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En el artículo va a tratar una serie de recopilaciones presentado en
encuentros bianuales del Instituto Australiano de Estudios
Aborígenes.
“Usos del pasado en la construcción de la identidad aborigen”
Ver a la aboriginalidad como no problemática ignora el proceso de
construcción cultural esencial para la resolución de las
relaciones euroastralianas y de los aborígenes entre si.
Aboriginalidad -->
construcción cultural. Formas en que los aborígenes
seleccionan su experiencia y herencia cultural para comunicar
identidad a los jóvenes.
Para conferir autenticidad se busca recuerdos de gente mayor, los
escritos antropológicos, los restos arqueológicos, las fuentes
documentales.
La recopilación no busca dar una definición de aboriginalidad, ni
definir quien es aborigen o quien no. Si, las formas mediante las que
la sociedad australiana ha mantenido y reproducido la noción de
aboriginalidad. Esta no puede entenderse simplemente como una
consecuencia simple y natural de la reproducción biológica
(continuidad basada en el principio de descendencia), algunos
descendientes de los habitantes originarios del continente han sido
declarados y se declararon no aborígenes.
La noción de aboriginalidad cambió a través del tiempo y de
acuerdo a contextos específicas (a veces ambigua y sujeta a
disputa).
Habla de la noción de COMUNIDAD IMAGINADA de los aborígenes, en la
mente de cada uno pervive el recuerdo de cosas compartidas y también
imagen lograda a través del olvido. El imaginar la comunidad, como
todo proceso cultural, se desarrolla bajo circunstancias
político-económicas específicas.
Lo anterior se puede ejemplificar con la propuesta de la corporación
minera del oeste de reservar el status “aborigen” a lo que
parecen ser racialmente puros y cuyo modo de vida puede considerarse
tradicional (el indio hiperreal, ¿no?).
Los trabajos australianos sobre aboriginalidad fueron escasos, y los
antropólogos fueron parte del proceso de construcción (como
asesores gubernamentales o trasmisores de la “verdad científica”).
La politización de estos estudios ha sido casi imposible, aunque la
influencia británica ha hecho que los australianos concentraran sus
esfuerzos en sistemas locales de relaciones sociales: en tanto
reclamo de tierras y asesoramiento de comunidades.
Berndt hablará la realidad de la vida aborigen tradicional (en tanto
experiencias al respecto) e ideas al respecto de quienes están por
fuera del sistema. También discute la tarea de crear una comunalidad
pan-aborigen a partir de una selección de elementos tradicionales.
Pero mas considerada fue la propuesta de Jones y Hill-Burnett,
pusieron en evidencia la ETNOGÉNESIS, proceso mediante
el cual surge la cultura común y la manera en la que se define, en
el cual la gente se convierte en un grupo. Retomando las tradiciones
culturales del pasado, las comunidades primero se conceptualizan y
luego se construyen. La ideología étnica es propiedad de una elite:
tal condición posibilita al gobierno nacional a ignorar la
diversidad en muchos casos. Mientras exista una identidad grupal
inclusiva, también existirá en la elite reflejando aspiraciones que
incluso pueden ser moldeadas por ajenos.
Los aborígenes no están, según los antes mencionados, en condición
de construir su aboriginalidad como les plazca.
Sally Weaver distingue entre:
- Etnicidad privada. Practicada en la vida cotidiana, definida por los grupos aborígenes, pero no por el estado nación. Es comportamental, situacional y heterogénea.
- Etnicidad publica. Forma parte de la cultura política del estado-nación. Simbólica y global en su aplicación, generalizante, y usualmente ignora a la privada.
- El poder del estado, que hace que la etnicidad privada vida a la sombra de la pública.
El proceso de construcción para estos autores se logra en diferentes
espacios cuyo producto puede resultar convergente, y también estar
sujeto a disputa. Las construcciones enfrentadas pueden ser vehículos
de intereses políticos y económicos que compiten.
Para los aborígenes, la etnicidad se funda en la UNICIDAD. La
aboriginalidad como forma de etnicidad posee rasgos distintivos: la
ocupación del territorio con anterioridad a la colonización y la
falta de una madre patria.
La identidad y los derechos de los aborígenes contemporáneos
dependen de que sean reconocidos como los que ocupaban el país antes
de la colonización. La noción de herencia cultural resulta menos
segura porque puede llegar a alejar a los aborígenes de sus
ancestros más que acercarlos. Langton ha señalado que en Australia
algunos antropólogos han llegado hasta a negar a sus miembros
cualquier diferencia cultural respecto de la mayoría. La
aboriginalidad ha sido construida en términos de la experiencia de
ser aborigen bajo condiciones coloniales, lo que los aborígenes son
apremiados a olvidar o analizar en beneficio de la armonía nacional
(se convierte en u pasado poblado de agentes reificados).
Las naciones y los grupos étnicos se autodefinen y son
definidos por otros en relación a un pasado que se convierte en su
pasado.
Berndt, propuso que la identidad aborigen real, debería construirse
en base a las opciones seleccionadas por los aborígenes a partir de
una serie de posibilidades presentadas por los antropólogos. No
obstante con el paso del tiempo, ninguna colaboración de este tipo
se ha dado.
Respecto de los efectos de la conquista de las “sociedades
primitivas” y la desarticulación colonial de sus religiones,
Taussig dice, que persisten las tradiciones que son testimonio, más
que de la resistencia, de imágenes míticas que reflejan y condenan
la apropiación experencial de la historia de la conquista.
En la aboriginalidad australiana ha habido múltiples voces, esta se
encuentra todavía en proceso de creación y puede tener muchas
definiciones que compiten por ser aceptadas.
Los aborígenes urbanos construyen su aboriginalidad en términos de
características contemporáneas.
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