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HSG - REICHARDT, Rolf - LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA CULTURA DEMOCRÁTICA: Sangre y libertad

AUTOR: REICHARDT, Rolf
TEXTO: “LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA CULTURA DEMOCRÁTICA: Sangre y libertad”

La revolución francesa fue más que un conjunto de acontecimientos políticos que llevaron al caos poblacional y generalizado. Esta revolución, como argumenta Reichardt: fue en su núcleo, muy esencialmente, una ruptura sociocultural, una revolución de la conciencia político-social. Debido que revolución se produce en gran parte debido a un cambio de la mentalidad, fundamentalmente un cambio en la mentalidad de las “clases” más bajas de la sociedad francesa y en la mentalidad del llamado “Tercer estado”, integrado por la burguesía (la cual había ascendido socialmente a través de los años y se encontraba con muchas aspiraciones y ambiciones). Este cambio de mentalidad está propinado en buena parte por una conciencia cada vez más fuerte de la posición privilegiada de la aristocracia en detrimento de ellos, lo cual ya generaba desde hace tiempo un descontento general considerable, e inspirados por las ideas liberales políticas dadas en la declaración de la independencia de los Estados Unidos de América, se fue forjando un ideal liberador que estuvo acompañado irremediablemente de un contexto económico y político que posibilitó la oportunidad del cambio, y concientizó aún más las esperanzas de la burguesía y del “pueblo” en busca de una modificación crucial en el sistema reinante desde hace varios siglos.
Este contexto económico beneficiario para los ideales revolucionarios fue el de la necesidad de afrontar la crisis económica dada por el apoyo francés en la guerra de la independencia estadounidense del rival histórico de Francia, Inglaterra. Estas situaciones fueron causales de una convocatoria a estados generales en 1789 que condujo a partir de este acontecimiento a un irremediable avance emancipador de las clases no aristocráticas.
Los tumultos generados por los desacuerdos llevaron a que se generara una situación caótica en Francia que renovó la conciencia de las clases sometidas y produjo un impacto cultural y social muy grande.
Así el “pueblo” se dio cuenta que era el momento de actuar y buscar su ideal emancipador, apoyado por la burguesía, quienes tenían grandes aspiraciones políticas. Se hizo corriente la publicación de panfletos, periódicos, imágenes, canciones, y combinaciones de éstas en una verdadera revolución publicística que “cumplieron la función de hacer público el nuevo <saber> con el efecto social más amplio posible”.
De este modo es como comenzó a producirse un quiebre cultural y social muy marcado, el público estaba muy interesado en leer y enterarse de lo que sucedía, muy identificados muchos con la revolución, comenzaron a formarse clubes sociales donde se debatía ávidamente de política y cuestiones referentes a la revolución. Todo esto en parte estuvo beneficiado por la libertad de prensa revolucionaria para que se genere una opinión pública y el conocimiento no sea sólo un bien aristocrático.
Otro signo claro de una revolución en la conciencia político-social fue el que condujo el público femenino, la mujer, que ante el clima democratizador de la época revolucionaria sintió y dio cuenta de que era el momento de independizarse de la figura del hombre, quien durante toda la historia la eclipsó. Así es como participaron y pidieron ante la Asamblea cambios jurídicos sin precedentes, entre los cuales se encontraban la habilitación a la mujer para el uso de pantalones, hasta el momento de exclusivo uso masculino, también por la posibilidad de participar en el servicio militar, y por eliminar cualquier privilegio de la entidad masculina por sobre la mujer. En parte, el pedido peculiar de la mujer por la eliminación de la exclusividad masculina en el uso de pantalones y el acceso al servicio militar era más bien simbólicos en el ideal emancipatorio de la mujer. A pesar de todo los logros de las mujeres no fueron muchos, el más importante fue el de poder aprobar la ley de divorcio, por el cual miles de mujeres se separaron de sus maridos. Más allá de las conquistas de la mujer en estos años, el solo hecho de que la mujer haya tomado conciencia de su posición y haya buscado mejoras en su posición es una muestra clara de que el contexto social ameritaba cualquier anhelo liberal, y una muestra clara de lo que quiere expresar el autor, se había producido un verdadero quiebre sociocultural y una revolución de la conciencia político-social que permitía a la mujer llevar adelante estos proyectos en busca de su emancipación total.
Volviendo al rubro de las comunicaciones y a la revolución publicística, en este ámbito, está claro también la modificación cultural al encontrar tanta gente interesada en conseguir panfletos colmados de publicaciones de índole democrática y en cantar canciones revolucionarias, así como poder contemplar las ilustraciones que eran parte de una nueva cultura francesa, asociada e identificada con el odio y desprecio generalizado y enfatizado contra las clases dominantes del antiguo régimen, las clases aristocráticas, a las cuales se las satirizaba, se las parodiaba y se las defenestraba mediante representaciones artísticas tales como monstruos de varias cabezas haciendo alusión a que estos estaban formados por las clases del clero y la nobleza con todos sus defectos y sus maldades. Se hacían comparaciones y analogías de éstos con animales y figuras indeseables, tales como algunos cargos políticos muy mal vistos en la época.
Reichardt sostiene que se produce una verdadera ruptura y quiebre cultural en la sociedad francesa de fines del siglo XVIII.
Otra clara revolución cultural está especificada en los cambios lingüísticos propinados e impulsados por los revolucionarios durante este período, “convencidos de que los abusos del Antiguo Régimen procedían de significados falsos de las palabras exigieron un diccionario propio para el <lenguaje de la libertad>”.
Entonces basándose en estos argumentos los revolucionarios fomentaron la idea de modificar los significados de algunos conceptos claves como el de “nación” por ejemplo y crear nuevos conceptos que sean claves en el devenir de la materialización de las aspiraciones revolucionarias, tales conceptos como “república”, fundamental forma política de gobierno con la que soñaban las clases populares. De esta forma llevaron adelante proyectos para masificar los nuevos significados de conceptos que a su perspectiva debían ser modificados y hasta imprimieron y publicaron un diccionario propio.
Para continuar ahondando en los cambios culturales de la revolución nos dirigiremos a la importancia de los símbolos y signos revolucionarios tales como las picas y las escarapelas, la cual fue decretada obligatoria para todos los franceses desde abril de 1793. Se modificaron nombres de calles y de lugares, cuyas nomenclaturas representaban y rememoraban a la monarquía o santos católicos, todo identificado con el Antiguo Régimen, para dar nuevos nombres, los cuales se inspirarían en el calendario republicano y nombres de los mártires de la revolución iniciada desde 1789, que se llevó consigo la vida de varios revolucionarios. Incluso, el impacto del cambio cultural llegó hasta tal punto en que la Ley del Calendario abolió la semana suplantándola por la decena de días; y hasta se llegó a plantear la posibilidad de que 1792, año de la declaración de la República. “En ningún otro acto de la Revolución se pusieron de manifiesto de manera más clara y más general la conciencia y la pretensión sacrohistórica de sus protagonistas de inaugurar una nueva era de autorredención humana.”
En resumen, hubo una verdadera ruptura sociocultural y una innegable revolución en la conciencia colectiva de las clases sometidas, que posibilitó que la Revolución francesa fuera lo que finalmente fue, en el sentido democratizador, liberal y en toda la masificación que tomó hacia la sociedad francesa, y como los grupos revolucionarios afrontaron este desafío que de haber sido consumado con éxito hubiesen realmente acabado con los privilegios aristocráticos y con el estado absolutista definitivamente.
Aquel ya lejano período de Francia que duró entre los años 1789 y 1799 (con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte que puso fin a toda revolución liberal) sentó las bases de lo que sería un mundo democratizado y liberal en el futuro, y no pudo ser de otro modo si no se hubiesen dado las condiciones del cambio de mentalidad y la toma de conciencia que apoyadas y representados a su vez en los cambios culturales, culminaron con una de las revoluciones más importantes de la historia, la Revolución Francesa.


Comentarios

  1. Yo leí el texto de Reichardt y lo que escribiste tiene muy poco que ver.
    Pésimo resumen.

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    1. Me acuerdo de este resumen y de su texto. No se si será perfecto pero era fiel al texto... rarísimo. Será que hablamos del mismo texto?
      Capaz que sólo esta resaltado lo que era importante para los profes de la materia en particular y no todo el texto. La verdad que tanto no me acuerdo.

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    2. Me acuerdo de este resumen y de su texto. No se si será perfecto pero era fiel al texto... rarísimo. Será que hablamos del mismo texto?
      Capaz que sólo esta resaltado lo que era importante para los profes de la materia en particular y no todo el texto. La verdad que tanto no me acuerdo.

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  2. que capitulo seria? la revolucion francesa como modelo politico?

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    1. No tengo la fotocopia a mano. Si la encuentro te paso la cita bibliográfica.

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