Unidad
3:
Folklore y comunicación
BAUMAN
Y BRIGGS - Género, intertextualidad y poder social
DE
LA CLASE
Plantean
su perspectiva sobre el concepto de género.
El
relato constituye un género dentro de los géneros narrativos.
Los
autores se preguntan por qué al género no se le prestó suficiente
atención en los estudios de discurso. PROBLEMAS:
1
Género está asociado a las formas literarias.
2
Se cuestiona la utilidad taxonómica de género. Ya que nunca las
prácticas comunicativas se terminan.
3
Se ajustan los géneros, siempre queda un residuo, algo que no se
puede clasificar.
CRITICAN:
-
Cuestionan visión del género como un conjunto de normas que
organizan el texto.
-
Enfoques asociados a los enfoques taxonómicos, que muchas veces no
cuestionan la utilidad de las clasificaciones. En general son
mutuamente excluyentes.
La
No relación del análisis del texto con el contexto socio-cultural.
(ej:Propp ignora el contexto).
La
PROPUESTA de Briggs y Bauman:
- Género como un marco orientador para la producción y recepción del discurso.
- El género me provee un conjunto de pautas y estrategias para realizar un texto determinado.
- Producción y recepción, y cuál es el lugar del género.
- Flexible (carácter).
- Propiedades emergentes en el uso del discurso. Como las pautas se manipulan en el uso.
Presentan
los aportes de Antro Lingüistica y Etnografía del habla:
- Boass marca la importancia de las categorías de los nativos, la clasificación genérica de los mismos. Cada cultura tiene sus propias clasificaciones genéricas.
Estás
categorías (la de los nativos) no son mutuamente excluyentes, los
nativos pueden atribuir un texto tanto a una categoría como a otra,
y pertenecer a dos categorías al mismo tiempo. Rompiendo con la
taxonomía rígida.
B
y B rescatan a…
Alan
Dundes- cuestiona que las clasificaciones génericas se basen en la
morfología.
Cuestiona
la base para las clasificaciones. Las clasificaciones dependen
siempre del mismo aspecto.
La
importancia que el da a factores no lingüísticos para las
distinciones genéricas. A veces necesitamos salir del texto.
Aportes
de la etnografía del habla:
Dell
Hymes
- El habla está organizada en géneros.
- Concepción del género como socialmente constituido.
- Los géneros deben comprenderse en vinculación a cada cultura.
- Importancia de estudiar las clasificaciones locales, como cada cultura tiene su sistema de géneros que no son excluyentes. Están interconectadas y superpuestas.
Estás
perspectivas:
- Carácter flexible de los géneros. Puedo extraer los rasgos de un género y situarlos en otros discursos.
- Producen significados emergentes en los textos.
- Hay géneros que absorben a otros géneros y los combinan
- Relación entre el género y otros factores, factores del contexto. Importancia de estudiar el género en el contexto en el que un discurso está teniendo lugar
- Relación género y actuación. Hay géneros más ligados a la actuación.
- Carácter histórico de los géneros. Se destaca que los géneros están abiertos al cambio, van constantemente cambiando.
Briggs
y Bauman reconocen los
aportes, pero también se van a distanciar de estas perspectivas,
consideran que esos enfoques todavía están muy centrados en el
texto y los rasgos genéricos.
B
y B retoman de Bajtin—“el hablante siempre se refiere a discursos
anteriores” y la intetextualidad genérica. Proponen comprender el
género como intertextual. Toman la idea de que la intertextualidad
refiere a las relaciones que tiene un discurso determinado con textos
anteriores.
Entonces,
el género funciona como un organizador de la relación con textos
anteriores.
La
producción y recepción del discurso implica vinculación con textos
anteriores.
Enfásis-
como el género implica relaciones con otros textos.
Intertextualidad
genera orden y cohesión, produce al texto como una unidad ordenada.
Género
como mecanismo generador de entextualiación. Le dan un orden al
texto que le permite construirse como una unidad delimitada.
Operan
en perspectiva sincrónica.
Al
mismo tiempo convierten al discurso en una unidad fragmentada,
abierta. Conectándolo con otros discursos.
Implica
proceso de des-contextualización y re-contextualización. Por ej:
recontextualizar en mi propio discurso.
El
proceso permite vincular mi discurso con otros discursos. A esto B y
B denominan perspectiva diacrónica del género.
En
el proceso, la operación implica que el ejecutante tenga la
autorización necesaria para hacerlo. Esa autoridad tiene que ver con
factores sociales y con relaciones de poder.
Estas
operaciones permiten dotar de legitimidad determinado discurso.
Consideración
de brechas intertextuales entre discurso y género (entre el género
y cada discurso particular). Dos estrategias:
- Minimización de la brecha, producir mi discurso lo más acorde a las pautas del género, lo más posible. Son los discursos que apuntan en general al sostenimiento del orden establecido. Ej: discurso religioso, militar, etc.
- Maximización de la brecha, los autores señalan que suelen ser géneros relacionados con la renovación, la invención. Ej: el arte o el texto que buscan cuestionar al orden establecido.
Posibilidad
de maximizar o minimizar la brecha tiene que ver con factores
políticos.
Las
jerarquías genéricas usualmente están vinculadas con categorías
sociales.
DEL
TEXTO
El
concepto de género ha ocupado siempre un lugar destacado en los
estudios de antropología lingüística. En efecto, las
clasificaciones genéricas han contribuido en gran parte a organizar
y ordenar las investigaciones sobre lenguas amerindias. El estudio
del género fue encarado por etnociencia, estructuralismo, etnología
del habla y estudios del lenguaje basados en la actuación.
La
primera parte del artículo está dedicada a la discusión crítica
del lugar del género dentro de la antropología lingüística.
Segunda parte, el CONCEPTO DE GÉNERO, demostrar como su naturaleza y
significación han sido malinterpretados tanto por los estudiosos
como por los críticos.
Intentaremos
poner de manifiesto que el hecho de desentrañar las complejas
relaciones intertextuales que sustentan el concepto de género, como
así también la manera en la que dichas relaciones se encuentran
estrechamente ligadas con factores sociales, culturales, ideológicos,
económicos y políticos puede llegar a esclarecer en alguna medida
las razones por las cuales los estudios sobre género han resultado
siempre tan problemáticos.
Esperamos
aportar un fundamento más sólido para las investigaciones sobre
género, sino también poner de manifiesto que la investigación
sobre intertextualidad genérica puede esclarecer aspectos centrales
de la antropología lingüística.
La tradición boasiana
Género
ha adquirido vigencia dentro del campo de la antropología
lingüística contemporánea gracias al estímulo de la antropología
del habla y de los estudios del lenguaje centrados en la actuación y
a través de Mijael Bajtín.
Antecedentes
de este interés en los puntos de convergencia entre la antropología
lingüística y el folklore, dentro de la cual la clasificación
genérica de las formas orales ha sido siempre una preocupación
fundamental.
Las
cuestiones relativas al género han jugado siempre un rol operativo
en la tradición americanista de Boas y la necesidad de encarar
problemas relacionados con el ordenamiento de los textos ha sido
considerada tarea indispensable.
El
uso más saliente de las distinciones genéricas en la orientación
boasiana es el que se relaciona con la organización de colecciones
de textos. (crítica)La agrupación en ellas se basa con frecuencia
en criterios absolutamente ad hoc, sin discusión alguna de la base
conceptual de sus respectivas secciones. Ej “narraciones
etnológicas” o “textos etnográficos”. Se trata de rubros
genéricos que reflejan la predisposición boasiana a presentar la
información cultural en paquetes entextualizados.
El
propio trabajo de Boas- marcada ambivalencia con respecto a la
utilidad de las categorías genéricas. En un sentido positivo,
expresa la necesidad de registrar la formación completa de los
géneros verbales en razón de sus diversas “particularidades
estilísticas”. Centra así su atención en la presencia o ausencia
de géneros verbales particulares en el repertorio de una cultura
como medio para sostener la vigencia de teorías universalistas
acerca del origen y desarrollo de la literatura.
En
su conjunto, sin embargo, puede decirse que Boas trata las
distinciones de género con grados variables de cuidado y precisión.
Algunas veces muestra una tendencia al uso algo azaroso de las
designaciones genéricas.
Ciertos
casos en que la ausencia de distinción génerica por parte de Boas
obedece a fundamentos y criterios más específicos. En…
investigaciones comparativas de los repertorios de narraciones de las
comunidades de América del Norte, Boas descubre que ciertos temas y
motivos poseen un cierto grado de independencia, al punto tal de
poder combinarse y recombinarse por separado con otros de diversas
maneras, de acuerdo con distintos principios de articulación. Boas
llegó a percibir que existe una corriente continua de material que
fluye de la mitología al relato folklórico y viceversa.
Boas
atribuyó la existencia de “cierta imprecisión” en el uso de los
términos mito y relato folklórico a la “ausencia de una línea de
demarcación nítida entre ambas clases de relatos”. La crítica de
Boas a las definiciones analíticas a priopi y de carácter general
sobre los géneros se basan en su inconsistencia para captar rasgos
culturales genéticamente relacionados a través de culturas diversas
lo que pone en tela de juicio su utilidad ante los ojos de Boas.
Hay,
sin embargo, una base para la distinción entre mito y relato
folklórico a la que Boas está dispuesto a reconocer un cierto grado
de productividad y valor legítimo. Distinción dada por los mismos
nativos indoamericanos.
Mente
del nativo américano: distinción: mitos- peripecias en un mundo que
todavía no había alcanzado su forma actual y no había entrado en
posesión de las artes. Historia: narraciones modernas
correspondientes a la época actual.
Crítica:
Boas no tiene fundamento para asegurar dicha distinción en la mente
del aborigen, y menos si se tiene en cuenta como el mismo relata que
los relatos históricos se pueden transformar en mitos. Y deja de
lado de la investigación las ocasiones en que los entrevistados
presentan ciertos relatos como híbridos entre historia y mito.
Categoría
mixta, el mito-relato, caso de los Winnebago, una variante a la
convención, narración sobre su origen refiere a acontecimientos
reales.
Definiciones
formales de género
Fuera
de la tradición boasiana de la antropología lingüística, pero
convergente en ciertos aspectos, existió una línea dedicada a la
formulación de definiciones estructurales acerca de los géneros de
índole oral. THOMAS SEBECK, posee un enfoque cercano a la lógica
simbólica y al análisis morfológico del folklorista Vladimir
Propp.
Sebeok
– estrategia analítica, procedimiento analítico, aplicación de
una oposición binaria como principio ordenador. Se basa en dividir
en secuencias una y otra vez de manera dicotómica hasta que
lleguemos a establecer los pares mínimos de constituyentes opuestos.
Hasta llegar a los pares mínimos de opuestos.
Sebeok
– cada texto está marcado por un único conjunto de rasgos que le
imparten una cierta particularidad concreta, una textura. Se
establece de tal manera el contraste entre la “estructura general”
y la “textura particular”. Hay estructura en ambos niveles, la
estructura morfológica define el género por entero, las estructuras
textuales solo organizan textos individuales.
Del
mismo modo que Sebeok, DUNDES considera la estructura morfológica
como el lugar de las invariantes dentro de las formas Folklóricas,
pero aunque reconoce la naturaleza variable del estilo o textura,
otorga sin embargo un mayor énfasis al contenido como elemento
variable por excelencia: “El contenido puede variar, pero la forma
es siempre relativamente estable”
En
DUNDES, cierta ambigüedad con respecto a la definición estructural
de género. Por momentos avanza en la dirección del análisis
estructural para considerarlo como la base misma de la definición de
género. Sin embargo, otras veces señala lo inadecuado de una
confianza excesiva centrada únicamente en la estructura morfológica.
Para Dundes, mitos y relatos folklóricos son una y la misma cosa.
Escritos
de Dundes revelan otro problema en lo que respecta a la definición
de género: cuáles son los rasgos que constituyen una base adecuada
o suficiente para definir un género: estructura morfológica, el
contenido, la creencia, la función u otros.
SCOTT:
Las unidades lingüísticas por si solas no resultan suficientes para
dar una definición completa de género literario. Es necesaria la
descripción de una matriz no verbal alrededor de la cual se articula
el género. El lingüista no tiene elementos para proporcionar tal
descripción.
El
género en la etnografía del habla
DELL
HYMES – tres perspectivas complementarias acerca del género:
1.
Género como una categoría o un tipo de acto o de evento de habla.
2.
Género como un nexo de interrelaciones entre los componentes del
evento de habla.
3.
Género como un aspecto útil y ventajoso dentro de la práctica del
habla.
Hymes
– alcances o la comprensión del género como factor de
organización en la economía del habla de una comunidad.
Hymes
“es importante, proceder como si todo discurso tuviera las
características formales de algún tipo de manifestación de
géneros.”
Hymes
– el dominio de los modos de hablar está constituido tanto por los
actos de habla como por los géneros.
Posición:
“se trata de generalizar la categoría de género de moto tal que
todo material verbal pueda ser incluido dentro de un género…esto
se cumple en distinta medida de acuerdo con las diferentes
comunidades.
Desde
esta posición privilegiada la tarea se centra entonces en tratar de
establecer qué parte de la etnografía del habla se organiza en
forma de géneros, qué parte se aparta de la organización genérica,
y por qué.
Hymes
Señala que el análisis de los actos de habla supone necesariamente
un análisis de las instancias genéricas del habla. La noción de
género implica la posibilidad de identificar características
formales tradicionalmente reconocidas.
Hymes
– la noción de acto de habla pone énfasis en el habla como hecho
social, mientras que el concepto de género apunta sobre todo a la
organización convencional y consuetudinaria de recursos formales, y
se centra por lo tanto en la estructura formal del lenguaje más allá
de la oración.
Hymes
– Los estilos significantes de habla pueden estar asociados con
grupos sociales (variedades), con tipos recurrentes de situaciones
(registros), con personas (estilo personal), con situaciones
específicas (estilos situacionales) o con determinados géneros
(estilos génericos). Los estilos génericos son constelaciones de
elementos formales co-ocurrentes y configuran estructuras que definen
o caracterizan clases particulares de expresión. Los elementos
constitutivos del estilo génerico pueden figurar también en otros
estilos de habla, estableciendo resonancias indexicales entre ellos.
Hymes
– Un subconjunto de rasgos genéricos diacríticos se puede
combinar así, de manera relacionada, con aquellos que caracterizan
otro género, para producir una transformación interpretativa del
género, fenómeno que Hymes denomina “metafrasis”. Por último,
género elementales o mínimos, estructuras génericas irreductibles
pueden combinarse en un gran número de modos para dar como resultado
géneros complejos.
En
esos términos de Hymes, los géneros pueden ser caracterizados como
organizaciones convencionales ampliamente flexibles de medios y
estructuras formales que constituyen patrones de referencia complejos
para la práctica comunicativa.
Hymes
– relación entre géneros y eventos de habla. Trabajo de campo: da
cuenta de la posibilidad de transferencia de los géneros en su
contexto situacional primario de uso, a otros eventos de habla y a la
movilización diferencial de géneros particulares en una serie de
eventos.
B
y B no toda realización de los géneros está articulada como una
actuación completa, en el sentido de asumir la responsabilidad ante
una audiencia para el despliegue de un virtuosísimo sujeto a una
evaluación de la habilidad y efectividad con que tal desempeño es
llevado a cabo.
HANKS
(dentro de los trabajos de género en antropología lingüística) su
marco analítico: síntesis entre la poética sociológica de Míjail
Bajtin y la teoría de la praxis de Pierre Bourdieu. En Hanks la idea
de reglas objetivas es remplazada por la de esquemas y estrategias,
lo cual le permite considerar al género como un conjunto de
elementos nucleares o prototípicos, que los distintos actores usan
de manera diversa y que jamás permanecen fijos en una estructura
unitaria.
Hanks
define los géneros como las convenciones ideales históricamente
específicos, de acuerdo con los que los autores componen y los
oyentes reciben el discurso. Así, los géneros constituyen patrones
orientativos, procedimientos interpretativos y conjuntos de
expectativas que no son parte de la estructura del discurso, sino de
la manera en la que los actores usan el lenguaje y se relacionan con
él.
Hanks
está agregando el principio de la especificidad histórica – una
noción de los géneros que contrasta con su caracterización
tradicional como estructuras atemporales, fijas y unitarias. Géneros
– relación dual con respecto a la acción situada en una dimensión
histórica. Los géneros son al mismo tiempo el resultado ideacional
de actos históricamente específicos y patrones de referencia aptos
para la trasposición de sus elementos constitutivos, en cuyos
términos se torna posible la acción comunicativa. Están de este
modo abiertos a la innovación, la manipulación y el cambio.
La
problemática del género
Problemas principales.
Género
como concepto clasificatorio, una gran cantidad de trabajos tienden a
considerar de modo atomístico cada categoría genérica. Se han
dedicado a la organización sistemática de las clasificaciones
genéricas, desde la perspectiva de la taxonomía científica
(categorías genéricas como entidades mutuamente exclusivas) o de la
investigación etnográfica sobre los sistemas de clasificación
localmente construidos (existen producciones verbales resistentes a
categorización rígida).
Contraste
entre perspectivas formales sobre el género: distinción entre los
enfoques que consideran la organización formal del género como una
propiedad inmanente, normativa, estructurante de los textos y los que
ven la forma genérica como un conjunto convencionalizado pero
abierto a un espectro flexible e ilimitado de posibilidades y
expectativas concernientes a la organización de medios y estructuras
formales dentro de la práctica discursiva. Este último enfoque
subraya las propiedades emergentes de la organización discursiva, en
un nivel de paridad con las dimensiones normativas, socialmente dadas
de la estructura génerica.
Amplio
contraste entre las aproximaciones al género que consideran el
género como un problema con entidad propia y las que se dedican a
investigar las interrelaciones que unen al género con otros
términos, conceptos y factores socioculturales.
La
intertextualidad genérica
BAJTIN
desafió la noción de que los géneros configuran unidades no
superpuestas, estáticas y estilísticamente homogéneas.
Bajtin
– el género es la totalidad típica de la expresión artística y
constituye una totalidad vital, un todo completo, acabado y resuelto.
Géneros discursivos: tipos de expresiones relativamente estables en
el orden temático, compositivo y estilístico.
Bajtin
considera al género como una herramienta tanto para la clasificación
de los textos como para la identificación de la estructura textual
por medio del reconocimiento de un conjunto unificado de rasgos
genéricos en cada uno de ellos.
Últimos
20 años se ha registrado un cambio en la orientación de los
estudios del texto a la actuación. Los investigadores comienzan a
centrar su interés en las implicancias tanto sociales como poéticas
de la influencia del auditorio, en lo que respecta al despliegue de
un virtuosismo sujeto a su aprobación.
Se
desplazan los estudios desde el objeto perdurable hacia el proceso
poético de producción y recepción.
Estrategias
intertextuales y género
Postular
un enfoque alternativo al estudio del género, retomando planteos de
Bajtín sobre la intertextualidad.
Desde
ahí dos facetas, la primera es que estructura, forma, función y
significado no son considerados como rasgos inmanentes sino como el
resultado de un proceso dinámico de producción y recepción del
discurso. Segunda, este proceso no está centrado en el evento de
habla o en la creación de un texto escrito aislado, sino que se
articula sobre la base de la conexión con otro u otros segmentos de
discurso.
B y B: SOSTENEMOS QUE LA
CREACIÓN DE RELACIONES INTERTEXTUALES POR MEDIO DEL GÉNERO
CONVIERTE AL MISMO TIEMPO A LOS TEXTOS EN ENTIDADES ORDENADAS,
UNIFICADAS Y DELIMITADAS, POR UNA PARTE; Y FRAGMENTADAS, HETEROGÉNEAS
Y ABIERTAS POR OTRA. CADA DIMENSIÓN DE ESTE PROCESO PUEDE SER
ENFOCADA A SU VEZ TANTO DESDE UNA PERSPECTIVA SINCRÓNICA COMO DESDE
UNA PERSPECTIVA DIACRÓNICA.
PERSPECTIVA
SINCRÓNICA: Los géneros proporcionan medios sumamente útiles para
articular el discurso en forma de textos ordenados, unificados y
delimitados. Al escuchar algún recurso de conformación genérica,
tal como “había una vez”, desplegamos un conjunto de
expectativas relacionadas con la forma y el contenido narrativos.
La
remisión al género nos provee entonces un modelo textual para crear
cohesión y coherencia, y para producir e interpretar clases
particulares de rasgos y sus relaciones formales y funcionales en
toda su extensión.
PERSPECTIVA
DIACRÓNICA (o vertical): La intertextualidad genérica proporciona
instrumentos sumamente eficaces para ordenar el discurso en términos
históricos y sociales. Los géneros tienen arraigadas conexiones
históricas, y es así como los proverbios y cuentos de hadas llevan
la marca del pasado tradicional.
Los
tipos genéricos desarrollan también conexiones sociales,
ideológicas, políticas y económicas; y pueden entonces ser
asociados con distintos grupos diferenciados de acuerdo con variables
tales como sexo, la edad, la clase social, ocupación, etc.
Remitirse
a un género crea así conexiones indexicales que se extienden mucho
más allá de la escena actual de producción o recepción. Tal
remisión conecta un acto particular con otros tiempos, lugares y
personas.
LA
INTERTEXTUALIDAD GÉNERICA tiene como Función principal la
RECONTEXTUALIZACIÓN en el nivel de producción y recepción del
discurso.
El
género tiene que ver entonces de manera fundamental con las
negociaciones de IDENTIDAD y Género particular, los sujetos
productores del discurso están sosteniendo que poseen AUTORIDAD
necesaria para DESCONTEXTUALIZAR el discurso que conlleva las
mencionadas conexiones históricas y sociales, y para
RECONTEXTUALIZARLO en la escena discursiva actual. (este párrafo:
RELACIÓN CON MALVESTITTI Y CANALE!!).
La
intertextualidad genérica adquiere mayor poder al naturalizar tanto
los textos como la realidad cultural que ellos representan
El
poder de los géneros surge de la manera en que disponen de un amplio
arsenal de rasgos, tanto fonológicos, morfólogicos, léxicos y
sintácticos como contextuales e interactivos.
Al
optar por hacer explícitos ciertos rasgos los sujetos productores
del discurso (re)contruyen y reconfiguran los géneros.
Así
como el género puede crear orden y sentido en un texto, también
puede tornar los textos caóticos, fragmentarios e irrelevantes.
Algunos
elementos de contextualización se desplazan, adoptando conexiones
indexicales con el discurso en proceso, con la interacción social,
con relaciones sociales más amplias y con la particular(es)
conjunción(es) históricas en las que tal discurso es producido y
recibido. Otros patrones pragmáticos y metapragmáticos deber ser
también puestos en escena para configurar la producción y
recepción.
EL
PROCESO DE CONEXIÓN DE ESPRESIONES PARTICULARES CON MODELOS
GENÉRICOS GENERA NECESARIAMENTE UNA BRECHA O FISURA INTERTEXTUAL.
ESTRATEGIAS
DE MANIPULACIÓN DE ESTAS FISURAS
La
distancia intertextual es suprimida O puesta en relieve.
Estrategías
para minimizar las fisuras intertextuales son objeto de reflexión de
los procesos sociales que involucran la construcción de la historia,
de la tradición, de la autenticidad, la etnicidad y la identidad.
La
remisión al género proporcionan estrategias eficaces para construir
lo que Anderson llama comunidades imaginarias.
Por
ejemplo, la recitación al unísono suprime la variación
intertextual. La regulación del volumen, el tono, la cantidad, la
pausa, la sintaxis, el léxico y la estructura retórica de la
producción discursiva de cada participante del culto, al punto tal
que las diferencias entre voces individuales quedan prácticamente
borradas. El proceso ritual elimina de manera simbólica los
elementos que contextualizan las actuaciones en términos de
parámetros sociales, temporales, espaciales e históricos de la
sociedad contemporánea, y convierte el aquí y el ahora en un ícono
del tableau de la crucifixión (en catolicismo).
La
maximización de la fisura resalta la diferencia entre el texto y el
género al que pertenece, de esa forma se remarca la actuación
(donde se produce el nuevo texto o discurso), la innovación y lo
emergente.
Aunque
los géneros tienden a estar conectados con conjuntos particulares de
estrategias de manipulación de las fisuras intertextuales, es
evidente, sin embargo, que ello no implica que la elección de un
género particular dicte la manera en la que este proceso deba
desenvolverse. Existen tipos de relaciones intertextuales altamente
contrastivos dentro del mismo género.
Cada
tipo de actuación puede ser vinculado con estrategias radicalmente
diferentes de tratamiento y manipulación de las mencionadas fisuras
intertextuales.
Las
estrategias de maximización y minimización de las fisuras
intertextuales pueden coexistir de manera fluida, en la medida en que
logren llegar a integrarse dialógicamente dentro del mismo texto o
de la misma actuación. Ej: el género del coloquio explota dos
estrategias intertextuales altamente contrastivas.
EL GÉNERO GENERA UN PROCESO DE
TRANSFORMACIÓN EN LA RECEPCIÓN DEL DISCURSO QUE VA DESDE LAS
ESTRATEGIAS DE ACEPTACIÓN QUE BUSCAN MINIMIZAR LAS FISURAS
INTERTEXTUALES, A LA PERCEPCIÓN DE UNA FISURA CRECIENTE ENTRE EL
DISCURSO Y SU ARTICULACIÓN GENÉRICA SIGNIFICATIVA, HASTA LLEGAR A
ADOPTAR POR FIN UNA FORMA DIFERENTE DE INTERTEXTUALIDAD GÉNERICA,
QUE CONSIDERA LAS FISURAS INTERTEXTUALES COMO INSTRUMENTOS CREATIVOS
DE GRAN EFICACIA.
El
desplazamiento evidente de un tipo de intertextualidad genérica a
otra en los relatos de humor se vincula con el status de lo que
Bajtín denomina géneros secundarios o complejos, a los que
considera precisamente como instrumentos eficaces para explotar de
manera creativa las fisuras intertextuales. Aquí, las posibilidades
de manipulación de la fisura entre discurso y género son mucho
mayores, dado que el texto está vinculado con más de un conjunto de
rasgos genéricos, o con un género que es en sí mismo e producto de
una mezcla.
LA COMBINACIÓN DE GÉNEROS PONE
DE MANIFIESTO LA FACULTAD DE UTILIZAR LAS FISURAS INTERTEXTUALES COMO
PUNTO DE PARTIDA PARA EXAMINAR EL PODER SUBYACENTE DE LA
INTERTEXTUALIDAD GENÉRICA, AL EXPLOTAR Y DAR FORMA AL PODER FORMAL,
INTERPRETATIVO E IDEOLÓGICO DE LOS CONSTITUYENTES GENÉRICOS Y DE
SUS RELACIONES.
Otras
implicancias para la antropología lingüista
INTERTEXTUALIDAD GÉNERICA NO
PUEDE SER ENTENDIDA ADECUADAMENTE SÓLO EN TÉRMINOS DE UNA
CONFORMACIÓN FORMAL Y FUNCIONAL. DEBEN TENERSE EN CUENTA ADEMÁS,
NECESARIAMENTE, ASPECTOS RELACIONADOS CON LA IDEOLOGÍA, LA ECONOMÍA
POLÍTICA Y EL PODER EN CUALQUIER INTENTO DE APREHENDER LA VERDADERA
ÍNDOLE DE LAS RELACIONES INTERTEXTUALES.
La
relaciones entre intertextualidad e ideología pueden ser leídas en
ambas direcciones: tanto en términos del modo en que formaciones más
amplias de índole social, cultural, ideológica y político
económica dan forma y poder a las estrategias intertextuales, como
así también en términos de la manera en que la ideología de la
intertextualidad y sus prácticas asociadas dan forma a la sociedad y
a la historia.
Muchos
autores han señalado que los géneros individuales guardan un orden
jerárquico. En virtud de las profundas interconexiones sociales e
ideológicas de los géneros, las jerarquías genéricas están
unidas a jerarquías sociales.
Dada
la vinculación entre los géneros y el orden convencional y
considerando adémas su organización jerárquica, no es extraño que
el desarrollo de competencias relacionadas con las distintas
conformaciones genéricas llegue a ser un eje de interés fundamental
en los sistemas educacionales.
La
organización de las competencias discursivas según el género
proporciona medios eficaces tanto para controlar el acceso al capital
simbólico como para evaluar la competencia discursiva de las
personas.
Tanto
la raza como la clase social regulan el acceso a la socialización.
También el género sexual desempeña un rol fundamental en la
conformación de prácticas de socialización relevantes.
Tal
distribución diferencial de la competencia para la creación y el
manejo de estrategias intertextuales proporciona un instrumento
eficaz para la naturalización de las desigualdades sociales basadas
tanto en la raza y procedencia étnica, como en el sexo y la clase
social.
Lo
que se negocia en ciertos casos no es qué tipo de conexiones
intertextuales se establecen sino quién tiene el control de este
proceso. Tanto la raza, como la clase social, el sexo, es status, la
posición institucional y las estructuras sociales postcoloniales en
general inciden en la producción y recepción de las relaciones
intertextuales en el trabajo de campo.
Tanto
en los intentos por desacreditar los estudios de las relaciones
intertextuales, como en ciertos casos de estrategias orientadas a
minimizar las fisuras, debemos preguntarnos qué ideologías y que
relaciones de poder están detrás.
CONCLUSIÓN
Hemos
expresado nuestra crítica a las perspectivas sobre el género que
afirman la existencia de rasgos inmanentes, y que sostienen la
presencia de invariantes integradas en sistemas genéricos de gran
consistencia interna y mutuamente excluyentes.
Presentamos
una visión alternativa de Género, que ubica las distinciones
genéricas no entre los textos sino en las prácticas utilizadas para
la creación de relaciones intertextuales con otros cuerpos de
discurso.
La
intertextualidad genérica no es una propiedad inherente a la
relación entre un texto y un género sino a la construcción de
dicha relación.
Las
conexiones genéricas producen necesariamente una fisura
intertextual. Las estrategias usadas para la construcción de
relaciones intertextuales pueden tratar de minimizar esta fisura, de
maximizarla, o ambas cosas a la vez.
La
elección de determinadas estrategias intertextuales está
condicionada por factores ideológicos y está estrechamente
vinculada además con factores sociales, culturales,
político-económicos e históricos.
Las relaciones intertextuales
generan tanto desorden, heterogeneidad y apertura de límites
textuales como orden, unidad y delimitación.
Ningún
sistema de géneros puede proporcionar un conjunto completamente
sistemático, empíricamente fundado, objetivo, basado en categorías
excluyentes.
El
análisis del discurso no puede orientarse ni (1) hacia el estudio de
elementos y procesos sociolingüísticos apartándose de la
consideración del proceso de producción y recepción del discurso
ni hacia el estudio de las interacciones sociales consideradas como
un microcosmos analítico.
Empleamos
la noción de intertextualidad genérica para analizar estrategias
particulares de descontextualización y recontextualización del
discurso, junto con las maneras en las que este proceso refleja y a
la vez produce poder social.
Resalta
el valor de un análisis formal y funcional pormenorizado e
integrador que tenga en cuenta además factores tales como la
ideología, el poder y las prácticas académicas.
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