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SIST 2 - GODELIER – “Antropología y economía. ¿Es posible la AE?

[03] GODELIER – “Antropología y economía. ¿Es posible la AE?

“Los Argonautas del Pacífico Sur” (1922) de Malinowski, estaba por entero dedicado al análisis de las relaciones económicas y de las formas de competencia y de intercambio de los habitantes de las islas Trobriand. Grandes antropólogos han acumulado múltiples informaciones sobre las distintas formas de propiedad y de trabajo que proporcionaban el conocimiento de las sociedades antiguas y medievales de oriente y occidente. Desde su punto de vista, estos datos debían suministrar los materiales para una teoría de la evolución de la humanidad, actualmente está de nuevo sobre el tapete una teoría de la evolución multilineal de la humanidad.

El problema de la AE no es una cuestión de hecho, sino de derecho. Y esta cuestión de derecho consiste en el verdadero papel, en la importancia relativa de las relaciones económicas en la lógica profunda del funcionamiento y la evolución de las sociedades humanas; se trata, de la cuestión de la relación entre economía, sociedad e historia. Esta cuestión teórica implica otra, epistemológica: la cuestión de las condiciones y modalidades de la práctica teórica que permite el conocimiento científico de las estructuras económicas de las sociedades estudiadas por los antropólogos.

Esta relación economía, sociedad e historia no puede dejarse de lado. Firth, por ejemplo dice: “la estructura política, dependía de las relaciones económicas específicas que nacían del sistema de control de los recursos. Y a estas relaciones estaban ligadas, a su vez, actividades e instituciones religiosas.”

Marx dice: “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su existencia; por el contrario, su existencia social determina su conciencia.”

Diferencias entre la aproximación funcionalista, la estructuralista y la marxista.

De la definición de lo económico.

Formalistas → la ciencia económica tiene por objeto el estudio del “comportamiento humano en tanto que relación entre unos fines y unos medios escasos que tienen usos alternativos.”

Substantivistas → entienden por economía de una sociedad las formas y las estructuras sociales de la producción, de la distribución y de la circulación de los bienes materiales que caracterizan a esta sociedad en un momento dado de su existencia

Marxistas → proponen analizar y explicar las formas y estructuras de los procesos de la vida material de las sociedades con la ayuda de los conceptos elaborados por Marx, de “modo de producción” y “formación económica y social”. Por mp entienden la combinación susceptible de reproducirse, de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción específicas que determinan la estructura y la forma del proceso de producción y de la circulación de los bienes materiales en el seno de una sociedad determinada. Suponen que a un mp determinado corresponden diversas formas concretas de relaciones políticas, ideológicas, etc., y designan igualmente al conjunto de estas relaciones económicas y sociales analizadas en su articulación específica con el nombre de mp. Además, como es frecuente que una sociedad concreta esté organizada sobre la base de varios mp’s articulados entre si de manera específica y con la dominación de cada uno de ellos, para designar a tales conjuntos articulados de mp’s se recurre a la noción de “formación económica y social”.

TESIS FORMALISTA → asigna a la AE el estudio de esa variedad de comportamientos humanos que consisten en combinar lo mejor posible unos medios determinados y escasos para conseguir fines específicos. De esta forma, la ciencia económica pierde todo objeto, ya que debería tratar, en último término, de cualquier actividad humana finalista, tanto si este fin es la acumulación de riquezas materiales como si es el poder político o el logro de la salvación sobrenatural. El análisis científico parte de fines y sistemas de valores de los que no puede explicar el origen ni el fundamento. Excluye de su campo las propiedades de los sistemas económicos y sociales que no son queridas, las propiedades objetivas pero intencionadas que, en última instancia determinan la lógica profunda y la evolución. Privada del contenido de las relaciones sociales, incapaz de incorporar su historia, se inviste de toda la vieja mitología del “homo economicus” que expresa y legitima la visión “burguesa” de la sociedad y de la “racionalidad” económica, entendida como maximización del beneficio de los individuos.

De hecho, no es difícil demostrar que en la práctica los formalistas abandonan su propia definición, y de hecho, estudian lo que es el objeto mismo de la ciencia económica según economistas clásicos y los substantivistas. → todo lo que parecía justificar una adhesión completa a la corriente formalista tradicional de los economistas desemboca, en una práctica y una conclusión teóricas que la matizan profundamente.
Teóricos de esta corriente, en la práctica, terminan realizando lo que defienden los substantivistas. Es una ingenuidad creer que la desigualdad social o la competencia comercial no existen o prácticamente no existen en la mayoría de las sociedades precapitalistas no occidentales.

Esta convergencia de hecho entre substantivistas y formalistas en el abandono, la modificación y la suavización de sus tesis, nos permite ya entrever que la querella sobre la definición de lo económico tiene mucho menos alcance del que le confieren sus protagonistas. Las dos corrientes son variedades del empirismo funcionalista que reina en la E y en la A. Las cosas son tal como aparecen, el salario es el precio del trabajo, el trabajo es un factor de la producción de otros, y en consecuencia que el valor de las mercancías no reside únicamente en el gasto de trabajo social, etc.
La diferencia, es que los substantivistas se niegan a aplicar al análisis de todos los sistemas económicos estas categorías, cuya utilización restringen al análisis de economías de mercado. Polanyi se une a Marx y crítica a los economistas que proyectan sobre todas las sociedades un punto de vista “mercantil” de la economía y de las relaciones sociales.
Polanyi propone una tipología general de los sistemas económicos. Distingue entre economías organizadas sobre mecanismos de “reciprocidad”, que expresan y dependen de las relaciones de parentesco; las economías organizadas sobre mecanismos de “redistribución”, con una autoridad central sobre los bienes recibidos de las unidades locales de producción a título de tributos u otras prestaciones, y por último las economías “integradas” por el funcionamiento de una institución a partir de ahora “desincrustada” de las relaciones sociales, políticas o de parentesco, “el mercado”.

Si se quiere comprender la lógica real de un sistema económico, se impone el principio metodológico a partir del análisis de la producción y no de la circulación de los bienes. Un segundo principio es que el análisis de un sistema económico no debe confundirse con la observación de sus aspectos visibles ni con la interpretación de las representaciones espontáneas que se hacen los agentes económicos propios de ese sistema que, mediante su actividad, lo reproducen.

Del campo y de los límites de la antropología

La A nace del descubrimiento del mundo no occidental por parte de Europa. Poco a poco se constituye un capo de estudio en torno a sociedades no occidentales que los historiadores abandonan. Se cedía a la A el estudio de todos los aspectos de la vida regional o aldeana que aparecían como supervivencias de modos de producción y de organización social precapitalistas y preindustriales, o que se remitían a particularidades étnicas y culturales muy antiguas, realidades que aparecían poco en la documentación escrita que examinan los historiadores y que exigían, además, la encuesta directa sobre el terreno. La tarea del antropólogo se vuelve reconstruir el cuadro más fiel y completo posible de las primeras etapas de la humanidad, por lo menos la parte de sus representantes que no habían dejado historia escrita.

Esta referencia a las condiciones del nacimiento y la constitución de los respectivos dominios de la historia y de la antropología era indispensable para comprender dos puntos esenciales: el primero se refiere a la gigantesca diversidad. El segundo punto es que debido a la lógica misma de sus condiciones de desarrollo, la historia ha aparecido como el nacimiento y la ciencia de la civilización y la antropología como el conocimiento de los bárbaros, los salvajes y las poblaciones rurales europeas que se han quedado retrasadas en estadios inferiores de civilización.
Contradicción inherente al oficio del antropólogo, ya que éste se consagra al estudio y reconstrucción mental de modos de vida y de sociedades que su propia sociedad transforma y destruye. Esta contradicción muestra que, paradójicamente, el antropólogo está más íntima y dramáticamente ligado a las contradicciones de la historia que se está haciendo, de la historia viva, que el historiador que estudia la historia ya hecha, un pasado del que siempre se conoce por adelantado el resultado y que inquieta menos por estar ya superado. El antropólogo se ve comprometido y obligado a tomar partido en la historia.
Lo que hace falta no es la constitución de una ideología sino de una “verdadera” ciencia de la historia y de sus necesidades. Desde nuestro punto de vista, el problema central de una ciencia de la historia consiste en explicar las condiciones de aparición de las distintas estructuras sociales y articuladas de forma determinada y específica, y de las condiciones de reproducción de transformaciones y de desaparición de estas estructuras y de su articulación.
Hace falta un método que permita analizar las estructuras y descubrir sus leyes de compatibilidad o de incompatibilidad recíproca y su eficacia concreta, histórica. Un método de tales características fue elaborado y aplicado por primera vez por Marx. “El modo de producción de la vida material condiciona en última instancia el proceso de la vida social, política e intelectual en general.”

Neo-funcionalismo de la “ecología cultural” y estructuralismo de LS. Estas dos corrientes se autodefinen materialistas. La primera quiere renovar el estudio de las sociedades considerándolas en cuanto partes de totalidades más amplias. Como el marxismo, esta corriente pone una especial atención en las bases materiales del funcionamiento de las sociedades. La segunda, también como el marxismo, rechaza los métodos del empirismo positivista y se esfuerza por dar cuenta de las realidades sociales en términos de estructuras.


GODELIER: - ¿Es posible una antropología económica?: Se interesa por la relación entre economía, sociedad e historia. Según él, hay que identificar e primer lugar el modo de producción social en la sociedad que se analiza e identificar los principios estructurales. Sistematiza, desde el materialismo histórico, críticas a las corrientes sustantivistas y formalistas. Los neomarxistas sostienen que la definición que dan los formalistas acerca de la economía es la del marginalismo, y rechazan esta postura, ya que su análisis se basa en la universalidad de las conductas humanas y la escasez de los medios. Esta postura no permite distinguir la actividad económica de otras actividades. Burling hace un acotamiento de un determinado momento y espacio, y cuando intenta especificar un sistema especial necesita de la economía. Godelier, sostiene que en la práctica, los formalistas abandonan su concepto de economía y aplican el concepto dado por los sustantivistas. Por otro lado, los neomarxistas consideran que la definición brindada por los sustantivistas, es la definición clásica de la economía y si bien no es falsa, es insuficiente, ya que las constataciones empíricas que proporciona, no poseen capacidad explicativa. Godelier sostiene que los análisis de los sustantivistas se quedan en los modelos de distribución pero no explican la producción, y lo importante no es esto, sino, aplicar el materialismo histórico en el análisis del modo de producción y de la superestructura ideológica y cultural. Sostiene que confunden el análisis del sistema económico con sus aspectos visibles, debido a la metodología empirista.
Los neomarxistas intentas aplicar los conceptos de modo de producción y formación social para el análisis de los procesos materiales de la vida social.

- Racionalidad e irracionalidad en economía: Godelier analiza el comportamiento racional de los agentes económicos del capitalismo (empresario, trabajador y consumidor). El empresario y el obrero, son dos categorías que cumplen funciones distintas, pero ambos son consumidores. Sostiene entonces, que hay dos categorías que se desarrollan simultáneamente: producción y consum


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