de
cerámica y en heces antiguas. Entonces, los datos osteológicos,
arqueológicos y bioquímicos indican canibalismo prehistórico en
estos lugares.
Entendiendo
el canibalismo
Es
un desafío entender por qué tomo lugar. La gente generalmente como
porque está hambrienta, pero discernir más que eso requiere un
conocimiento no disponible para los arqueólogos. Aun en el caso de
los Anasazi es imposible determinar si el canibalismo resulto de
hambruna o estaba enraizado en creencias religiosas. Lo que se está
haciendo claro a través del refinamiento de la ciencia arqueológica
es que el canibalismo es parte de nuestro pasado colectivo.
Comentarios
Publicar un comentario