Colaboraciones:
Débora Cantor, Variaciones para educar adolescentes y
jóvenes
“Rasgos de las nuevas adolescencias y juventudes”
¿Por qué se puede hablar de “nuevas adolescencias”?
-los adolescentes y los jóvenes siempre fueron lo “nuevo”, el
recambio. Todas las épocas tuvieron a estas adolescencias y
juventudes novedosas
-sin embargo, hoy hay novedades específicas: “lo nuevo que
atraviesa a nuestros nuevos”
brecha socioeconómica entre los nuevos y la brecha cultural sin
precedentes entre diferentes generaciones contemporáneas
-los nuevos siempre resultaron extraños
pero ahora son vistos como hostiles e incluso peligrosos
“giro de los extraño a lo hostil”
-Cornu: “el cuerpo extranjero es también el del adolescente,
extraño para él y para los demás (…) Echar a ese cuerpo una
mirada que no lo vuelva extraño, que lo constituya como otro a quien
y con quien hablar, plantea el problema del lugar preparado a los
recién llegados en la institución de los social”
-adolescentes no es lo mismo que jóvenes
hay que explicar lo propio de cada uno (sobre todo en una época de
complejidad para definir en rangos etarios: ej. paternidad
adolescente).
-referencia a las culturas juveniles, consideración de lo joven para
transformar la propuesta educativa como más acogedora
Lo que omite el discurso centrado en lo joven
La adolescencia, en estos discursos que apelan exclusivamente a lo
joven, aparece excluida. ¿Por qué se apela a los jóvenes?
Distintas respuestas posibles: desdibujamiento de fronteras etarias;
las duras condiciones de vida vuelven jóvenes precozmente a los
adolescentes; entre otros.
Juventud habla de la sociedad de hoy y adolescencia
remite a instituciones y sujetos de otros tiempos.
Pareciera que la caída de la adolescencia a favor de la juventud
expresa el reconocimiento de la asociación intrínseca entre escuela
media y adolescencia, ya que a la hora de crear dispositivos
que procuran dinamizar, abrir, cambiar el adentro escolar,
juventud viene a significar al afuera, lo extraescolar,
mientras que la adolescencia significa escuela, lo que
se está interpelando.
Se percibe la categoría de adolescente como debilitada y agotada
como la escuela misma.
¿Se está reprimiendo algo en esta sustitución de términos?
Lo reprimido es la particular posición adulta que requiere la
adolescencia como momento de construcción de identidad. Es lo
concerniente al lugar del adulto-educador lo que queda diluido en
este desplazamiento. La adolescencia, como tiempo de la primera
gran reestructuración del aparato psíquico, requiere una presencia
otra que permita el pasaje a la no dependencia.
“la excesiva pasión de los educadores en colocar las
discusiones acerca de los alumnos de escuelas media en términos de
reconocimiento de los derechos de la juventud surge de la
especificidad de la adolescencia en tanto dimensión “reprimida”
y de la consecuente dilución de la responsabilidad adulta frente
a ella”
Nombrando joven a lo que es necesario identificar como
adolescente, se ve afectada una posición adulta sustentada en
el reconocimiento del trabajo psíquico que conlleva y define la
adolescencia.
los adolescentes precisan espacios de confrontación y ruptura
para construir su identidad, esto es, una posición adulta capaz de
ofrecer sostén porque ofrece acompañamiento en la construcción de
su subjetividad
Los sentidos del plural
“Algunos niños y niñas se vuelven infancia o adolescencia,
mientras que otros se vuelven menores, delincuentes,
marginales, excluidos, vulnerables, pobres”
para algunos, los conceptos; para
otros, las etiquetas.
En los márgenes, la vida se estrecha: de un lado está lo
inaccesible; del otro, el abismo.
Jóvenes como enemigo del orden social
importancia de los medios de comunicación; satanización de los
jóvenes pobres.
En las representaciones sociales de los jóvenes pobres y de los
jóvenes de sectores medios – altos, la brecha es inmensa
el plural (adolescencias, juventud) viene a denunciar que no hay
expresión singular capaz de albergar semejante desigualdad, y que
las diferencias aluden a la profundidad de sus marcas.
El plural significa también el cuestionamiento de las visiones
homogéneas todo enunciado en
singular conlleva un acto de exclusión; afirmar la naturaleza
adolescente o joven supone una normatividad que establece el
“deber ser”, clasificando a los sujetos.
El uso del plural tiene sentido si se discute las identidades
estáticas, definidas en torno a supuesto atributos naturales que
portan los sujetos. La identidad no es algo fijo y cristalizado.
Hay que tomar posición sobre los jóvenes y adolescentes más
desfavorecidos y la asignación de identidades devaluadas que
tuvieron sobre ellos las representaciones hegemónicas.
De estigmatizados a sujetos de derecho
Punto de partido considerar a los A
y J como sujetos de derecho
-ellos mismos no suelen verse como sujetos de derecho
-los derechos de niñas, niños y adolescentes fueron ganando espacio
en la agenda pública, pese a que la estigmatización mediática
creció
-adolescentes y jóvenes se miran en el espejo deformante que as
tienden lso adultos y construyen de ese modo una mala imagen de sí
mismos malestar propio por el
estigma de adolescente
-pensar la educación de las nuevas adolescencias y juventudes
implica pensar nuevos adultos
“Puntuaciones sobre consumos y producciones culturales de
adolescentes y jóvenes”
Hábitos y preferencias de adolescentes y jóvenes: teniendo en
cuenta qué prefieren o qué rechazan, ¿qué papel podemos
desempeñar los educadores?
Consumos y producciones culturales de adolescentes y jóvenes.
Importancia de las industrias culturales (cine, TV, música, medios)
en tanto factores clave en la construcción de identidades
individuales y colectivas.
Consumos culturales proceso de
apropiación activa de los bienes materiales y simbólicos
disponibles socialmente. Estos bienes no constituyen meramente
mercancías, sino que representan posibilidades de inscripción y
reconocimiento
Producciones culturales creación
de algo que hasta entonces no existía y porta la marca de su/s
autor/es
Consumos y producciones culturales: universo cultural de
los pibes, que configura también el territorio el y desde el cual
reciben nuestras propuestas, las auscultan, las aceptan, las rechazan
o las transforman. Un universo que en cierta medida compartimos y en
gran medida no podemos penetrar, y al que hay que conocer, aunque sea
en parte.
Frente a la mirada detractora de los códigos juveniles, se propone
un diálogo que evite el juicio rápido y descalificatorio.
El acceso desigual
La emergencia de los jóvenes se relaciona con el mercado de consumo.
El mercado diferencia, incluye y excluye a la hora del acceso.
Oferta cultural diversificada y capacidad de acceso a todo lo
disponible vs. Oferta cultural estrecha y precaria con
condiciones materiales que restringen la capacidad de acceso. Hay
que entender esto en el marco de relaciones de hegemonía y
subordinación.
El aislamiento agudiza las desigualdades. Muchas veces Internet es un
instrumento para salir del aislamiento.
Identidad y consumo
Las cuestiones relativas a la construcción de identidad se vinculan
cada vez más al consumo, en detrimento de las agencias
socializadoras tradicionales. En el caso de los adolescentes, el
acceso a ciertos bienes materiales y simbólicos se inscribe en el
proceso que supone una identidad en construcción.
El impacto del consumo de bienes materiales y simbólicos tiene
efectos no solo sobre la construcción de las identidades
individuales sino también en la conformación de comunidades
locales, nacionales y transnacionales.
Muchas veces hay una reelaboración de lo propio ante el predominio
de bienes y mensajes procedentes de una economía y una cultura
globalizada sentido de pertenencia
(frente a las comunidades transnacionales). En este sentido, unos
frecuentan circuitos centrales y hegemónicos y otros, redes
periféricas y subalternas. En este sentido, pibes de diferentes
sectores sociales tienen más en común con otros que viven y crecen
en lugares “lejanos” que con sus congéneres locales que
transitan otros circuitos.
Los bienes culturales no son solamente vehículos para la expresión
de las identidades juveniles, sino una dimensión constitutiva de
ellas son parte de su identidad.
Fuerte relación entre el consumo y la construcción de identidad
las mercancías no son simplemente objetivos de intercambio sino una
producción de estilos de vida, proceso que adquiere una visibilidad
notable entre adolescentes y jóvenes
“hacer existir” el cuerpo juvenil a través del acceso a ciertas
mercancías, es el objeto de ciertas empresas multinacionales.
¿Cómo nos posicionamos los educadores frente a la potencia de
ciertos consumos, de las pantallas y las tecnologías que avanzan? La
educación de A y J deberá reconocer estas condiciones como
escenario y punto de partida. Hay que evitar traccionar este
contexto hacia un pasado nuestro e idealizado. No hay que entender a
las innovaciones como perversiones y mera decadencia. Pero por
nuestra experiencia podemos advertir algunas cosas que creemos que
son valiosas y otras que no convienen tanto
hay que generar entornos en donde se pueda sostener lo que hacen y
también poder elegir otras cosas. La función de la transmisión
es dar cuenta del pasado y del presente (no solo del
pasado, no solo del presente).
Pantallas, información, comunicación
Efervescencia del mundo de las pantallas
-instrumento de protección y recurso para el ocultamiento
-generaron una nueva forma de comunicarse, de producir, de consumir y
de pertenecer
-frente al temor, la pantalla
-los nativos en este mundo son los pibes
-Derrida: el mundo de la informatización es un peligro para la
democracia (por la concentración de la información) así como una
oportunidad de democratización
-la realidad se aprehende y se habita desde otras coordenadas
¿Cómo afecta en la educación?
-“Los jóvenes de las pantallas no se interesan por nada”
falso: mirá el papel de la comunicación en la movilización de
estudiantes chilenos (curtite)
-Baumar nueva forma de entender las
conexiones sociales (liquidez) y las relaciones sociales
nuevas formas para la comunicación avanzan sobre las relaciones
institucionales obligando a repensar las posiciones de cada uno
-los pibes se piensan a sí mismos “en la red”
-alteraciones de las nociones de proximidad y distancia,
trastocamiento de las nociones de real y virtual,
mutaciones en las percepciones de adentro y afuera.
¿Qué pasa con el celular en las aulas?
es un modo de estar en el mundo, un terreno en el cual debemos
aprender a manejarnos.
Música, identidades y referencias
Los grupos giran en torno a ciertas actividades, valores y
territorios que, asociados a objetos, atuendos y accesorios,
contribuyen a configurar una estética que distingue lo propio de lo
ajeno.
La música es un elemento a menudo cooptado por el sistema
el mercado ejerce una enorme capacidad de absorción respecto de
aquello que adolescentes y jóvenes crean en los intersticios.
La adscripción identitaria es un proceso multifacético y cambiante
los jóvenes no son una sola cosa
sino que tampoco lo son de una vez y para siempre: nadie es, sino que
va siendo; los pibes ensayan formas de ser.
Las opciones y preferencias musicales también se configuran de
acuerdo a contextos y oportunidades
rock nacional como fenómeno de la clase media; cumbia villera como
producción de las periferias urbanas.
Narodowski (pág. 52): la cumbia villera ya no anida el germen de la
transformación social: “el pobre de antaño se construía como
contraventor natural de los códigos de una sociedad injusta,
mientras que el villero de la cumbia villera se construye como un
contraventor natural del código penal”
la solidaridad no es otra cosa que el aguante, y aguante
significa complicidad en la ilegalidad.
Discusiones teóricas sobre el origen y significado de la cumbia
villera y del rock nacional.
En el caso de los pibes más castigados, es importante abrir
horizontes y dar a conocer un abanico amplio de manifestaciones
culturales permite la entrada en
escena de referencias simbólicas que contribuyen a no tornar únicos
e inexorables aquellos contenidos y prácticas a los que pueden
empujar las condiciones de adversidad.
¿Abrir es cambiar o enriquecer? A
los jóvenes de clase media difícilmente se les ofrece las
producciones culturales de los marginados, mientras que las
producciones de las clases medias serán ofrecidas a los jóvenes de
los márgenes.
Propuestas, producciones y sentidos
Los J y A están inmersos en una pluralidad de prácticas, ofertas y
producciones culturales, donde los signos de época aparecen en
estilos y códigos comunes y en diferencias derivadas de la
fragmentación social. Todos constituyen espacios valiosos.
Esto desafía nuestra capacidad de promover experiencias convocantes
y relevantes.
-invitación a salir a otros relatos
ofrecer paréntesis a la cotidianeidad acuciantes (no significa
desconocer la realidad)
-constante preocupación por generar propuestas que guarden relación
con los deseos y con el universo de los pibes
“Adultos en jaque”
Repensar el lugar que ocupan los responsables de los procesos
educativos de jóvenes.
Parecería ser que adultos, J y A enfrentan el drama del hombre
sin guía.
Comentarios
Publicar un comentario