AUTOR: GEARY, Dick
TEXTO: “MOVIMIENTOS
OBREROS Y SOCIALISTAS EN AUROPA ANTES DE 1914”
NOTA: Partido Social
demócrata (SPD)
El conjunto de la clase obrera alemana antes de la Primera Guerra
Mundial era enormemente variado dependiendo del momento, de la
región, el oficio y el sexo; pero su situación ciertamente no
empeoró en los momentos en los que los sindicatos y el SPD
experimentaban un crecimiento sin precedentes. Es más, fueron
hombres relativamente acomodados (según los niveles de la clase
obrera) los que formaban la base de estos movimientos. L a ausencia
de los obreros menos cualificados en los sindicatos o en el Partido
Socialdemócrata no debe sorprender. Los trabajadores no cualificados
carecían de las tradiciones organizativas que en el caso de algunos
artesanos se remontaba a los tiempos de los gremios. Esta es una de
las razones por las que los sindicatos y el SPD eran más fuertes en
las antiguas ciudades industriales como Leipzig, Hamburgo y Berlín,
que en las ciudades nuevas y de rápida expansión del Ruhr. El hecho
de que los trabajadores no cualificados se incorporaran al mundo del
trabajo industrial con relativamente pocas expectativas, y de que
muchos procedieran de zonas rurales, de diversos tipos de entornos
familiares y ocupaciones, y de que en ocasiones hablaran diferentes
lenguas, contribuyó a que no fuera fácil la acción y la
organización colectivas. Las nuevas redes de comunicación las
construyeron individuos o grupos de trabajadores tremendamente
dispares que sólo tenían en común la experiencia del trabajo
(aunque esta experiencia solía situar a los trabajadores viejos
frente a los jóvenes cuando se cobraban primas, como ocurría en las
minas, o a los trabajadores cualificados que recibían incentivos
frente a los que no estaban que cobraban por horas) y su comunidad de
residencia. En efecto, la unidad se forjó sobre todo en el
vecindario a través de los intereses compartidos en relación con la
vivienda y el ocio común, y con frecuencia en la taberna; y para
superar la fragmentación y el seleccionalismo en el seno de la clase
obrera era necesaria la intervención activa del partido y del
sindicato. En este sentido, la solidaridad de clase nació en gran
medida como consecuencia natural de la industrialización. Algunos
historiadores alemanes han señalado también que la solidaridad de
se produjo exclusivamente a raíz de la aparición de un
“proletariado hereditario”, es decir, un proletariado que se
formó cuando obreros de diferente procedencia se casaron y
produjeron una segunda generación de trabajadores fabriles. Como
consecuencia de ello, solía haber un “lapso de tiempo” (Eric
Hobsbawm) entre la formación de la fuerza de trabajo industrial y su
posterior participación en las organizaciones del movimiento obrero.
Esto implica que el “desarraigo” asociado a la emigración y a la
transición de una sociedad rural a otra industrial constituyó un
freno más que un impulso para el éxito de la organización a corto
plazo: fueron los artesanos establecidos, no los emigrantes, los
primeros que se organizaron.
La debilidad de la fuerza de trabajo alemana, especialmente de sus
miembros menos cualificados, ante los patronos, constituye un factor
crucial que distingue la situación de Alemania de la de Gran
Bretaña. Ello facilitó la organización de los empresarios, que
adoptaron estrategias comunes para contrarrestar la organización
obrera. La industria alemana fue capaz de adoptar una serie de
estrategias para vincular a los obreros a sus empleos, para facilitar
así la acción industrial y para dificultar la organización
sindical. A través del “paternalismo” los patronos tenían como
objetivo atraer y mantener una fuerza de trabajo en condiciones de
alta rotación y, en ocasiones de escasez de mano de obra. Los
controles empresariales sobre el trabajo se vinieron abajo en las
revueltas revolucionarias que siguieron a la Primera Guerra Mundial,
entre 1918 y 1923.
El arquetipo de trabajador no cualificado y desorganizado era el de
sexo femenino. Esto no significa que ninguna mujer llegara a
organizarse. Las mujeres jugaron un importante papel al ayudar a sus
hombres a mantener piquetes y huelgas. Ahora bien, las trabajadoras
tenían más dificultades para organizarse sobre una base estable que
sus colegas varones. En primer lugar, ello puede explicarse en
términos que no hacen referencia al género, sino a la naturaleza
del trabajo de las mujeres: solían trabajar en oficios
geográficamente dispersos y por tanto de difícil comunicación.
Así, sus dificultades eran precisamente las mismas con las que se
topaban sus colegas sus colegas varones no cualificados: tenían poca
fuerza para negociar, eran fácilmente sustituibles y no poseían los
recursos para mantener una organización estable. La conclusión es
obvia: la mayor parte de las mujeres que trabajaban fuera de casa lo
hacían porque lo necesitaban. Para muchas el trabajo en la fabrica
no constituía sino estado de transición en su curso vital previo al
matrimonio. Este factor complicaba la dificultad de aquellas
organizaciones que querían reclutar mujeres y organizarlas sobre una
base estable. Estos argumentos pueden aplicarse a la movilización
tanto política como laboral de las mujeres. Sin embargo, factores
adicionales complican la explicación de la distancia que existía
entre el SPD y la mayor parte del género femenino en Alemania. Es
también probable que algunas mujeres fueran relegadas a un segundo
lugar por el sexismo supuestamente no oficial., aunque sin embargo
raspante, de los sindicalistas y miembros varones del partido. Los
sindicalistas continuaban acusando a las mujeres de “robar” los
puestos masculinos en tiempos de recesión. Entretanto, el mundo de
la socialdemocracia organizada era el de las tabernas, los clubes y
la masculinidad.
El surgimiento de las organizaciones colectivas de la clase obrera de
Alemania, antes de la Primera Guerra Mundial, no fue una consecuencia
inmediata o simple de los problemas y dificultades provocados por la
industrialización y que tales organizaciones fueron por lo general
feudo de varones cualificados. En este sentido, la experiencia de la
Alemania imperial difiere poco de la de otras naciones industriales.
El desarrollo de los sindicatos y la vida de las asociaciones de
clase obrera tienen una clara semejanza con los desarrollos acecidos
en otros lugares, al menos en lo que se refiere al sector industrial.
Lo realmente peculiar de Alemania fue, en primer lugar, la rapidez
con la que ciertos sectores de la clase trabajadora adoptaron una
política independiente y radical (en los años 1860), en segundo
lugar, el grado de apoyo prestado en los años posteriores al
movimiento socialista.
Geary sostiene que es necesario acentuar, el periodo entre 1878-1890,
debido a que el acoso sobre la organización del movimiento obrero no
se restringía a la esfera política, sino que se extendía al mundo
del conflicto industrial. Las diversas leyes evitaban la sindicación
de los trabajadores rurales, de los sirvientes domésticos y de los
trabajadores ferroviarios de Prusia. Las huelgas masivas padecieron
la intervención de la policía y de tropas armadas, como ocurrió en
las grandes huelgas mineras de 1889 y 1912, en las que se produjeron
muertes en los dos casos. Además, mientras que los trabajadores
franceses y británicos podían al menos culpar a gobiernos
democráticamente elegidos de las medidas políticas en contra de
ellos y tenían por tanto la esperanza de que el cambio de gobierno
produciría un cambio de política dictada por un aparato estatal
que, en lo esencial, no habían elegido.
La visión del Estado Imperial es tanto parcial, puesto que
ciertamente el Reich alemán no era tan represivo con la Rusia
zarista. Constituía un Estado gobernado por la ley y la
Constitución. Los ciudadanos podían acudir a los tribunales para
remediar los encarcelamientos injustos y, en alguna ocasión, estos
modificaron su sentencia y criticaron los excesos policiales.
Existían tribunales laborales a los que se podía acudir para que
mediaran en las dispuestas industriales. En 1914, aún no se habían
modificado las leyes y los sufragios discriminatorios. Los
representantes de los trabajadores quedaban excluidos de la toma de
decisiones, tanto a escala nacional como local. Fue esta exclusión
lo que generó un movimiento socialista de masas que exigía un
cambio social y económico cualitativo, incluso aunque algunos de sus
miembros no estuvieran muy seguros de lo que ese cambio significaba
en términos concretos.
El SPD y los Sindicatos Libres tuvieron enormes dificultades para
movilizar el apoyo de los obreros no cualificados, de las mujeres
trabajadores, de los sirvientes domésticos y de los trabajadores de
las industrias agropecuarias. Ambas siguieron siendo organizaciones
típicas de las grandes ciudades industriales de la Alemania
protestante, y se concentraron de manera desproporcionada en lugares
como Berlín, Hamburgo y Leipzig. No haberse ganado a los denominados
“obreros” de las pequeñas ciudades y pueblos de Alemania
significó un fracaso de enorme importancia: incluso en 1925, cerca
de la mitad de los que pertenecían a la categoría de “trabajadores”
en el censo de 10000 habitantes. Igualmente grave fue su incapacidad
para reclutar miembros de entre los trabajadores rurales.
La socialdemocracia alemana y el movimiento sindicar obtuvieron un
éxito limitado entre los trabajadores rurales antes de 1914. En el
Este los problemas de reclutamiento se agudizaron por las comunidades
deficientes, por el hecho de que muchos de los trabajadores eran
inmigrantes procedentes de Austria y Rusia, por las dificultades
lingüísticas y por el estrecho control que ejercían los grandes
terratenientes sobre sus trabajadores, a los que proporcionaban techo
y comida. Sólo entre los trabajadores agrarios en explotaciones
relativamente pequeñas hizo algún progreso el movimiento obrero,
pero tal caso se dio con poca frecuencia y solamente en las
inmediaciones de grandes ciudades industriales como Hamburgo. En
ocasiones, los artesanos rurales y quienes vivían en zonas rurales
pero trabajaban en fábricas urbanas, acercaban las ideas socialistas
a los pueblos. Pero normalmente las zonas rurales carecían de
organización obrera. Muy notable fue la incapacidad del SPD para
obtener el apoyo de los pequeños granjeros e incluso el de quienes
tenían motivos de queja contra los grandes terratenientes y se
encontraban con graves problemas económicos.
La falta de presencia socialista o sindical en la Alemania rural
durante el periodo imperial tuvo consecuencias de no poca
importancia, ya que aproximadamente un tercio de la fuerza de trabajo
asalariada vivía de la agricultura. Esta razón, junto con la
fragmentación de los trabajadores organizados y desorganizados
explica la cautela tanto de la socialdemocracia como de los
sindicatos alemanes antes de la Primera Guerra Mundial, en un mundo
en el que los trabajadores estaban aislados, divididos y se
enfrentaban a enemigos poderosos. Sin embargo, la paz relativa que
reinó entre 1913 y1914 demostró ser engañosa: cuatro años más
tarde muchos de los trabajadores que antes estaban desorganizados se
incorporaron a las filas de protesta.
ESTO
LO SAQUÉ DE APUNTES DE UN PROFESOR DE ECONOMÍA DEL CBC! NO LO LEÍ
TODO, PERO ESPERO QUE TE SIRVA, ME PARECE QUE ESTÁ BUENO. IGUAL
CONSIDERO QUE MI RESUMEN, HABLA BASTANTE BIEN DE ESTE TEMA.
DISFRUTALO (?) JAJAJA
- Movimientos
Obreros en Alemania (Geary)
Las organizaciones
obreras inglesas eran reformistas. Negociarán menos horas laborales,
leyes sociales, etc. El punto de partida del movimiento es muy
heterogéneo porque hay distintos tipos de trabajadores, calificados,
no calificados, artesanos, trabajadores domésticos, jornaleros, y
además porque esos trabajadores tienen distinto tipo de experiencia,
un origen regional diferente (como los irlandeses).
Todas estas
diferencias (que también ocurren en el caso alemán) dificultan la
posibilidad de formar una fuerza sindical, esa homogeneidad,
conciencia de clase. A medida del avance del tiempo en el caso inglés
esa solidaridad se va a ir dando a medida que avance la
industrialización y la urbanización, lo que afianza ese mismo
sentimiento de ser parte de ese colectivo (enfrentado a los intereses
de otras clases sociales). Esta cohesión también se fortalece con
las crisis, la represión del Estado, las condiciones laborales.
Se van a dar
sindicatos, sociedades de ayuda, diarios, etc. También hay una
emancipación cultural.
En Inglaterra se
funda el Partido Laborista (que no es netamente socialista), pero en
el caso alemán la formación de los partidos obreros empieza en
1860. Finalmente en 1890 se consolida el Partido Socialista (de
fuerte tendencia marxista).
El texto de la clase
de hoy parte mencionando la particularidad que en el caso alemán
existe un partido socialista bastante importante a principios del
siglo XX que claramente se diferencia con el resto de Europa. El
socialismo se extiende por Europa a partir de la mitad del siglo XIX,
y va a competir con otra corriente de izquierda como el anarquismo
(que va a tener presencia en España y también en Italia).
El socialismo de
raíz marxista tiene una presencia muy fuerte en Alemania. Alemania
va a ser el país en donde se piensa que se va a dar una revolución
comunista (debido a que Marx dijo que se iban a dar en un país
industrializado y con fuerte organización obrera; a pesar que
finalmente se terminan dando en países con poco componente obrero
como Rusia y China).
En Alemania hay un
cambio estructural donde se está produciendo una revolución
industrial, de expansión de la industria fabril, de urbanización,
de migración de la poblicación rural a las ciudades. Hay un
crecimiento del sector industrial y de servicios y disminuye el papel
principal del campo. Se encamina una sociedad moderna donde el sector
más dinámico de la Economía es la industria.
Lo que plantea el
autor es lo mismo que en el caso inglés: la dificultad principal de
la acción colectiva es la heterogeneidad de los distintos
trabajadores, de religión (el norte es más bien protestante y el
sur católico), de tradición cultural. Para 1914 la mitad de los
trabajadores industriales son la primera generación fabril. Hay
mucho hacinamiento, enfermedad, en la vida cotidiana de los obreros.
La otra
característica que menciona el autor es que este proceso industrial
es tardío pero acelerado, se da la producción de bienes de consumo
pero también de industria pesada. Se va a desarrollar la minería,
la siderurgia, la química, la mecánica, etc, las actividades que
van a tener un peso creciente en la industria. Alemania se convierte
en la primera potencia militar en Europa (en ejército terrestre).
Previo a este
desarrollo -y posterior predominio de la industria fabril- ya existen
organizaciones sindicales y socialistas. Estas organizaciones van a
ser impulsadas en un principio por los trabajadores calificados
(hecho que se da en general en los países), en parte porque tenían
mayor poder de negociación, pero además es que son amenazados por
no calificados en la medida que las técnicas y tecnologías cambien.
El trabajo calificado seguirá estando presente pero en algunos
rubros pueden empezar a verse amenazados. El autor insiste en que en
realidad el crecimiento de estas organizaciones para él no es
producto de la pobreza o de crisis económica, no son los obreros más
pobres los que empiezan estas organizaciones. Se va a dar en un
período de crecimiento económico. Esto se debe a que en las épocas
donde hay una crisis muy grande hay muchos riesgos de ser reprimidos
y/o reemplazados ante la cantidad de desempleados dispuestos a
trabajar por menos que los mismos trabajadores.
El movimiento obrero
en Alemania es más débil que el inglés.
La industrialización
alemana tiene un carácter de concentración de capital, lo que
otorga un poder muy fuerte a los empresarios de los sectores más
dinámicos. Por el otro lado la industria pesada es más dependiente
tecnológicamente que de la mano de obra. Facilita a los empresarios
tomar una serie de medidas: como los lock-out (cerrar las fábricas
por cierta cantidad de tiempo), las listas negras de obreros
conflictivos o socialistas, la creación de sindicatos amarillos (con
trabajadores con actitudes afines a la de los empresarios).
Por otro lado hay
otra vertiente de actitud empresarial que busca manejar a los
trabajadores a través de medios menos represivos, paternalismo, como
por ejemplo brindar viviendas, algún servicio de salud o educación,
ciertos niveles de protección para evitar los disturbios.
Se produce una
politización del movimiento obrero en Alemania, se van a formar
partidos que intentan expresar y representar a los trabajadores. En
el programa de Erfurt del 91' se alinea con ciertos principios del
marxismo.
Ya a fines de la
década del 90 algunos socialistas alemanes dicen que la plataforma
política no es creíble. Así aparece el Revisionismo (como
Bernstein). Frente a esta idea de que las crisis capitalistas van a
terminar con el mismo capitalismo, los Revisionistas dicen que el
capitalismo parece tener buena vida, se ve una expansión de la
economía, de la tecnología, del comercio, por lo que ese fin del
capitalismo se ve muy lejano. Bernstein dice que el proceso de
crecimiento económico muestra que los trabajadores están mejorando
su nivel de vida. Surge el proceso de un socialismo que se debe
alcanzar a través de reformas sin violencia a largo plazo. Por lo
cual forma parte del socialismo reformista.
En el seno del
Partido Socialista alemán se da la división entre estas dos
visiones, el lado más radical (marxista) y la otra vertiente que ve
la llegada a la misma meta pero de forma progresista y a largo plazo.
El autor menciona que hay la radicalización en el discurso y la
plataforma del partido; pero un reformismo que es lo que se encuentra
en la práctica misma.
El autor da tres
razones de por qué se radicaliza el movimiento obrero:
1) El papel
de la burguesía alemana: Lo que plantea es que esta burguesía
pensada en términos de clase media, profesionales, industriales,
comerciantes, que va surgiendo a lo largo del siglo XIX no va a
lograr imponer en Alemania una transformación en un sentido liberal
y democrático. Alemania va a seguir siendo un país con un fuerte
componente autoritario, conservador y militarista en donde la
presencia de los llamados "junkers" (familias propietarias
de la tierra) sigue siendo fuerte.
Estos
grupos van a terminar aceptando el modelo impuesto por el Canciller
Bismarck, a partir de 1860 apunta a consolidar la autoridad en busca
de solidificar a Alemania a través de la unificación nacional. Para
este proyecto se necesita mantener ese poder concentrado en su
figura, no necesita un parlamento para que lo dificulte en la toma de
decisiones (por ejemplo decisiones militares). Bismarck va a lograr
el apoyo de esta burguesía al proyecto, que olvide sus reclamos
liberales, constitucionales y democráticos en la medida que el mismo
les asegure: eliminar cualquier restricción al mercado nacional, que
el movimiento obrero va a ser disciplinado o controlado por el poder
político.
El
movimiento obrero queda aislado al no tener alianzas con sectores
medios progresistas que se han aliado al poder de los grandes grupos.
2) La
política de las empresas alemanas: las empresas con fuerte poder que
van a adoptar políticas de confrontación con los trabajadores, no
reconociendo sindicatos, creando listas negras, rechazando los
convenios colectivos de trabajo, etc.
3) La
"naturaleza del Estado imperial": con esto se refiere a la
actitud represivas del Estado, las leyes anti-socialistas de
Bismarck, pero además un sistema político en donde muchos estados
alemanes el sistema de representación no es 1 hombre = 1 voto, en
algunos Estados funcionan distintos "mecanismos" que
disminuyen el voto de los trabajadores. Una buena parte de los
trabajadores no pueden votar ni ser elegidos.
Y además
si bien el Partido Socialista obtiene una cantidad de bancas
importantes, el Parlamento tiene escaso poder ante el Poder Ejecutivo
(Emperador y ministros) que no responde al primero, lo cual
contribuye a radicalizar el movimiento.
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