Antropología Clásica: Las sociedades primitivas son sociedades sin
Estado. --> es decir que las sociedades
primitivas carecen algo, el Estado, que le sería necesario a toda
sociedad. Entonces, si carecen de algo, son incompletas, no son
sociedades, no son civiliozadas. Esta imposibilidad de pensar la
sociedad sin ek Estado es resultado de un enfoque etnocentrista que
define a las sociedades primitivas en términos negarivos, por lo que
carecen (además uno de los imperativos occidentales sostiene que la
sociedad se desarrolla abjo la sombra del Esatdo).
Antropología Clásica: las sociedades primitivas presentan una
economía de subsistencia (≠
economía de mercado --> excedentes).
Esta idea se basa en la suposición de que las sociedades primitivas
no producen excedentes porque son incapaces, dada su inferioridad
tecnológica.
Crítica de Clastres:
- No existe ninguna inferioridad tecnológica, ya que las sociedades primitivas demuestran ser capaces de satisfacer sus necesidades como las sociedades industriales. No existen jerarquías en el campo de la tecnología.
- La idea de que estas sociedades presentan una economía de subsistencia deriva de la suposición de que estas sociedades son perezosas (esta suposición, a su vez, deriva de un imperativo occidental que sostiene que hay que trabajar). Estas sociedades no presentaban una economía de subsistencia entendida como una economía en la que se utilizan todas las fuerzas productivas para satisfacer las necesidades básicas). En ellas no se utilizaba una gran cantidad de tiempo para conseguir los alimentos, entonces, si lo deseaban, podían acrecentar la producción de bienes materiales. ¿Por qué no lo hacían? Porque la creación de excedentes deriva de la imposición de una fuerza exterior, la cual está ausente en el mundo primitivo. En conclusión, “economía de subsistencia” es un concepto que no hace referencia a una carencia, a una incapacidad, sino al rechazo de un exceso inútil.
La economía no es una dimensión autónoma. Ella está ligada al
poder político, ya que la economía surge al mismo tiempo que el
poder político, una fuerza externa que representa el poder de
forzar, la capacidad de coerción. Cuando surge el poder político y
con él la economía, también aparece el trabajo como trabajo
alienado. En las sociedades con economía de subsistencia no existe
este tipo de trabajo, ya que predomina la igualdad y, entonces, los
hombres son dueños de su actividad y producen para sí mismos. Por
el contrario, en las sociedades con un trabajo alienado la actividad
productiva de los hombres está destinada a los demás, anulándose
de este modo el intercambio y la reciprocidad. Consecuencia del
surgimiento de la economía: sociedad de dominados y dominantes
En las sociedades primitivas la economía no es política. Por lo
tanto, estas sociedades no tienen economía por un rechazo a la
misma. Esto no significa que en estas sociedades no existe lo
político. Lo político no puede reducirse al ejerecicio de la
fuerza.
Lo político
Existen dos tipos principales de sociedad: las sociedades primitivas
(sin Estado) y las sociedades con Estado.
Vs. marxismo (cambios económicos en la subsistencia, permitieron el
origen del Estado). La economía no determina el ámbito político,
ya que se reconocen muchas sociedades en las que el cambio de su modo
de subsistencia no ha alterado su organización política. Es, por el
contrario, lo político que determina lo económico. El surgimiento
de la economía, entendida como una economía de mercado,
caracterizada por la producción de excedentes, implica el origen del
Estado.
Origen del Estado (=monopolio de la violencia física
legítima)
- División de la sociedad en clases antagónicas ligadas por relaciones de explotación.
- Pero el motor principal que impulsa el surgimiento del Estado es la propiedad privada (el Estado surgiría luego, como representante y protector de aquella propiedad).
Sin embargo, ¿cómo podría surgir la propiedad en una sociedad
primitiva sin Estado en la que no se fomenta el deseo de la
sobreabundancia?
Condiciones de no aparición del Estado en las sociedades
primitivas:
El jefe de las tribus no es un jefe de Estado, como suponían muchos
antropólogos clásicos., ya que él no presenta ningún poder de
coerción, ninguna autoridad y la sociedad no le debe obediencia. Él
es sólo un líder, que ha conquistado su posición por el prestigio
social que posee (este prestigio debe ser siempre renovado con nuevos
actos). Este líder no recibe ofrendas como pago. Su función
consiste en restablecer el orden social. Para ello dispone sólo de
la persuasión, ya que la palabra del jefe no tiene fuerza de ley.
Este jefe no puede abusar de su posición, ya que la sociedad lo
somete a un régimen de vigilancia; la sociedad rechaza obedecer
normas impuestas por el líder. Además, ele jefe no desea perder su
prestigio social y, para ello, debe limitar sus intereses a los de la
sociedad.
A pesar de que la sociedad controla al líder y las posibilidades de
abusos, existe algo que escaparía al control social: la densidad.
Clastres señala la necesidad de realizar estudios sobre las posibles
relaciones que podrían existir entre la demografía y la densidad y
la forma de organización política, ya que para que una sociedad sea
primitiva es necesario que tenga una demografía reducida. Esto se
refleja en muchas sociedades tribales que se encuentran divididas en
una gran variedad de grupos que mantienen su autonomía. Esta
división impediría el surgimiento de un Estado, que es unificador.
Tupí guaraníes del S. XV: Profetas que incitan a la población a
abandonar las tierras ocupadas para trasladarse a tierras “sin
maldad” (revuelta “milenarista”). En realidad, en estas
sociedades, en las que habría aumentado la densidad demográfica,
los líderes habrían comenzado a adquirir cada vez mayor poder. Este
es un ejemplo de resistencia al poder político.
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