Argentina - Scattolin, Bugliani, Cortés, Pereyra Domingorena, Calo. - 2010 Una máscara de cobre de tres mil años. Estudios arqueometalúrgicos y comparaciones regionales
Presentan
una máscara del NOA, uno de los objetos de cobre más antiguos de la
región andina. Hablan de las condiciones de hallazgo, los fechados
RC, y de los resultados arqueometalurgicos. Contexto evidencias
tempranas de metalurgia de cobre en el área andina. Es la única,
por lo que se compara con mascaras de otros materiales.
Introducción
Aparece
una tumba con una máscara de metal en buena condición. La Quebrada
está ubicada en un paso material, que conecta la región puneña con
la valliserrana. Pudo ser una ruta privilegiada.
Bordo
Marcial, a más de 3100 msnm, es un asentamiento residencial, varias
estructuras de piedra conforman núcleos de habitaciones, corrales,
canchones, enterramientos.
Tumba
1 estructura de piedras chatas clavadas verticalmente siguiendo
una única línea levemente cóncava que rodeaba los restos humanos.
La recuperación de los restos óseos fue difícil por el sedimento
fino, duro y compacto. Los restos son de al menos 14 individuos, y
forman un osario. Varios huesos están verdosos por el contacto con
este metal. Un diente se fecho por AMS en 3001±49 años AP (AA82256,
1398-1054 años AC, calibrados, 2).
Presenta
las características y particularidades de esta pieza, y los
resultados de los análisis arqueometalúrgicos, y una comparación
con las otras máscaras prehispánicas del NOA.
La
máscara de bordo marcial: estudios arqueometalúrgicos
180
mm de alto, 150 mm de ancho y 1 mm de espesor. Leve convexidad.
Rasgos antropomorfos trabajados en altorrelieve. Boca: abertura
central rodeada de un relieve horizontal rectangular con vértices
redondeados. La nariz, se encuentra incompleta (postdeposit), pero su
realce se nota más. Ojos: dos orificios oblongos horizontales apenas
contorneados en relieve.
Tiene
9 perforaciones pequeñas circulares en los bordes. Un agujero cerca
del ojo izquierdo podía haber servido para una reparación.
Perforaciones sugieren que pudo sostenerse con cuerdas, o ser parte
de una pieza compuesta por otros materiales que no se conservaron.
Está
fracturada en varias partes, y recubierta por una capa de sedimento
consolidado, que mantiene unidos algunos
Fragmentos.
De removerla, se corre el riesgo de que la pieza pierda estabilidad y
se fracture aún más. Su integridad se relaciona al avance del
proceso natural de corrosión. Este proceso ya consumió mucho del
metal, reemplazándolo por una patina. No se pudo ver el
procedimiento de perforación, ni evidencia de métodos de
manufactura.
Se
usaron dos técnicas de microanálisis para determinar la composición
y técnicas de manufactura: espectroscopia dispersiva en energía
(EDS) y espectroscopia dispersiva en longitud de onda (WDS). Además,
se hicieron estudios de fluorescencia de rayos X.
Análisis
cualitativos EDS mostraron la presencia de cobre. Querían ver si
había estaño o arsénico, que indicaría aleaciones intencionales
para obtener bronces. Para esto se uso WDS, que tiene mayor
resolución. Se descarto la presencia de arsénico. De 10 mediciones,
solo una mostro presencia de estaño; si hay, está en cantidades muy
pequeñas, que no se detectan. Por eso se empleo la fluorescencia de
rayos X para detectarlo. Se descarto así la presencia de estaño. Se
puede decir que la máscara es, en esencia, de cobre. No podemos
afirmar si fue hecha con cobre nativo, o con un mineral combinado de
cobre.
Para
conocer el modo de manufactura se efectuaron estudios metalográficos
en dos pequeños sectores. Se removió la patina para exponer el
metal original (por pulido). La microestructura expuso granos de
recristalización de cobre con maclas de recocido; es típico de un
proceso de trabajado y recocido, por calentamientos y martillados del
material sucesivos.
En
síntesis, los estudios arqueometalúrgicos determinaron que el
constituyente químico de la máscara de Bordo Marcial es cobre puro
o de muy baja aleación. El análisis metalográfico de la
microestructura demostró que la máscara fue confeccionada sobre una
lámina de cobre lograda mediante la deformación plástica del metal
por el proceso de martillado enfrío y recocido.
Evidencias
tempranas de trabajo en metales
Es
uno de los dos objetos de cobre más antiguos del NOA. El otro es un
pendiente de la Tumba 2 de Bordo Marcial, en la que yace un individuo
de entre 8 y 12 años, con una cuenta de collar. Dispersos están los
Fr. de hueso de otros tres individuos y el pendiente metálico. El
niño se dato en 3057±50 años AP, edad estadísticamente idéntica
a la datación de la Tumba 1.
Las
dos sepulturas forman parte de un paisaje funerario, constituido a lo
largo de dos milenios, que da cuenta de variaciones históricas en
los modos de enterrar. Las Tumbas 1 y 2 ocupan las zonas más altas
de la mesada; más abajo están los recintos de la aldea de Bordo
Marcial, con una disposición similar a la de la aldea vecina de
Cardonal. Cerca a ambos sitios hay tres áreas medanosas con
sepulturas. Se extrajeron muchas antigüedades del sitio (colección
Vázquez: muchas piezas de oro, pequeñas placas repujadas y otros
ornamentos). De la superficie del médano se recuperaron pequeños
fragmentos, uno de cobre y otro de oro laminado. Datación de una
tumba sin ajuar es de 1915±47 años AP. Hay más publicaciones de
objetos de oro similares en el mismo valle del Cajón, y de muchos
brazaletes de cobre. Lamentablemente, esas colecciones de metal no
tienen referencias del contexto de asociación ni fechados, por lo
que las comparaciones son muy limitadas.
Sitio
Yutopián, a 7 km de Tumba 1, de entre 1970±90 y 1600±80 años AP
(210 AC a 640 años DC cal), tiene evidencias de familiaridad con el
trabajo en los metales.
La
presencia de objetos de metal, oro, cobre, vestigios de fundición y
herramientas de fabricación señalan al valle del Cajón como un
lugar destacado en la producción y el consumo de artefactos
metálicos. Fuente de materia prima más probable esta a 70 km, en
Capillitas.
Toda
esta área, junto con los valles vecinos de Santa María, Hualfín,
Andalgalá, Alamito y Ambato ha sido escenario de una larga tradición
de trabajo en metales. Lugar de desarrollo temprano de la metalurgia,
de invención de procedimientos novedosos, y productora de objetos de
alta calidad técnica y estilo distintivo.
La
máscara de Bordo Macial destaca por su cronología temprana.
Revisión
bibliográfica de arqueología de los andes: mencionan evidencias
tempranas de fundición de cobre en Wankarani (altiplano boliviano),
asociadas a fechado de entre 3160±110 y 2200±80 RC AP
contemporáneo a la máscara. Pero no tiene una publicación
detallada.
Hay
evidencias de cobre laminado en contextos igual de antiguos en Mina
Perdida, Valle del Lurín (Perú) entre 3120±130 y 3020±100 años
rc AP. Pero con laminillas, no intencionalmente formatizadas en una
forma reconocible, ni perforados. El trabajo más antiguo en oro del
área del Titicaca, de 3733±43 años rc AP.
Chile
– Tulán 55 restos de cobre triturado, fundido y martillado entre
3010±40 a 2700±100 años radiocarbónicos AP aproximadamente
contemporáneas de Bordo Marcial y de Mina Perdida en el Lurín.
En
el sitio Ramaditas se halló escoria de fundición de cobre y un
objeto de cobre fundido, con dataciones de 50 años AC,
aproximadamente contemporáneo y con similares evidencias de
fundición que las ya reportadas para el sitio Yutopián.
Este
cotejo de evidencias indica que la máscara y el pendiente se cuentan
entre los objetos terminados de cobre más antiguos de los Andes y
refuerza la tesis de que el área andina meridional constituyó un
centro de innovación del trabajo de los metales.
Una
entre otras máscaras
Como
es la única de cobre, se requiere de una evaluación en el contexto
de las otras máscaras del NOA y alrededores. Reúnen datos de 55
mascaras, 45 de piedras, 6 de metal (oro y plata) y cuatro de otros
materiales (cuero, resina, fibras, hueso, etc.). Tabla 1 (pag 12 a
18) se resume la información: material, dimensiones, procedencia,
cronología, contexto.
Todas
muestran rasgos faciales antropomorfos; y en ninguna hay rasgos
zoomorfos. Rasgos humanos: cejas, ojos, nariz y boca.
Piedra:
perforaciones de ojos y boca; varias de ellas aún conservan diseños
en pintura roja; carecen de procedencia conocida.
Del
resto, 18 son de Catamarca, 8 de Tucumán, una se Salta, y seis de
Jujuy. Las de la Quebrada de Humahuaca se distinguen por ser de metal
(oro y plata). No están datadas, pero se parecen a objetos de la
época expansiva de Tiwanaku en Titicaca (600-1000 DC), muy alejadas
temporalmente de nuestro ejemplar. Algunas piezas fueron muy
estudiadas, otras no tanto; algunas desaparecieron.
Máscaras
y tumbas
Las
máscaras que tienen información del contexto son menos de diez.
- Azampay, valle de Hualfín, una tumba de un niño, con una máscara de piedra sobre su cuerpo. Fechado en 2490±60 años RC AP.
- Cementerio 5 de La Ciénaga máscara de piedra sobre las piernas de un individuo, con cerámica tosca de “facie Diablo de Condorhuasi”.
- Loma Alta, Mascarilla sobre un piso de ocupación de 1600±120 AP, en un núcleo habitacional. Yavía al lado de una cavidad sin restos humanos, que puede haber sido usada como tumba en algún momento.
- Punta del Pabellón, Fuerte de Quilmes, mascaras de un contexto funerario de una
Urna,
con esqueleto de un infante y un collar de mastuerzo. Se fecharon
entre 2510±65 y 2455±75 RC AP.
- Quebrada de Humahuaca – mascaras metálicas (oro y plata) de contextos funerarios y asignadas a la “cultura o facie Isla”.
Importante
resaltar el extendido uso de máscaras de metal en contextos
funerarios posiblemente contemporáneos a estos hallazgos. De hecho,
las mascarillas de oro, plata y cobre fueron muy frecuentes en los
ricos atuendos mortuorios de sociedades como Moche, Sicán, Wari y
Nasca.
Hay
una evidencia que, aunque no es directamente comparable a la
excepcional mascara de cobre temprana, puede constituir el único
precedente de uso de lámina de cobre para una mascarilla. Es un
tratamiento particular de las momias Chinchorro, que llevaban los
rostros cubiertos con mascaras verdes, producto de suelos ricos en
cobre, o por corrosión de laminas ornamentales. Las momias son de
entre ca. 8000 y 1500 años calendáricos AC pero desconocemos si las
particulares momias con máscaras faciales verdes han sido datadas
Todas
las máscaras fueron depositadas con relación a prácticas
funerarias (fue su último evento de uso, pueden haberse usado de
otra forma antes). Esto se extendió por distintas épocas, es una
constante a través del tiempo. Sin embargo, la singularidad de los
hallazgos los vuelve inconmensurables. Las significaciones asociadas
a esta práctica deben ser evaluadas con referencia a la
particularidad espacial y temporal de las sociedades que las
produjeron.
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