Unidad
4:
Folklore y cultura popular
Eco,
U. - APOCALÍPTICOS E INTEGRAOS
Realiza
una crítica a dos posturas opuestas, en cuanto a sus consideraciones
sobre la cultura de masas y la industria cultural, pero que considera
igual de génericas como los apocalípticos y los integrados
Reproche
por igual a - apocalípticos o como integrados el hecho de haber
difundido igual cantidad de conceptos genéricos y de haberlos
utilizado como cabeza de turco en polémicas estériles o en
operaciones mercantiles de las que diariamente todos nos nutrimos.
Cultura
de Masas: un concepto
tan genérico y ambiguo e impropio, que a él se debe el desarrollo
de los dos tipos de actitudes contra los cuales se establece el
debate.
Los
Apocalípticos
consideran a la cultura de masas como la anticultura. Y como esta
nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social
se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico,
la “cultura de masa” no es sinónimo de una aberración
transitoria y limitada, sino que llega a constituir el signo de una
caída irrecuperable, ante la cual el hombre de cultura no puede más
que expresarse en términos apocalípticos.
Contraste,
la reacción optimista del Integrado,
que consideran que la televisión, los periódicos, la radio, el
cine, las historietas y la novela popular ponen los bienes culturales
a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de
nociones y la recepción de información. Según ellos, estamos
viviendo en una época de ampliación del campo cultural, que se
realiza a un nivel extensivo, con el concurso de los mejores, la
circulación de un arte y una cultura “popular”.
Al
integrado no le incumbe si esta cultura surge de abajo o es
confeccionada desde arriba para consumidores indefensos.
Mientras
que los apocalípticos sobreviven elaborando teorías sobre la
decadencia, los integrados raramente teorizan y prefieren actuar,
producir, emitir cotidianamente sus mensajes a todos los niveles.
El
Apocalipsis es una obsesión del disentir, la integración es la
realidad concreta de aquellos que no disienten.
La
imagen de ambos surge de la lectura de textos sobre la cultura de
masas.
El
apocalíptico consuela al lector, por medio de la propuesta de la
existencia de la “comunidad de superhombres”, capaces de
elevarse, aunque sólo sea mediante el rechazo, por encima de la
banalidad media. Enfatizando la comunidad reducidísima del que
escribe y del que lee, “nosotros dos, tú y yo” como los únicos
que comprenden y que están a salvo: los únicos que no son masa.
Superhombres.
Superhombre
Análisis
del superhombre típico, el superman de las historietas, emplea sus
fabulosas posibilidades de acción para realizar un ideal de absoluta
pasividad, ejemplo de una honrada conciencia ética, desprovista de
toda dimensión política. Al otro lado, opuesto, el superhombre
propuesto por el crítico apocalíptico: superhombre que opone el
rechazo y el silencio a la banalidad imperante. Expuesta la
superhumanidad como mito nostálgico, se formula así también una
invitación a la pasividad. Apocalípticos tan pasivos como los
integrados que critican.
La
industria cultural nace con la invención de la imprenta de tipos
móviles, o incluso antes.
- ¿Es este mundo sólo para el superhombre, o puede ser también un mundo para el hombre?
Si
debemos trabajar en y por un mundo construido a la medida humana,
esta medida se encontrará, no adaptando al hombre a estas
condiciones de hecho, sino a partir de estas condiciones de hecho.
El
universo de las comunicaciones de masa es nuestro universo; y si
queremos hablar de valores, las condiciones objetivas de las
comunicaciones son aquellas aportadas por la existencia de los
periódicos, de la radio, de la tv, de la música grabada. Nadie
escapa a estas condiciones.
Al
tipo apocalíptico recalcitrante se deben algunos conceptos fetiche.
Y los conceptos fetiche tienen la particularidad de obstaculizar el
discurso, anquilosando el coloquio al convertirlo en un acto de
reacción emotiva.
Primeras
Industrias culturales
Reproducción
de las biblias en varios ejemplares, está biblia de los pobres toma
la condición que alguien, siglos después, atribuirá a los modernos
medios de masas: la adecuación del gusto y del lenguaje a la
capacidad receptiva media (a la capacidad de los consumidores).
El
libro, al crear un público, produce lectores que, a su vez, van a
condicionarlo.
Las
primeras estampas a menudo no mencionan fecha y lugar porque poseen
ya la primera característica de la cultura de masas: ser efímeros.
También de la cultura de masas poseen la connotación primaria:
ofrecen sentimientos y pasiones, amores y muerte presentados ya en
función del efecto que deben producir.
Reproducción
en serie de los primeros libros – difunde en el pueblo las normas
de una moral oficial, realizando una obra de pacificación y de
control, favoreciendo la eclosión del humor y procuró en definitiva
un material de evasión. Sin embargo, sostuvo la existencia de una
categoría popular de “literatos” y contribuyó a la
alfabetización de su público.
Periódico
– desde su aparición
se lo puede considerar industria cultural. Ya que es un producto
obligado a salir una vez al día y en el que las cosas que se dicen
no son determinadas por las cosas a decir, sino por la necesidad
diaria de llenar las páginas.
El
operador de cultura (escritor
del periódico por ej)
Si
desea comunicarse con los hombres, que ahora todos ha pasado a ser
sus semejantes, debe aceptar el sistema de condicionamientos. El
difusor de la cultura ha dejado de ser el funcionario de un
destinatario para convertirse en “funcionario de la humanidad”.
Ocupar
una posición dialéctica, activa y cómplice, respecto a los
condicionamientos de la industria cultural, se ha convertido para el
operador de cultura, en el único medio con el que poder cumplir su
función.
El
empleo indiscriminado de un concepto fetiche como el de “industria
cultural” implica la incapacidad misma de aceptar estos
acontecimientos históricos, y la perspectiva de una humanidad capaz
de operar sobre la historia.
Visión
pesimista (apocalípticos) no saben escoger entre el proclamado amor
hacia las masas amenazadas por la catástrofe y el secreto amor por
la catástrofe.
Por
el contrario, a partir del momento en que la cultura de masas es
aceptada correctamente como un sistema de condicionamientos conexos a
los fenómenos mencionados, el razonamiento escapa al terreno de las
generalidades para articularse en los dos planos complementarios de
la descripción analítica de los diversos fenómenos y de su
interpretación en el contexto histórico en que aparecen.
Industria
cultural - no presenta
la cómoda posibilidad de dos niveles independientes, uno el de la
comunicación de masas y otro el de la elaboración aristocrática,
que la precede sin ser cuestionada por ella. Es decir, la elaboración
de arriba está también condicionada, por el consumo. El sistema de
la industria cultural extiende una red tal de condicionamientos
recíprocos, que incluso la idea de cultura se ve afectada.
“Cultura
de masas” –
definición antropológica, apta para indicar un contexto histórico
preciso (el nuestro) en el que todos los fenómenos de la
comunicación aparecen dialécticamente conexos.
“Masa”
y “hombre masa” son categorías fetiches y de las más
peligrosas. Como la contraposición de intelectual lucido y solitario
y la torpeza del hombre masa.
“El
peor testimonio a favor de una obra es el entusiasmo con que la masa
la recibe”
De
la Escuela de Frankfurt
– el pensador no podrá ni deberá proponer remedios, sino, como
mucho, dar testimonio de su propio disentimiento: “la crítica no
constituye ningún partido, quiere hallarse sola, sola cuando se
contrapone contra su objeto. Se distancia de todo, cualquier nexo es
para ella una cadena.
La
crítica no se extravía
no puede extraviarse en los hechos: es por lo tanto un contrasentido
pretender de ella que aniquile a la censura, y que procure a la
prensa la libertad que le pertenece.
Marx
– las masas, en cuanto adquieran conciencia de clase, pueden tomar
sobre si la dirección de la historia y colocarse como única y real
alternativa a vuestro “espíritu”
Del otro lado, la respuesta de la industria de la cultura – la
masa, superadas ya las diferencias de clase, es ya la protagonista de
la historia y por lo tanto su cultura, la cultura producida y
consumida por ella, es un hecho positivo (posición integrados).
º
Ahí la función de los apocalípticos tiene validez propia, al
denunciar que la ideología optimista de los integrados es de mala fe
y virtualmente falsa. Pero lo es precisamente porque el integrado, al
igual que el apocalíptico, asume con máxima desenvoltura (cambiando
negativo por positivo) el concepto fetiche de “masa”.
Produce
para la masa, proyecta una educación de masa y colabora así a la
reducción de los auténticos temas de masa.
Los
operadores culturales
producen para las masas, utilizando a las masas para el propio lucro,
en vez de ofrecerles realizaciones de experiencia crítica.
La
operación cultural debe enjuiciarse de acuerdo con las intenciones
que exterioriza y por la forma en que estructura sus mensajes.
Pero
al juzgar estos fenómenos, el apocalíptico debe siempre oponer la
única decisión que él no acepta = Marx oponía a los teóricos de
masa – “si el hombre es formado por las circunstancias, las
circunstancias deben volverse humanas”
Crítica
el apocalíptico no intenta nunca, un estudio concreto de los
productos y de las formas en que verdaderamente son consumidos. El
apocalíptico reduce a los consumidores al fetiche indiferenciado:
“hombre masa” y en eso también reduce a fetiche el producto de
(esa) masa.
Debería
analizar, dicho producto, en sus características estructurales. Y No
negarlo.
Por
otro lado, cuando lo analiza manifiesta su no resuelto amor-odio. El
propio crítico es víctima del producto de masas. (eco no crítica
esto, sino que reclama que el crítico lo reconozca).
- En ese punto toma a Anders en su crítica a la televisón como instrumento que impide toda reacción crítica, pero que en definitiva Anders está manifestando lo que a él le produce la tv. Dice que de tal forma el crítico no nos sustrae de la tv, sino que hace sucumbir más ante ella. Que la gente siga conectada es una fatalidad a la que la crítica no puede oponerse.
- Ejemplo de San Bernardo que crítica a la mejestuosidad de la catedral y manifiesta así su odio-amor a los bienes materiales.
TEORÍA
DE ECO
Contexto
cultura de masas
momento en que las masas entran como protagonistas en la vida social
y participan en las cuestiones públicas. Dichas masas han impuesto
un ethos propio, hecho valer exigencias particulares, puesto en
circulación un lenguaje propio. Pero…
PARADOJA:
El modo de divertirse, de pensar, de imaginar de las masas, no nace
de abajo ˃˃ A través de las comunicaciones de masa, todo ello le
viene propuesto en forma de mensajes formulados según EL CÓDIGO DE
LA CLASE HEGÉMONICA. ….
*Situación:
una cultura de masas en cuyo ámbito el proletariado consume modelos
culturales burgueses creyéndolos una expresión autónoma propia.
*
Cultura burguesa “superior”
identifica en la cultura de masas una “subcultura” con la que
nada la une, sin advertir que las matrices de la cultura de masas
siguen siendo las de la cultura superior.
…
desconexión con las situaciones de los consumidores ---- clases
populares obtienen sus oportunidades de evasión, de identificación
y de protecciones, a partir de la transmisión televisada de las
costumbres de la alta burguesía.—que se transforma en su modelo.
PARADOJA:
cultura de masas viene de arriba, no permite poner en términos
definitivos el problema. Toda definición del fenómeno en términos
generales corre el riesgo de ser una nueva contribución a aquel
carácter genérico típico del mensaje de masa.
º
El crítico de la cultura debe aprender a dudar de las reacciones
propias. Y enfrentarse a los objetos y a sus consumidores como si se
aprestase a descubrir algo inédito.
- (vuelve a crítica a Apoc.) No ve el apocalíptico que los medios de masa son también instrumentos y como tales instrumentalizables Se niega desde un principio a examinar el instrumento y a ensayar sus posibilidades.
- Actualidad, todos los que pertenecen a civilización de masas son consumidores de una producción intensiva de mensajes continuamente desarrollados, elaborados industrialmente en serie y transmitidos por canales comerciales de un consumo regulado por la ley de oferta y demanda.
- Se debe desarrollar un ANÁLISIS ESTRUCTURAL 1- no debe limitarse a la forma del mensaje, sino también definir en qué medida la forma es determinada por las condiciones objetivas de la emisión. 2- consumidores no se reducen a un modelo unitario, entonces – establecer por vía empírica las diferentes modalidades de recepción, según la circunstancia histórica o sociológica y de las diferenciaciones del público. 3- ver en qué medida la saturación de los mensajes puede imponer realmente un modelo de hombre masa.
°
Sin las requisitorias de
los apocalípticos no habríamos notado el problema de la cultura de
masas, que nos atañe a todos y es signo de contradicción para
nuestra civilización.
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