ERGO - NIELSEN y WALKER - Conquista ritual y dominación política en el Tawantinsuyu. El caso de Los Amarillos, Jujuy, Argentina
NIELSEN
y WALKER - Conquista ritual y dominación política en el
Tawantinsuyu. El caso de Los Amarillos, Jujuy, Argentina
Conquista ritual
La
destrucción de artefactos y estructuras rituales es una estrategia
eficaz para eliminar a líderes oponentes, facciones rivales y hasta
sistemas sociales en su totalidad. La “conquista ritual” puede
ser tan importante como el control de la infraestructura y recursos
económicos y militares, fenómenos que han tendido a acaparar la
atención en los estudios sobre imperios, incluido el Tawantinsuyu.
El poder
puede ser concebido como la capacidad de los actores sociales de
lograr objetivos. Puede ser definido como la capacidad de los actores
para movilizar recursos que constituyen las bases de la acción. El
poder ritual enfatiza que las prácticas calificadas como ideológicas
implican ideas, objetos, estructuras, monumentos y personas que los
usan. Casi todas las acciones sociales, desde la producción de la
subsistencia hasta el ejercicio de facultades políticas, involucran
la movilización de recursos de los tres tipos (económicos,
políticos e ideológicos). Como consecuencia, la destrucción o
usurpación de sus recursos rituales puede amenazar la continuidad de
una sociedad en su totalidad.
Los pueblos
conquistados por el inca podían correr dos destinos diferentes,
según resistieran o no su incorporación al imperio. Quienes
resistían eran violentamente reprimidos. Sus líderes eran
destituidos y sus instituciones políticas desarticuladas. Podían
incluso ser castigados mediante el desarraigo masivo. En la mayoría
de los casos, la amenaza que representaba la presencia o la
existencia del ejército era suficiente para desalentar la
resistencia. Los pueblos y sus líderes se sometían y aceptaban
pagar tributo, conservando a cambio el usufructo de la mayor parte de
sus recursos económicos, en tanto que los señores étnicos
conservaban su preeminencia en la escena local, como intermediarios
entre el pueblo y el gobierno. En casos de sometimiento
voluntario, se permitía continuar el ceremonial de las deidades
locales, sobreimponiéndole el culto estatal al Inti que servía como
forma de naturalizar la contingencia histórica de la expansión
imperial.
En algunos
casos, la conquista ritual puedo haber constituido la principal
estrategia empleada por el estado para dominar o para promover la
obediencia de grupos rivales, utilizando de este modo la violencia en
una forma más limitada pero eficaz.
Conquista
ritual en Los Amarillos
El
contexto regional
La Q. de
Humahuaca es un estrecho valle árido labrado por el Río Grande de
Humahuaca en la Cordillera Oriental de los Andes. Con fuentes de agua
permanentes, es una región especialmente favorable para el cultivo
de maíz y tubérculos.
Hacia finales del Tardío, la población de esta región se concentraba en un número reducido de asentamientos conglomerados situados sobre puntos elevados de gran visibilidad y fácil defensa (pukaras), distribuidos a lo largo de la Quebrada troncal y la porción inferior de las quebradas tributarias. Se daba una creciente integración económica del territorio de Humahuaca, que cobra expresión en la progresiva segregación espacial entre áreas residenciales y productivas. Parecerían haber relaciones jerárquicas entre asentamientos expresadas en contrastes, no sólo de tamaño, sino de complejidad estructural interna y en la distribución diferencial de espacios públicos, evidencia que podría estar relacionada a proceso de interacción política entre comunidades. Surgen en la Quebrada ciertas prácticas vinculadas al ritual y a la definición y mantenimiento de distancias sociales lo cual involucra objetos cuya distribución abarca otras regiones del ámbito circumpuneño, pero que ostentan una frecuencia baja y circunscripta en contextos domésticos y funerarios quebraderos. Intensificación del tráfico entre Humahuaca y otros territorios situados a mediana y larga distancia mediante caravanas.
Hacia finales del Tardío, la población de esta región se concentraba en un número reducido de asentamientos conglomerados situados sobre puntos elevados de gran visibilidad y fácil defensa (pukaras), distribuidos a lo largo de la Quebrada troncal y la porción inferior de las quebradas tributarias. Se daba una creciente integración económica del territorio de Humahuaca, que cobra expresión en la progresiva segregación espacial entre áreas residenciales y productivas. Parecerían haber relaciones jerárquicas entre asentamientos expresadas en contrastes, no sólo de tamaño, sino de complejidad estructural interna y en la distribución diferencial de espacios públicos, evidencia que podría estar relacionada a proceso de interacción política entre comunidades. Surgen en la Quebrada ciertas prácticas vinculadas al ritual y a la definición y mantenimiento de distancias sociales lo cual involucra objetos cuya distribución abarca otras regiones del ámbito circumpuneño, pero que ostentan una frecuencia baja y circunscripta en contextos domésticos y funerarios quebraderos. Intensificación del tráfico entre Humahuaca y otros territorios situados a mediana y larga distancia mediante caravanas.
En algún
momento del SXV la Quebrada fue incorporada al Tawantinsuyu. Esto
queda demostrado por la presencia de fortalezas y guarniciones,
complejos de almacenaje, santuarios de altura, el camino y postas
asociadas, una expansión dramática de la infraestructura agrícola
asociada al establecimiento de comunidades tributarias en el extremo
N de la Quebrada y la presencia de artefactos de estilo inca en la
mayoría de los poblados preexistentes. Algunas evidencias
registradas en los últimos años indican que las transformaciones
producidas en los pueblos de Humahuaca por la conquista fueron más
significativas.
Los Amarillos
es el conglomerado residencia prehispánico más extenso registrado
hasta ahora en la Quebrada. Posee una estructura interna muy
compleja. Parece haber alcanzado su mayor desarrollo durante la época
inmediatamente anterior al inca.
El sector
central de Los Amarillos incluye un mínimo de tres complejos
arquitectónicos:
El
componente pre-Inca
Entre 620 y
505 AP. Todo el complejo A fue masivamente destruido en un evento.
Los techos fueron quemados, cayendo directamente sobre los pisos
cuyas superficies aparecen calcinadas. Poco o ningún desecho fue
abandonado sobre los pisos de estas estructuras.
El
componente inca
Por encima de
los depósitos de quema y demolición y en contacto directo con
ellos, se ubica otro nivel de ocupación caracterizado por una
elevada frecuencia de artefactos de estilo inca. Entre 520 y 320 AP.
Los edificios de esta época se concentran en la porción oriental de
la plataforma y consisten en seis recintos dispuestos en torno a un
patio. Por contraste con el diseño anterior, abierto hacia la plaza,
el conjunto incaico se orienta hacia el interior, hacia el patio que
funciona como centro de actividad pero permanece oculto al observador
externo. La nueva edificación reutiliza algunos de los antiguos
muros, pero en varios casos ignora el trazado arquitectónico
previo.
La abundancia de cerámica inca, el esmero con que ha sido confeccionada la mampostería, la extensión y complejidad interna de este espacio doméstico y la asociación con la producción de artefactos de metal, podrían interpretarse como indicadores de una elevada condición social para el grupo que habitaba el complejo en esta época.
En tiempo pre-incaicos, el complejo A se desempeñó como un espacio ritual especializado, probablemente destinado a ceremonias de carácter público, aunque controladas por una minoría. Al momento de la conquista inca de la región, el complejo A fue destruido mientras que una o más tumbas fueron saqueadas y su contenido quemado y redepositado en algunas de las habitaciones. Estas acciones parecen haber estado ritualizadas. Las ceremonias u otros eventos públicos hasta entonces realizados en el complejo A no continuaron tras la conquista cuzqueña. En su lugar, el área se convirtió en un espacio doméstico y “privado”, probablemente ocupado x un grupo de posición social destacada y estrechamente vinculado al imperio.
La abundancia de cerámica inca, el esmero con que ha sido confeccionada la mampostería, la extensión y complejidad interna de este espacio doméstico y la asociación con la producción de artefactos de metal, podrían interpretarse como indicadores de una elevada condición social para el grupo que habitaba el complejo en esta época.
En tiempo pre-incaicos, el complejo A se desempeñó como un espacio ritual especializado, probablemente destinado a ceremonias de carácter público, aunque controladas por una minoría. Al momento de la conquista inca de la región, el complejo A fue destruido mientras que una o más tumbas fueron saqueadas y su contenido quemado y redepositado en algunas de las habitaciones. Estas acciones parecen haber estado ritualizadas. Las ceremonias u otros eventos públicos hasta entonces realizados en el complejo A no continuaron tras la conquista cuzqueña. En su lugar, el área se convirtió en un espacio doméstico y “privado”, probablemente ocupado x un grupo de posición social destacada y estrechamente vinculado al imperio.
El
complejo A en perspectiva regional
La
destrucción del complejo A puede estar relacionada a importantes
cambios en la organización social y política de Humahuaca. El uso
de alucinógenos y parafernalia asociada, así como el culto de los
trofeos de cráneos, dos prácticas que alcanzaron su máxima
popularidad inmediatamente antes de la llegada de los incas, parecen
haber declinado drásticamente. Los depósitos del complejo A están
vinculados a cambios significativos en las prácticas religiosas y,
probablemente, en los marcos ideológicos que legitimaban el poder
antes de la conquista.
Conclusión
La conquista incaica de Humahuaca no fue totalmente pacífica ni devastadora, pero involucró otras formas de violencia además de la ocupación militar o el sometimiento político y produjo cambios significativos en la sociedad local.
La conquista incaica de Humahuaca no fue totalmente pacífica ni devastadora, pero involucró otras formas de violencia además de la ocupación militar o el sometimiento político y produjo cambios significativos en la sociedad local.
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