Americana 2 - Tantelan y Leiva 2011 - Los «Templos en U» del valle de Huaura, costa norcentral. Una aproximación preliminar a un problema monumental
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- Tantelan y Leiva 2011 - Los «Templos en U» del valle de Huaura,
costa norcentral. Una aproximación preliminar a un problema
monumental
Resumen
En
este artículo se describen y analizan los edificios con planta en
forma de U del valle bajo del río Huaura conocidos también como
Chacra Socorro o Huaura Antigua, ubicados en la actual provincia del
mismo nombre en el departamento de Lima, costa norcentral del Perú.
Estos edificios formarían parte de una tradición arquitectónica
monumental que se extendió por los valles de la costa central
durante la época Formativa Temprana (1800 ANE-900 ANE) y que
tendrían como función principal congregar una gran cantidad de
personas en sus plazas delimitadas por sus estructuras
arquitectónicas. De la definición y análisis de este patrón
arquitectónico han devenido una serie de explicaciones de las
sociedades que lo construyeron.
Palabras
clave:
costa
norcentral, época Formativa, Huaura, «Templo en U», arquitectura
monumental.
Introduccion
Todavía existen
varias problemáticas que necesitan ser comprendidas y analizadas
desde una perspectiva sistemática intra e intervalles. En ese
sentido, la investigación de la emergencia de los primeros edificios
monumentales en el periodo conocido como Arcaico Tardío o
Precerámico Tardío (3000 ANE-1800 ANE) ha convertido a esta época
en un tema de discusión sobresaliente (investigaciones de Ruth Shady
Solis en el proyecto Caral y que han estimulado un importante debate
que busca la comprensión de fenómenos sociales sincrónicos, en
esta area y areas vecinas).
Si
bien, la primacía del debate ha girado en torno a los edificios de
mayor antigüedad y volumen, se cree que fenómenos sociales
posteriores en valles vecinos también deben comenzar a ser
explicados en base a la investigación de su propia trayectoria
histórica, lo que contribuirá a obtener una visión diacrónica de
las sociedades de estos valles y, por consecuencia, de la región.
Por ello, resulta relevante comprender qué sucedió en el valle de
Huaura, un valle cercano al de Supe, donde también se ha registrado
la existencia de edificaciones asignables al ArcaicoTardío y al
Formativo Temprano, y que, de hecho, se reconoce como integrante de
un complejo o sistema de valles que conformarían una región o
unidad geográfica y arqueológica denominada «Costa Norcentral» ,
«Norte Chico» o «Área Fortaleza-Huaura» . Asimismo, se hace
necesario retomar la historia de las ocupaciones tempranas
sedentarias de este valle, puesto que las investigaciones en el valle
de Huaura han sido enfocadas sobre todo en los periodos
posformativos.
Por
lo anteriormente señalado, este artículo se centrará en la
problemática de la época denominada en la arqueología andina como
el Formativo Inferior o Temprano (1800 ANE-900 ANE), y asociada en
esta región con la tradición de “Templos U”.
- LOS «TEMPLOS EN U» DE LA COSTA CENTRAL Y NORCENTRAL: PROBLEMÁTICA Y PLANTEAMIENTOS
La
arquitectura monumental en los periodos tempranos (Arcaico Tardío y
Formativo) de la costa central peruana ha sido clasificada mediante
la definición de patrones arquitectónicos, los cuales reúnen
edificios con características morfológicas análogas dentro de
espacios geográficos amplios.
De
esta manera, se ha planteado la existencia de «tradiciones
arquitectónicas» como los «edificios de plataformas escalonadas
alineadas longitudinalmente» (tipo Las Haldas), los edificios del
«patrón Casma», los edificios «piramidales con plaza circular
hundida» (tipo Caral) y los «Templos en U». Algunas
interpretaciones funcionales de los sectores de estos edificios “U”
quedaron por definir. Otra cuestión muy importante por resolver
empíricamente es la historia de la construcción de estos edificios.
Otro tema importante y que se articula con el anterior corresponde a
la extensión espacial de dicha tradición arquitectónica.
De
hecho,
si
uno repasa la información existente para los edificios con planta en
forma deU de la costa central se da con la sorpresa que realmente
nuestro conocimientodel periodo Formativo de esta zona es bastante
reducido. Salvo el programa deinvestigación arqueológica de Richard
Burger (1992; 2009a) en el valle de Lurín.
- EL VALLE BAJO DEL RÍO HUAURA
Este
valle representa una unidad geográfica de mucha importancia en la
región natural Costa o Chala y Yunga. Este río nace en el nevado de
Raura, al noreste de la región Lima, entre los límites de Huánuco
y Pasco. Además de fuente de agua, en su incesante fluir se ha
abierto paso por entre las estribaciones andinas convirtiéndose en
un corredornatural que une la costa con la sierra y acerca a las
poblaciones que por ahí asciendena los Andes desde la costa con la
región amazónica en el área cercana del Paso de Oyón. Este valle
se caracteriza por presentar en su sección inferior un cono
deyectivo de regulares dimensiones, donde en la actualidad se
observan grandes extensiones de terrenos agrícolas.
Esto
ha modificado el paisaje puesto que en general se trata de una zona
desértica como se puede apreciar en la zona de Huacho o Végueta
que, salvo filtraciones de agua dulce o humedales, no posee mayores
ecosistemas aprovechables en tierra firme por los seres humanos. Por
eso, la construcción del paisaje actual, sobre todo mediante canales
de irrigación, puede haber comenzado muy temprano y haberse
incrementado desde la época formativa.
- LOS EDIFICIOS CON PLANTA EN FORMA DE U DEL VALLE BAJO DE HUAURA
Los
edificios con plantas en forma de U de Huaura, también conocidos
como la zona arqueológica de Chacra Socorro y/o Huaura Antigua, se
hallan ubicados en un área llana de la margen norte del valle bajo
del río, muy cercanos al cauce actual. La margen norte del valle en
esta zona es más elevada que la opuesta aunque, gracias a
canalizaciones río arriba, es cultivable. Así pues, ambos edificios
se hallan emplazados en un área que habría estado beneficiada por
el agua y asociada seguramente, a campos de cultivo sobre los que se
elevaban las estructuras.
Asimismo,
la elevación de esta margen supondría que los edificios cuentan con
una mayor visibilidad de las tierras circundantes y del río e,
incluso, del mar. Ambos edificios están orientados paralelamente al
cauce del río y los brazos están abiertos en un eje de unos 90°.
El Edificio A tiene mayores dimensiones, y el Edificio B está
ubicado detrás del montículo principal del Edificio A y al oeste
del mismo, de dimensiones menores. Ambos edificios mantienen la
composición típica de un edificio con planta en forma de U, es
decir, poseen dos plataformas paralelas o brazos que se unen en uno
de sus extremos a un montículo principal más elevado y abultado que
los laterales, lo que que genera un gran espacio delimitado
denominado plaza central. Alrededor de estos dos grandes edificios se
pueden observar otros montículos que formarían parte de otras
acumulaciones arquitectónicas y/o probablemente domésticas.
En
algunos cortes y en la parte superior de las estructuras se puede
observar que existen estructuras rectilíneas hechas con cantos
rodados y barro. Estos fueron notados tanto en los montículos
principales como en los brazos de ambos edificios.
La
acumulación de cantos rodados se podría deber, en primer lugar, a
un evento de «entierro» después de su abandono y, en segundo
lugar, a la acumulación de piedras extraídas de los campos de
cultivo de los alrededores y depositadas sobre los edificios hasta la
actualidad.
- Descripción del Edificio A; y
- Descripción del Edificio B (Ver en original desde pp13 a 15).
- Discusión cronológica de los edificios con planta en U de Huaura
En
una reciente síntesis de la arqueología de la costa nor central
llama la atención la inexistencia de fechados de la época Arcaica o
Precerámica Tardía relacionados con sitios arqueológicos ubicados
en la margen norte del valle de Huaura. De hecho, en esa publicación,
para todo el valle de Huaura solo se mencionan tres sitios tempranos:
Bandurria, Paraíso 1 y río Seco de León, todos ellos bastante
alejados del río Huaura.
La
primera muestra fechada (PUCP-53) arrojó una antigüedad de 9180±180
B. P., una fecha bastante antigua y que no correspondería con la
época en la que planteamos que se erigiría el edificio. La segunda
muestra fechada (PUCP-70) se dató en 3390±80 B. P., una fecha más
coherente y que colocaría al sitio en el periodo Formativo Temprano
(1800 a. C.-900 a. C.).
Por
otra parte, en nuestros recorridos por el sitio Chacra Socorro, tanto
en el Edifico A como en el Edificio B, no se ha observado una
cantidad significativa de cerámica formativa (salvo un borde de olla
sin cuello) que nos permita hacer una correlación estilística con
otros sitios formativos del área o región. Así que este indicador
cronológico relativo, aunque relevante, por ahora nos está vedado
hasta que realicemos excavaciones arqueológicas que asocien las
estructurasarquitectónicas con cerámica en uso. Así pues, se cree
que existen dos cuestiones muy importantes por definir en un futuro
cercano:
- El momento inicial de la construcción del sitio y
- 2) La historia de construcción de los Edificios A y B.
Con
respecto al momento inicial de construcción del sitio, a la espera
de más fechados radiocarbónicos, se puede plantear que por la
morfología, tecnología y ubicación en el paisaje descrito, ambos
edificios de la margen norte del valle de Huaura pertenecerían a la
tradición de edificios con planta en forma de U de la costa central
del Formativo Inferior
o
Temprano que ya Williams había definido en los años 1970 y que se
iniciaría a partir del 1800 a. C. Para la zona del valle de Huaura,
esto se daría posteriormente a las disturbaciones medioambientales
que marcaron el paisaje de esta zona a finales del Arcaico Tardío
entre los años 3800 y los 3600 cal B. P.
Independientemente
que esos procesos naturales hayan sido la causa del colapso de Caral
y otras sociedades contemporáneas, también hubo un gran cambio
social en el área de la costa norcentral a inicios de lo conocido
como el Formativo Inferior y el inicio y auge de la tradición de los
edificios con planta en forma de U. Es bastante probable que los
edificios con planta en U de Huaura sean la expresión de dichos
cambios sociales y de la nueva forma de vida en esta época donde, al
parecer, el mayor énfasis en la subsistencia y producción de
alimentos marinos, como por ejemplo en los sitios de Bandurria o
Vichama, se cambió por un modo de vida más enfocado en la
producción y consumo de alimentos vegetales gracias a la
agricultura.
Con
respecto a la historia o secuencia de la construcción de los
edificios, por el momento, se pueden plantear tres posibilidades a la
espera de las excavaciones y dataciones absolutas:
- El Edificio B fue el más temprano y, por tanto, la construcción del Edificio A fue posterior, creando un espacio para concentrar una mayor cantidad de personas en su plaza de mayores dimensiones;
- El Edificio A se construyó tempranamente y a este le siguió la construcción del Edificio B, un complejo mucho más restringido para concentrar una menor cantidad de personas; o,
- Ambos edificios (A y B) fueron construidos simultáneamente dándose una coexistencia de dos edificios morfológicamente similares, aunque con diferentes dimensiones, existiendo solamente una diferenciación funcional y no cronológica.
En
las posibilidades a) y b), señaladas anteriormente, no se puede
descartar que en algún momento ambos edificios (uno «nuevo» y otro
«viejo») funcionaran al mismo tiempo, como se dio en Chavín de
Huántar aunque no con las mismas implicancias de restricción social
que postula John Rick. Para no ir tan lejos ni alejarse demasiado del
tiempo donde se propone que se construyeron los edificios de Huaura
se podría remitir a otros edificios con planta en forma de U de la
costa central. Para nuestro conocimiento, existen edificios con
planta en U en el valle de Lurín como Mina Perdida y Parka que
distan algunos unos metros entre sí. Por ubicación espacial,
accesibilidad y volumen, nosotros nos inclinamos por la alternativa
b) en la que el Edificio A fue el edificio original en dicha zona y
que.
Luego
se comenzó a construir el segundo edificio en la parte posterior del
edificio principal. En ese sentido, resulta interesante que la plaza
principal del Edificio B se comunique directamente con la plaza
principal del Edificio A y también conduzca al montículo principal.
Por estas cuestiones espaciales, planteamos que el Edificio B se
construyó como complemento del Edificio A, de manera que este sirvió
como un espacio más restringido. En otras sociedades prehispánicas
se piensa que los edificios públicos con espacios más restringidos
reflejarían que la sociedad estáen un proceso de exclusión social
o de asimetría social, privando o restringiendo el acceso que antes
era inclusivo a espacios más exclusivos. No obstante, también
cabría la posibilidad que la construcción de un edificio más
pequeño pueda ser el reflejo de que la sociedad que construyó el
edificio más grande ya no pudo seguir manteniéndolo o que la plaza
de grandes dimensiones ya no fue necesaria.
- PLANTEAMIENTOS PRELIMINARES SOBRE LOS EDIFICIOS CON PLANTA EN FORMA DE U DEL VALLE DE HUAURA Y SUS IMPLICANCIAS PARA LA COSTA CENTRAL Y NORCENTRAL
Para
la mayoría de los que trabajan en los Andes centrales, la
monumentalidad ha sido entendida como un elemento fundamental para
establecer el grado de «civilización», «evolución» o
«complejidad» de las sociedades que las construyeron. De esta
manera, se planteó que las sociedades comenzaron a ser organizadas
según sus características arquitectónicas.
De
esta manera, el evolucionismo ha estado casi desde el comienzo detrás
de muchas explicaciones arqueológicas en el Perú. Incluso, esta
lógica evolutiva subyace en las representaciones materialistas
históricas donde, por ejemplo, desde una perspectiva economicista,
la sociedad se va complejizando mediante el desarrollo de las fuerzas
productivas (Lumbreras, 2005 [1996]). De esta manera, la emergencia
de un liderazgo en los Andes centrales, tanto paraalgunos arqueólogos
procesualistas como para algunos marxistas estaba fundamentada en la
economía de la sociedad. Resulta interesante que en ambas posturas,
teóricamente contrapuestas, los grupos dominantes («clases sociales
dominantes», «especialistas», «sacerdotes», «líderes
emergentes», big
men,
entrepreuners,
aggrandizers,
etc.) sean vistos como las únicos que pueden llevar adelante a una
sociedad y, por consecuencia, los inspiradores y/o responsables
principales de las construcciones monumentales. Es decir, la
existencia de un grupo social que se ha hecho con el poder político
y que utiliza la arquitectura monumental para recrear su posición
social. En ambos casos, este proceso siempre sería ascendente hasta
llegar a un estado pasando por un estadio intermedio, como por
ejemplo, una «jefatura».
A
su vez, desde su materialismo histórico, para Luis Lumbreras los
«Templos»
formativos
se explicaban debido a la existencia de un grupo de especialistas que
dirigían la sociedad gracias a su conocimiento astronómico o
religioso exclusivo y, por eso, marcarían la primera división
social del trabajo y establecería una contradicción social entre
campesinos y sacerdotes o especialistas religiosos. Estos últimos
serían los que dirigirían las ceremonias desde los montículos
principales como los edificios con planta en forma de U. En ambos
casos, una relación monumentalidad-complejidad social está
claramente expresada en la lógica explicativa colocando a los otros
miembros de la sociedad en una situación pasiva y/o dependiente con
respecto a los cambios que estaban ocurriendo en su propia sociedad.
Muchos de esos postulados ahora se cuestionan debido a que en el
periodo previo, el Arcaico Tardío, existiría una mayor «complejidad
social» e, incluso, un Estado. De esta manera, la visión del
periodo Formativo en la costa central ha variado y se explica de otra
manera la trayectoria histórica de las sociedades de los valles de
la costa central y, sobre todo norcentral, donde se dierondesarrollos
sociales importantes tan tempranamente aunque continuos.
En
este contexto, resulta interesante que para Richard Burger las
sociedades que construyeron los edificios con planta en U de Lurín
no tengan características estatales o de jefatura, sino que serían
más bien comunidades con ausencia de centralización y jerarquía
las que construyeron sus edificios por el agregamiento de materiales
en momentos concretos durante largos periodos de tiempo. Es decir,
los edificios con planta en forma de U de Lurín serían el producto
de prácticas comunales centralizadas en momentos concretos (y no
institucionalizados políticamente) como grandes reuniones periódicas
relacionadas con una ideología comunal y agraria.
Asimismo,
los edificios con planta en forma de U de Lurín no fueron las únicas
estructuras arquitectónicas construidas comunitariamente. Los
esfuerzos por resguardar estos espacios de reunión se materializaron
en la construcción de grandes muros con funciones de contención y
protección. De tal manera que la «monumentalidad» de los edificios
no tenga por qué identificarse (como planteaba Trigger, 1990) como
reflejo inmediato de la existencia de una elite que organizaba el
trabajo social. En el caso de Lurín se observa claramente la
coexistencia de edificios con planta en forma de U, una cuestión que
haría patente que esos edificios pertenecían a comunidades que
compartían espacios muy cercanos o eran visitados por grupos de
personas de otras comunidades cercanas o distantes.
Asimismo,
hay que recordar que en esta época además de los sitios
monumentales existían otros espacios arquitectónicos «no
monumentales» que los rodeaban, poco visibles en superficie.
Actualmente algunos se pueden apreciar como pequeños montículos y
otros se pueden recuperar mediante la excavación, como en el caso de
Cardal en el valle de Lurín. La comprobación de la existencia de
estos espacios es crucial para entender las prácticas sociales
relacionadas con el edificio principal y, por consiguiente, alejar la
imagen de nuestras mentes de edificios monumentales aislados en el
paisaje, y definir que no son solamente espacios religiosos y/o
rituales alejados de la vida «laica» o mundana principalmente.
Más
allá, de las limitaciones en su ubicación o preservación,
definitivamente es en esos espacios domésticos donde se darían la
mayoría de las prácticas socioparentales que suponen la base
social; es decir, unidades domésticas donde se da la producción y
reproducción de seres humanos y no en la arquitectura monumental
(aunque puedan estar muy cercanas a estas). Además, de las
diferentes prácticas que satisfacían las necesidades básicas de la
sociedad como el consumo de alimentos, también se darían prácticas
socioeconómicas como producción y/o transformación de materias
primas y eran esos productos los que ayudarían a que la sociedad
pueda mantenerse y relacionarse mediante objetos, que no son más que
el trabajo social encarnado de la comunidad. He ahí la importancia
de reconocer e investigar las características de estas sociedades
donde el parentesco básico se gestó y, posteriormente, se
proyectaría en las instituciones comunitarias. Si bien, por el
momento no se puede definir que prácticas sociales fueron las que
motivaron y mantuvieron los edificios con planta en forma de U de
Huaura, es plausible plantear que en esos edificios se daban,
prioritariamente, prácticas sociopolíticas y socioideológicas as
(como «residencia de los líderes», escenario para representar
performances,
hogar del «oráculo», axis
mundi,
etc.). Sin embargo, no pueden descartarse las prácticas
socioeconómicas, pues los edificios con planta en forma de U
conforman un lugar de reunión donde se concentran la distribución y
consumo de productos creados por la sociedad.
Independiente
mente de la definición de la función, del montículo principal, las
grandes plazas tienen como función principal la reunión de
personas, pues los brazos de estos complejos no «crecen» como
acumulación de estructuras arquitectónicas superpuestas sino son
proyectos públicos y no para el uso original de viviendas, de modo
que si se dieron estructuras arquitectónicas importantes y/o
alejadas de la vida doméstica o de una elite emergente esta se daría
en el montículo principal.
En
una época en que la agricultura es una solución a la necesidad de
reproducir las condiciones materiales de existencia de la sociedad
cobra sentido que los edificios principales de estas comunidades
tengan como referente máximo al agua, su principal fuente de
sustento, cuyo rol fue preponderante en la configuración de sus
espacios de reunión. Por consiguiente, los edificios con planta en U
son espacios de reunión donde se realizan prácticas
socioeconómicas, sociopolíticas y socioideológicas. Con respecto a
las prácticas socioideológicas, ingresando en uno de los diferentes
planos desde los cuales se puede interpretar a los edificios con
planta en forma de U,
la
existencia de dos edificios tan cercanos —como ocurre en Chacra
Socorro— podría estar indicándonos prácticas socioideológicas
dominantes en las que se podría vislumbrar la existencia de una
concepción o explicación metafísica dual del mundo. Esta
concepción ha sido explorada por Richard Burger y Lucy Salazar
(1994) para tiempos formativos,
donde plantean que ya existirían principios de «dualismo dinámico»
u «oposición dual», incluso en edificios con planta en forma de U,
contemporáneos con los de Huaral, como los de La Florida en el valle
del Rímac, el de Mina Perdida o el de Cardal en el valle de Lurín.
Así
pues, si bien el modelo de Richard Burger para la costa central
relacionadacon la tradición de edificios con planta en forma de U y
su «cultura Manchay» resulta seductor, todavía queda bastante por
definir empíricamente, pues, edificios con la misma apariencia
morfológica no tienen por qué suponer la existencia de las mismas
prácticas socioeconómicas y/o sociopolíticas en diferentes valles
con historias por conocer.
De
esta manera, en el valle de Huaura se hace un cambio: de la
construcción colectiva de edificaciones monumentales inmediatamente
relacionados con las tierras agrícolas y en espacios abiertos en los
cuales se convocaban a personas que compartían manifestaciones
ideológicas similares, a espacios arquitectónicos emplazados en
lugares de difícil acceso, como la cima de cerros improductivos
(agrícolamente hablando), con murallas perimétricas y con espacios
reducidos de habitación. Esto marca un dramático cambio en las
prácticas sociales que debe relacionarse con la existencia de algún
tipo de confrontación o conflicto social. Si esto ha sido una
respuesta a agresiones o intereses fácticos externos o parte del
conflicto social interno de la sociedad de Huaura, es algo que se
deberá investigar con mayores trabajos en el área.
- COMENTARIOS FINALES
En
ese sentido, los sitios de Huaura, tanto monumentales como no
monumentales, jugarán un rol importante en darle sentido histórico
a nuestras representaciones arqueológicas
futuras linias de investigación.
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