DID G (Probe-Soriano) - Tiramonti y Ziegler – La educación de las elites. Aspiraciones, estrategias y oportunidades.
Unidad
4: Los
sujetos en formación
Tiramonti
y Ziegler – La educación de las elites. Aspiraciones, estrategias
y oportunidades.
En
este capítulo se pretende mostrar cómo para las familias
pertenecientes a las “elites” -entendidas como sectores de clase
media alta propietarias y/o profesionales, con un capital social,
económico, cultural y simbólico, heredado y transmitido, pero
desgastado por las crisis económicas- la elección escolar se
constituye en una estrategia de vida para que sus hijos conserven o
recuperen el estatus familiar.
Para
pensar esto, son importantes los conceptos de “estrategias de
reproducción”, que evidencia el papel que tiene la escuela en la
consolidación de posiciones de privilegio, y “estrategias
familiares de vida”, centrado en los planes familiares para
satisfacer objetivos de corto, mediano y largo plazo en la vida.
En
diversas entrevistas desarrolladas, la elección de escuelas aparece
ligada a distintas necesidades familiares:
1)
El peso de la tradición o la elección de lo ya conocido, a partir
muchas veces de un pasado idealizado.
2)
La valoración del saber como fuente de seguridad, avalando una
“estrategia credencialista”, solidificando a la vez el concepto
de “esfuerzo” como base estructuradora de la experiencia escolar.
3)
Experiencias libertarias y experimentales, alejadas de las
convenciones dominantes.
4)
Una educación cosmopolita, con viajes y estadías en el exterior.
5)
La necesidad de regular el tiempo de los hijos, complementando el
horario escolar con actividades extraescolares, preocupándose por
alcanzar un ocio controlado y productivo a la vez.
6)
La concepción de la escuela como primer hogar en ausencia de los
padres, como un lugar de contención más que de cuidado.
El
texto puede pensarse como herramienta para pensar determinadas
exigencias que enfrenta la educación secundaria por parte de ciertos
sectores sociales que la integran y en base a eso, cómo se ha ido
construyendo cuando responde a esos pedidos y en qué medida deja de
responder a demandas de otros estamentos sociales.
Capítulo
5. Escuelas, acciones solidarias y la mirada sobre “los otros”
Las
transformaciones producidas en el marco de la nueva etapa de
acumulación y concentración del capital desembocaron en un notorio
incremento de las desigualdades sociales. Ligadas a dinámicas de
polarización y fragmentación de la sociedad, se estructuraron
nuevas formas de configuración social, así como patrones de
sociabilidad y de conformación de los diferentes sectores sociales.
En
el ideal de la modernidad, se planteaba que la elite estuvo
conformada por grupos minoritarios, que deliberadamente conducirían
el destino de los grupos mayoritarios de la sociedad. La elite habría
contemplado así la presencia de “otros” sobre los cuales ejercía
su influencia: la dominación tenía presente la necesidad de los
dominados. Los autores sostienen que este principio básico que hacía
posible las condiciones de dominación parece adquirir actualmente
nuevas dimensiones y dinámicas. Se analizará la mirada sobre la
otredad de los jóvenes que conformarán la futura clase dominante1
en Argentina. Asimismo se abordará el rol de las escuelas medias que
procuran formarlos y su contribución a convertir las diferencias
sociales en diferencias de estilos de vida que se naturalizan. El
análisis pretende aportar al debate sobre el lugar de la escuela en
el país y su contribución para generar y sostener los patrones de
dominación que la estructuran.
El
boom del voluntariado llega a las escuelas: el altruismo en los
programas extracurriculares
En
el marco de la profundización de la brecha social se advierten
nuevos posicionamientos de los sectores dominantes frente a la
pobreza. En los años ´90, en el marco de la consolidación por
parte del Estado de nuevas políticas de “contención social”,
surgieron nuevos agentes sociales como fundaciones privadas, ONG´s,
la Iglesia Católica, etc. Se producirá con ellos una exaltación
del voluntariado y de la
solidaridad privada
como una virtud de la consciencia moral de cada persona “desviando
la participación hacia formas
apolíticas” (p.126).
Lo púbico y lo político son sustituidos por iniciativas de buena
voluntad del sector privado transformando
los derechos en filantropía.
La
ayuda minimalista
Las
escuelas también se vieron involucradas en estas dinámicas de
gestión de lo social a través de sus programas
extracurriculares de voluntariado.
A partir de los discursos de los jóvenes que participan se construye
un otro,
identificado como “carenciado” o “necesitado” con el que
entran en contacto, dando lugar a posiciones de sujetos-objetos de la
filantropía. El voluntariado pasa a formar parte de un estilo
de vida entendido como
“formas de relación y pautas compartidas, sobre todo ligadas a los
hábitos de consumo y de ocio, promueven agrupaciones y crean
sentidos de pertenencia” (p.129). En este sentido, su participación
es una opción particular, una elección de vida. El “servicio”
de los jóvenes en estos programas plantea una distancia
con los que recibirán esta ayuda al tratarse de una relación
generalmente breve y esporádica sin una proyección a largo plazo.
Lo que se plantea es una ayuda
minimalista: la ayuda
que está al alcance, el “granito de arena”. A su vez, los
sentimientos
de compasión, frente a la situación del otro, se compensan con la
gratificación de la tarea realizada enalteciendo los valores
propios. De esta forma el placer interno por un acto individual se
transforma en altruismo
endocentrico: la mejora
de la condición del otro genera una gratificación para quien brinda
ayuda.
Entre
los voluntarios no se busca una explicación de las razones de la
pobreza y las necesidades insatisfechas como si éstas fueran
resultado de un azar en el que a cada uno le tocó vivir. Esto
produce un desdibujamiento
de la desigualdad social
donde el hecho de compartir un momento de satisfacción en
condiciones de cierta paridad deja en suspenso la distancia y la
marginación. Al no haber explicaciones se
corre la mirada de lo cívico y lo colectivo:
no se los ve como ciudadanos, como sujetos de derecho, sino como
destinatarios de la asistencia social.
Filantropía,
management y
gratificación
Algunas
propuestas institucionales se encuadran en dos tendencias actuales
que ha asumido la labor filantrópica en el marco del llamado “tercer
sector”. Se registran en los últimos años una explosión de
actividades, que además de la asistencia social exigen una formación
y capacitación específica en quienes la desarrollan. Bajo el lema
de “Responsabilidad social empresaria” las firmas multinacionales
iniciaron actividades de intervención social que han funcionado como
referencia para proyectos institucionales de algunas escuelas. Este
tipo de proyectos homologan el trabajo solidario a la gestión de
cualquier otro proyecto adaptado a las exigencias del mundo
globalizado y de la alta competitividad, como valores destacados por
la institución. Presentan un interés más allá de la labor
solidaria, orientado a la adquisición de saberes ligados al carácter
emprendedor y al management:
recaudación de fondos, marketing
para obtener donaciones,
venta de publicidades, etc.
Caridad
edulcorada
Otras
propuestas institucionales parten del discurso de la caridad como
principio vinculado a la acción religiosa y espiritual. A diferencia
del modelo anterior, el programa de la escuela se vincula a la
preparación religiosa como parte de las actividades que tiene que
desarrollar la juventud misionera. El intercambio que realizan se
centra en la prédica de la doctrina religiosa y la dimensión
espiritual. La relación con el prójimo y con la pobreza no se
menciona en el discurso de estos jóvenes, y pareciera que desempeñan
una labor, independientemente de quiénes son los destinatarios. Aquí
el discurso religioso más explícito de conmiseración hacia el
prójimo se encuentra erosionado y pareciera haber una caridad
edulcorada, ligada más bien a la dádiva.
Ojos
que no ven…:
¿Quiénes son los “otros” bajo los efectos de la segregación
En
los relatos sobre el propio futuro que desarrollan los jóvenes que
serán la futura clase dominante, se advierte que la gran mayoría se
propone ocupar posiciones de privilegio. En todos los casos se
representa un futuro individual, sin privaciones, en el que se han
esfumado los proyectos colectivos. Los “otros”, que resultaban
tangibles en el marco de la acción social, paradójicamente, se
desdibujan en el escenario futuro de los poderosos. Lo que prima es
una posición individualista que sostiene la fuente de gratificación
en la esfera privada, la libertad y la independencia.
Históricamente
los sectores dominantes han generado un modo
segregado de habitar la sociedad.
Ámbitos cerrados en donde desarrollaron una sociabilidad a partir de
la homogeneidad social y cultural, óptima para perpetuarse como
grupo social. Estos espacios segregados se han profundizado en las
últimas décadas. Desde la sociología se ha planteado que la falta
de contacto entre los grupos que conforman una sociedad abona
fenómenos de desorganización y falta de cohesión social, al mismo
tiempo que impide cuestionar las condiciones en que se desarrolla la
propia vida. Diferentes prácticas de segregación determinan las
nuevas formas de sociabilidad y de distancia entre los jóvenes en
condiciones de privilegio y el conjunto de la sociedad:
- La segregación como refugio frente a la intromisión de los extraños. El otro se presenta como más ajeno mientras más lejos está. Al entenderse la exclusión como si fuese un estado de ánimo personal o un sentimiento, antes que una condición. Si los otros se sienten necesitados o marginales, se niega cualquier tipo de responsabilidad sobre su precariedad. La segregación y el distanciamiento permite elevar una barrera protectora frente a la intromisión de los extraños que se prefiere evitar.
- La segregación para la distinción. Otra forma de distancia es establecer diferencias en el terreno del capital cultural. Ante una cultura legítima planteada por los cánones de la alta cultura, los “otros” encarnan la barbarie cultural como expresión de la decadencia y el gusto masivo.
- Los otros “conducibles”. Dos entrevistados plantean la cuestión de la responsabilidad hacia los “otros” a partir de su decisión de ejercer una posición dirigencial. Uno de ellos, con vocación en la conducción política, y el otro, a la conducción social desde el ámbito empresario alegando que dirigir una empresa es dirigir el país y el destino de mucha gente. Desde estos lugares se ejercen relaciones de poder y decisiones sobre el destino de los otros.
Ser
voluntarios suena a cosa pura, sustentada en el imaginario de la
prescindencia de la política, la ideología y los intereses de
clase. Este auge indiscriminado del voluntariado testimonia las
dificultades del Estado para garantizar los recursos y bienes
sociales básicos a la población excluida. En este contexto, la
búsqueda del interés propio y prosperidad material y los estilos de
vida segregados de estos jóvenes, les impiden cuestionar las
condiciones en que se desarrolla la propia vida. Estas nuevas formas
de intervención sobre lo social se inscriben en el marco de la
individualización, propia del capitalismo contemporáneo, y de las
nuevas formas de percibir la desigualdad y la distancia social por
las clases dirigentes.
“Construcción
y preservación del estatus: la elección escolar como estrategia
familiar de vida”
Las familias
de clase media-alta
utilizan estrategias de
vida para conservar o mejorar el estatus familiar.
Entre esas estrategias se encuentra la elección
escolar.
Elites:
sectores sociales que combinan capital económico, social, cultural y
simbólico. Esta combinación remite a posiciones que se heredan y se
transmiten con la finalidad de permanecer en ellas.
Es necesario dominar
las condiciones de
socialización de
los jóvenes y controlar
su educación.(→
en la Argentina se dificulta diferenciar las elites, por eso las
autoras hablan de estatus)
=> La socialización de los
jóvenes de las elites está altamente instituida y controlada =>
Se da el despliegue de un
conjunto de estrategias
Estrategias
familiares de vida
→ conjunto de comportamientos socialmente determinados a través de
los cuales los agentes sociales aseguran su reproducción biológica
y optimizan sus condiciones materiales y no materiales de existencia.
Elección de una escuela→
en esta elección se juega la posibilidad de sostener y/o aumentar un
conjunto de bienes materiales y simbólicos ya alcanzados →
es parte de una selección de trayectorias, experiencias y relaciones
que se espera que preserven el estatus alcanzado.
Elección ligada a
necesidades
familiares:
1) TRADICIÓN
→
ELECCIÓN POR LO “CONOCIDO”
→
preferencias educativas conservadoras que se caracterizan por la
reivindicación de un pasado percibido como ideal. Escuelas que
valoran el conocimiento, la disciplina, la moral. →
Repetición como práctica sostenedora del pasado
elección por las mismas
escuelas, de generación en generación,
donde los miembros de la familia pasan a ser parte de “la gran
familia escolar” → Da la sensación de pertenecer a un linaje,
pero que es artificial.
2) VALORACIÓN
DEL SABER COMO FUENTE DE SEGURIDAD
→ buscar una escuela que priorice los saberes
científicos y académicos
como parte de la formación integral de los jóvenes. Concepto de
“esfuerzo” como idea estructuradora de la experiencia escolar. El
éxito escolar se extrapola como éxito en la vida.
3) EXPERIENCIAS
LIBERTARIAS EN LA GENERACIÓN DEL “FLOWER POWER”
→ escuelas primarias experimentales que representaban una estética
de lo educativo en términos de libertad, creatividad, satisfacción
personal y acceso ilimitado al conocimiento, el arte y la cultura. →
Representaciones acerca de la naturaleza
performativa de los sistemas escolares:
elementos de domesticación, disciplinamiento y empobrecimiento
cultural.
La escuela aparece como una prolongación de lo familiar, inserto y
confundido con lo comunitario, lo cercano.
Cultura escolar basada en
la idea de libertad y autonomía.
Trabajo pedagógico orientado hacia la valoración de las
disposiciones creadoras, emancipadoras e innovadoras. → Padres y
madres interesadas en producir cierta predisposición estética, como
forma de inserción futura en el universo de la cultura.
Pero al momento de inscribir a los hijos en
escuelas secundarias: buscan experiencias escolares que permitan un
mayor contacto con “la vida real”.
4) LA
ESCUELA ES EL MUNDO
→ mayor importancia a la educación cosmopolita, con viajes y
estadías en el exterior.
Conjunto de aprendizajes que incluyen referencias culturales y
políticas universales y competencias en lenguas extranjeras.
Ofertas de circulación
internacional que hacen
a la distinción entre las distintas fracciones de las elites.
Viajes al extranjero (a Europa, de mochileros pero pagados por los
padres, como un “rito de pasaje”).
5)
EL EMPLEO DEL TIEMPO
→ necesidad de regular el tiempo de los hijos. Parte de
diagnosticar como nociva la cantidad de horas frente a la TV o el uso
improductivo de la PC.
El horario escolar
(en general de doble jornada) se
complementa con actividades extraescolares
centradas en el deporte, los idiomas y las artes.
“ocio controlado” → alejarlos
de lo que se considera amenazante o peligroso para la integridad
moral y física de los jóvenes.
“ocio productivo” → utilidad
formativa de estas actividades para el presente y el futuro.
El tiempo libre se transforma en un
tiempo que se invierte en el futuro, transformando el ocio en
producción y la diversión en conocimiento.
6) GUARDERÍAS
→ LA ESCUELA COMO 1º HOGAR
→ los padres pasan muchas horas fuera de la casa por motivos
laborales
la escuela se convierte en un espacio de contención que se espera
que cubra las necesidades de afecto y comprensión que requieren los
jóvenes, y a su vez establezca un marco disciplinado que regule las
conductas.
La preocupación por quiénes y cómo llenan el tiempo de sus hijos
han llevado a algunas mujeres a relegar su inserción profesional en
pos del cuidado y el control en la socialización de los hijos.
La creciente diversidad en las
estrategias refleja la existencia de diferentes grupos dentro de un
mismo sector social (clase media-alta, sector que se podría suponer
más homogéneo), que se posicionan de distinto modo ante la
escolarización de sus hijos.
1
Se hablará de “futura clase dominante” en
vez de “clase dirigente” en la medida en que su preocupación es
la maximización de beneficios y el mantenimiento de sus condiciones
de privilegio, antes que por ejercer la conducción de un colectivo
social.
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