Primero va a hablar de que no existe una necesidad en la naturaleza,
la necesidad es algo que existe en la mente, no en los objetos, toma
esta idea de Hume.
Divide entonces las teóricas causales en dos, las primeras son las
de Hume y la que ella va a ejemplificar luego. Y la segunda es la de
Frazer, en donde se basan en la magia y en asociaciones subjetivas.
Va a hablar de lo que implica la causalidad, entonces, va a entender
esta casualidad dentro de un orden lógico interno de cada cultura:
“en algunas aldeas de Ceilan el hecho de que una mujer cocine
comida para un hombre es una afirmación publica de una relación
conyugal. Cocinar para el equivale a cohabitar con él ‘es su
cocinera’ equivale a ‘es su esposa’. Esta sinonimia no es en
ningún caso extraña para nosotros a causa de la coincidencia entre
nuestras costumbres y las suyas. La línea divisoria entre cocineras
y esposas carece de importancia. Los grandes misterios surgen cuando
se ignora la importante línea divisoria de significados”.
Lo que va a plantear es que se puede hacer un continuum
de sistemas sociales en uno de cuyos
extremos los elementos exteriores quedarían completa e
irremediablemente excluidos,
mientras que en el otro, a
través de varias modificaciones, si que se
los admitiría con pleno derecho como parte de la comunidad.
Cada punto del continuum tendrá su
correspondiente mundo natural, con
una forma característica de relacionarse con los seres híbridos y
anómalos.
Existen tantas clases de anomalía
como criterios de clasificación. Basta con hablar de
criaturas que muestran su morfología rasgos propias de más de
una clase, o rasgos insuficientes para que se los pueda asignar a
clase alguna y criaturas que en un principio pertenecen con bastante
claridad a una clase reconocida, pero o bien tienen las costumbres de
otra clase o bien se introducen en el medio de otra clase.
Para esto va a dar tres ejemplos
que van a marcar los extremos y el medio de este “continuum”.
Lele
Muchas anomalías son favorables y hacen un homenaje religioso al más
anómalo de todos, el PANGOLIN u hormiguero con escamas, que dispone
de características definitorias de las criaturas terrestres y
acuáticas, de los humanos y de los animales
El pangolín es el mediador por excelencia entre el mundo humano y el
mundo animal. La distancia que separa el clan matrilineal del grupo
de edad reproduce en escala menor la distancia primordial que separa
la cultura de la naturaleza. Los hombres-pangolín en la aldea y los
pangolines en el bosque ocupan posiciones homologas.
Los Lele son los más abiertos a alianzas con extranjeros mediante el
matrimonio. Han grabado en su memoria la conciencia del peligro
demográfico a que está sujeta la sección local del clan. Cada clan
honra al hombre que engendra sus miembros del sexo femenino. Una vez
que haya engendrado una hija, el clan de ésta le debe el derecho de
disponer en matrimonio de la hija de su hija. Por lo que tienen
derecho de cesión de la muchacha: el plan del padre de su padre, su
propio clan y el clan del padre de su madre.
La conclusión es que el culto del pangolín hacia regresar a la
aldea a cuñados que habían nacido en lugares distantes y que de
aquella forma reconstituía la relación del clan establecido con la
ladea. Las reglas matrimoniales con sus castigos y recompensas se
pueden encontrar grabadas en las categorías de la naturaleza.
El mundo humano esta divido entre quienes son vulnerables (mujeres.
Niños, hombres estériles), quienes atacan su fertilidad (los
hechiceros) y quienes los defienden contra la hechicería (los
adivinos).
Las reglas dividen el mundo animal en tres clases: animales
ordinarios, animales carnívoros, y animales-espíritu. Si una de sus
subespecies, por su conducta, entra dentro de la clase de los
animales espíritu, prestan atención especial y favorable a la
subclase anómala.
Karam
El CASUARIO en las plantaciones de taro era tabú para los Karam: una
imagen de los afines no dignos de confianza trasgresores de los
límites. La intensidad del sentimiento referente a amos animales
procedía de la intensidad con que estaban contenidas pasiones
violentas, pasiones que fluían de acuerdo con la misma disposición
que identificaba dichos animales con fases críticas de los asuntos
humanos.
Los Karam creen que el casuario es una criatura cuyos huevos no
pueden incubar y cuyas crías no crecerían, si tratasen de criarlas
en la aldea. En virtud de dichas reglas y creencia, siguen
clasificando dentro de la clase de las criaturas salvajes que se
cazan para aprovechar su carne. Cuando la caza tiene éxito, el
cazador que haya cobrado un casuario habrá de observar un período
de purificación, como si hubiese matado a un hombre. La regla coloca
al casuario, el perro y los marsupiales dentro del conjunto de los
humanos. Para los humanos asesinados hay previstos ritos completos,
para los animales matados no hay ritos, para el casuario, el perro y
el marsupial matados hay ritos modificados.
Los casuarios deben ser cazados sin derramar sangre. Las armas
puntiagudas no se pueden dirigir contra los parientes. Los humanos y
animales restantes no existen restricciones que regulen la forma de
matarlos. Cuando los karam can a cazar el casuario, han de usar una
lengua especial que evita los términos comunes. Se trata de la
lengua que usan para hablar a sus afines y primos cruzados. La lengua
está limitada exclusivamente al casuario y a los parientes.
La regla de la lengua especial se aplica también a la recolección
de la nuez de pandán. La palma del pandán aparece tratada como la
cosecha silvestre primordial, contrapeso de la cosecha cultivada
primordial, la del taro. Las reglas crean una situación de evitación
entre los animales de caza y las cosechas de alimentos humanos, de
una forma que recuerda la evitación entre los parientes políticos.
No plantan palmas de pandán y creen que no crecerían si lo
intentasen.
Esto (el casuario, el pandán) se relaciona con el hecho de que
dependen de la ayuda de los hijos de sus hermanas, pero siempre temen
que intentan apoderarse por la fuerza de sus tierras: la relación
entre primos fluctúa entre la dependencia estrecha, el riesgo de que
el primo intente apoderarse de la plantación de taro, y en último
caso, el miedo a que esté practicando la brujería y se convierta en
el enemigo al que haya que matar, pero con un instrumento sin punta
porque es un pariente.
Israelitas
Todos los híbridos y la mayoría de las mezclas eran abominables. El
aborrecimiento a los animales que se arrastran por el suelo forma
parte de una costumbre mas amplía por la que aborrecían a los seres
que no encajasen perfectamente dentro de sus categorías establecidas
de animales aéreos, acuáticos, terrestres. Y a su vez, esta formaba
parte de una pauta más amplia de comportamiento social que utilizaba
líneas divisorias muy claras y estrictas para distinguir dos clases
de seres humanos: los israelitas y los demás.
El cerdo figura dentro de la clase de criaturas abominables e
impuras, junto con la liebre, el conejo y el camello. Las razones
alegadas son las de que bien tienen la pezuña dividida en dos o
bien rumian, pero no presentan los dos rasgos al mismo tiempo.
No se toleran las anomalías. Cualquier ser vivo que aparezca
incoherentemente a través de las líneas de clasificación, en lugar
de dentro de ellas, queda firmemente marcado con la etiqueta de
anómalo y arrinconado en una subcategoría especial, excluida.
Reglas de matrimonio endogamas.
La clasificación de los animales
está teñida de poderosas preocupaciones
sociales, la taxonomía
organiza la naturaleza de forma que las categorías de animales
reflejen y refuercen las reglas sociales referentes al matrimonio y a
la residencia.
En cada uno de los mundos naturales
constituidos por la sociedad el contraste entre los hombres
y lo que no es hombre constituye una analogía del constaste entre el
miembro de la comunidad humana y el extranjero.
Es importante aclarar que MD toma
de Durkheim la idea de que las propiedades de los sistemas
clasificatorios derivan de las propiedades de los sistemas sociales
en que aparecen usadas.
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