ERGO - Arnold Denise (2000) “Convertirse en Persona” el Tejido: la Terminología Aymara de un Cuerpo Textil
ERGO
2011/1012 Unidad 1 - Textileria
Arnold
Denise (2000)
“Convertirse
en Persona” el Tejido: la Terminología Aymara de un Cuerpo Textil
Resumen:
Hacen una reflexión sobre la naturaleza viva del textil andino y del
espíritu cuya presencia encarna el textil, sobre todos los
femeninos. Van a realizar una comparación con el famoso hau,
el espíritu del don que encarnan algunos textiles femeninos maorí.
Entonces analizan cómo la creatividad femenina en el textil se
vincula con la introducción de este espíritu en el nuevo ser
textil, mediante la actividad de tejer, lo que se logra como parte
del dominio femenino que funciona en paralelo con las actividades
masculinas de la guerra.
Para lograr esto, se enfocan en las ideas aymaras contemporáneas
(toman discursos de tejedoras y señores del pueblo). En particular
de hablantes de Qaqachaka, en Bolivia.
Llama la atención ciertos modos de percepción del pensamiento
amerindio acerca de la ontología textil, tanto la manera de
personificar el textil como la de textualizar a la persona. En un
contexto aún más amplio del pensamiento amerindio, se encuentra la
idea de Viveiros de Castro de “depredación ontológica”, que
trata de la creación de un nuevo ser a base de una destrucción
previa. Creando así las relaciones entre el Mismo y el Otro a través
de la apropiación del Otro.
La autora va a proponer como esta idea de apropiarse del otro,
mediante el textil por parte de las mujeres, como una “teoría
textual andina”.
1. La naturaleza viva del textil
Hay varios debates a nivel global sobre la especie cuya vida encarna
el textil, por ejemplo Weiner, aclara que el hau de los maori, en su
condición del espíritu del don, no se encuentra en todos los dones,
sino en ciertas clases, tejidas por las mujeres (famosas mantas
mori).
En el mundo andino, Cereceda trabajó en Chile y dice que los
textiles son similares a un ser vivo y que su animalidad yace en la
“estructura” de la talega en forma de bolsa a modo de una piel
animal, con forma algo uterina. Para Torrico (trabajó en Bolivia) la
superficie del costal se compara con la piel de un sapo.
La naturaleza de los textiles va más allá de una simple “piel
social” para abarcar muchos otros elementos del ser. Algunas
tejedoras de Qaqachaka (donde la mina esta hace la etnoarqueología)
se autoidentifican con la corporalidad de ciertos textiles. Le dan un
género femenino al aguayo (manta) de la mujer, con características
fertilizantes que le da al textil el poder de hacer brotar varias
wawas (criaturas) del ayllu (pueden ser productos agrícolas, crías
de animales, o propias wawas humanas).
Las tejedoras cantantes experimentan, además, su canto en términos
de un renacimiento de los animales al grupo humano. Es como si
envolvieran a los animales en su propio canto, a modo de textil, como
una capa placental.
Otro contexto donde se encuentran configuradas las mismas ideas es la
guerra, se recuerda de guerras pasadas, que el hombre casado debía
capturar una cabeza trofeo del enemigo, luego entregársela a su
esposa quien la envolvía en una tela negra finísima, con el
objetivo de renacer el espíritu de la cabeza en una wawa de la
propia familia.
2. Hacer una persona en la práctica textil
Primero hay que entender que significa ser persona, para comprender
cómo se puede transformar lo foráneo en lo propio. Solo se puede
ser persona a partir del matrimonio: persona (jaqi), casar
(jaqichaña), casarse (jaqichasiña). Se usan los mismos términos
para el contexto textil, la implicación es que un tejido comienza su
vida como una wawa y luego se transformaría en una persona.
Se compara la acción agrícola de terminar bien los surcos de una
chacra con la de terminar bien los bordes de los textiles. Se recurre
a la misma raíz verbal (jaqi) para describir otra acción agrícola,
la de sacar las piedras y malas hierbas de la superficie.
La dimensión más metafórica
es la de llenar un espacio determinado en todas las direcciones, con
las cosas que pertenecen ahí y que su dueño(a) quiere y desea para
lograr su estado de ser persona. Al contrario, si la chacra está
cubierta de malas hierbas hay que sacarlas dejando sólo lo que le
“hace persona” (como a una wawa malcriada hay que corregir el
carácter para que llegue a ser persona). → entonces se transforma
una wawa hasta que se hace persona.
2.1 Los caminos para hacerse persona
Las mismas ideas ontológicas de hacerse persona se aplican a los
caminos de aprendizaje de los niños y niñas. Hay etapas en común,
definir los límites espaciales y conceptuales (a modo de armar el
telar y luego urdirlo en un espacio determinado) y luego romper estos
límites iniciales y proceder a plantear los nuevos límites de otra
etapa. La primera es más interna y la segunda más externa. Estas
son las nociones andinas de la persona y su desarrollo, centradas en
el cuerpo y su desenvolvimiento, emergen de su expresión plástica y
textual en el textil.
Las jóvenes comienzan a comunicar en el textil y el canto un
discurso interno, de información sobre su ayllu, comunica lo que
ocurre dentro de los bordes cerrados del ayllu y resalta la
importancia del ciclo menstrual y el ciclo gestacional. A diferencia
los varones comienzan a comunicar un discurso más externo y a
preocuparse por transferir esta información fuera de los bordes del
ayllu. Por eso los textiles de las mujeres se caracterizan por sus
bordes cerrados, mientras que los de los varones son bordes abiertos
y sin terminar.
2.2 El proceso dinámico de convertirse en persona.
Acá es más descriptiva y habla sobre como se hace el textil (como
se pone el telar y que elementos usan), y como así se va
convirtiendo en persona.
Primero los cimientos: es importante colocar los cimientos en todas
las actividades rituales, en el telar se pone un palo (pulu) de donde
sale la urdimbre, es el cimiento del textil, forma la punta de
articulación y transición entre los pies de una generación y la
cabeza de otra. Es un estado liminal.
2.3 El tender los cabellos del Otro
Mientras que el palo base del textil, junto con las hebras del pulu y
la hebra ordenador forman el “tapón mucoso” del nuevo ser, las
hebras urdimbre se comparan con los cabellos tendidos del Otro. La
acción contemporánea de urdir el talar antes de tejer, es como si
se tendieran los cabellos de la cabeza de un enemigo.
Se piensa además que la fuerza ancestral de la cabeza del enemigo se
convertía, a través de la acción de tejer, en los nuevos
conocimientos de la wawa-textil. Cada trama (qipa) del textil es como
un pensamiento. Prensaban golpeando con un instrumento duro, se lo
puede entender como un modo de dominar y aplastar al Otro.
En la guerra al enemigo había que “machucarlo como papaliza”,
convirtiéndolo en una masa sangrienta que se mezcle con la tierra
para fertilizarla.
Entonces, la voz textil urge de los cabellos tendidos. Es muy
difundida la idea de que los cabellos hablan (y por eso no se cortan
el pelo y lo dejan en cualquier lado).
2.4 El hacer revivir el Otro en el textil.
Para las tejedoras, el pensamiento está en el papel de los lizos,
tanto en el conteo inicial como en el pensar continuo del textil. En
la dinámica de tejer, el espacio que abre y cierra con la acción de
los lizos, forma la nueva boca del textil (respira y come con cada
pasada de la trama). Entonces esto es lo que se convierte en persona
y la trama es lo que personifica al textil. Finalmente se termina el
textil con una aguja.
2.5 El desdoblamiento de la boca textil
Hay otras dimensiones del significado del movimiento de la trama para
el nuevo textil. Esta la introducción del aliento en el textil y por
otro lado la introducción del color.
Hay una importancia histórica de desdoblar las bocas textiles, al
introducir una costura central en los textiles que hacen las mujeres,
para así dejar que entre más aliento y color al nuevo textil.
Siempre se forma un aguayo (o poncho) de dos mitades, de tal manera
que una de las bocas de cada pieza se une con la otra para formar la
costura que junta estas dos mitades. Se relaciona esto con el
comienzo del matrimonio en el pasado lejano. El nuevo textil solo se
formará después del encuentro entre dos esposos: la tejedora y el
guerrero.
3. Reflexiones finales acerca de la corporalidad textil
Encuentra que la naturaleza corpórea femenina yace en el textil, a
modo placental, no es sólo de la reproducción biológica, sino
también a nivel de reproducción de ciertos aspectos culturales
vitales de la sociedad.
3.1 El hau maori y el flujo andino de la vida.
Esta información trae cosas
nuevas para el mundo andino, y reitera la importancia de un flujo
constante de las substancias corporales entre el contorno externo y
el interno del nuevo ser. Teoría textual andina → crear un nuevo
wawa n el tejido, a partir del muerto ajeno.
Extrapola esto a lo
arqueológico, donde hay momias que se puede ver su pelo entrelazado
con su manto. Y otras cosas (como un tejido de dos serpientes que se
unen en el medio → analogía con lo de las dos bocas que se unen) y
luego ve pelos por todos lados.
3.2 Conclusión
Plantean que todos los ejemplos expresan visualmente algún aspecto
del flujo del espiritu andino, el equivalente del famoso hau, lo que
impulsaría y generaría de lo muerto una nueva vida.
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