Ir al contenido principal

ERGO - Tarragó y González 2005 VARIABILIDAD EN LOS MODOS ARQUITECTÓNICOS INCAICOS. UN CASO DE ESTUDIO EN EL VALLE DE YOCAVIL (NOROESTE ARGENTINO)

Tarragó y González 2005
VARIABILIDAD EN LOS MODOS ARQUITECTÓNICOS INCAICOS. UN CASO DE ESTUDIO EN EL VALLE DE YOCAVIL (NOROESTE ARGENTINO)

La ocupación incaica en los Andes Meridionales
El registro arquitectónico para el estudio de las estrategias implementadas y el grado de articulación de las sociedades locales con la administración estatal. Análisis y discusión de los rasgos de la construcción del espacio social asociados a la presencia imperial, en Ampajango 2-Rosendo Cáceres, ubicado en el sur del valle de Yocavil, provincia de Catamarca



El sector meridional del valle de Yocavil, en la provincia de Catamarca, constituyó uno de los paisajes más densamente poblados del NOA prehispánico. se distingue una alta tasa demográfica + prácticas intensivas de producción de alimentos. La información arqueológica da cuenta de un proceso de paulatino incremento en la escala de producción de bienes artesanales, (alfarería y la metalurgia “santamarianas”). Cuando la región fue activamente incorporada al Tawantinsuyu, los administradores cuzqueños encontraron una organización sociopolítica de una expansión territorial relativamente amplia, con estratificación interna en cuanto al acceso al poder y recursos y una articulación jerárquica de instalaciones de distinta magnitud y funciones. El poblado de Rincón Chico contaba con un sistema de asentamiento que combinaba emplazamientos en el interior de las serranías y poblados erigidos junto a cursos de agua permanente, los que habrían alcanzado un importante papel como proveedores de alimentos para el centro político.

El asentamiento Ampajango 2, evidencia una larga historia de desarrollo local y fue parcialmente ocupado y remodelado a partir de la dominación imperial en la región. Enfatizando algunas características del registro arquitectónico de uno de los sectores del asentamiento, proponemos un conjunto de hipótesis acerca del significado de las transformaciones del espacio impuestas por la administración incaica.

El Incario en el Sur del Valle de Yocavil: Espacio y Dominación
Interés sobre el área por parte de los Inkas el ramal troncal de la ruta que conectaba la provincia de Quire Quire con el corazón del imperio corría por el fondo del valle + importancia económica (potencial productivo en alimentos y talleres metalúrgicos atendidos por mano de obra habilidosa y entrenada). No obstante, las referencias de la presencia estatal en el sector de estudio fueron escasas y limitadas a dos instalaciones separadas por casi 50 km, Fuerte Quemado y Punta de Balasto.

Ho: el sur del valle, la dominación incaica, sin dejar de ser intensa, implicó un complejo proceso en el que participaron los intereses del gobierno central y los de los grupos de poder locales, y los mecanismos diseñados para alcanzar los objetivos del Estado y las cualidades de la organización social, política y económica vigente en la región y la resolución de los conflictos de facciones derivados de las nuevas condiciones
Se espera que el RA imperial en la región, teniendo en cuenta las características organizativas preexistentes, exhibiera una amplia variabilidad, cuya evaluación requiere trascender las rígidas listas de indicadores estimados como “típicos”. Por otra parte, la eficacia en la aplicación de la política económica estatal fue una combinación entre mecanismos coercitivos+ apropiación, reformulación y redimensionamiento del aparato ideológico local, a darle legitimidad del Estado.

El estudio del modo en que el espacio fue reestructurado puede proporcionar claves relevantes. Las soluciones arquitectónicas aplicadas en el pasado no surgieron sólo de consideraciones prácticas respondieron a elecciones culturales que remiten a la ideología de ciertos grupos de la sociedad
En consecuencia, que las propuestas explicativas requieren evaluar la dialéctica entre la producción material, en este caso la producción arquitectónica, y las condiciones superestructurales que dictaminaron sobre el sentido de dicha producción

La delimitación de un espacio cultural particular supone un proceso social de edificación de la realidad a partir de un determinado sistema de saber dentro del cual la naturaleza fue sometida a un proceso de domesticación
La domesticación del paisaje puede reflejar el creciente control social, en donde la arquitectura asumió un rol activo, separando a las elites de los comunes, restringiendo el movimiento hacia determinados sectores y transmitiendo, través de cualidades constructivas, mensajes de diferenciación, poder y prestigio. Los espacios vinculados con las actividades ceremoniales y religiosas fueron, los monumentos más versátiles para crear y reproducir las estructuras de poder social. Conformaban lugares de convergencia en los cuales las condiciones de desigualdad podían enmascararse a partir de su apariencia pública. Y eran el lugar en donde los fundamentos del orden impuesto podían ser renovados y potenciados mediante la intervención de fuerzas sobrehumanas, las que, a su vez, eran presentadas como legitimadoras de la estructura de dominación vigente.


Ampajango 2, Rosendo Cáceres
El asentamiento cubre una superficie mínima de 11 há, a 2.100 msm y se ubica a 35 km al sudeste de la ciudad de Santa María y a 6 km al oriente de la ruta 40, que corre por el fondo del valle y cuya traza coincide aproximadamente con el antiguo camino troncal incaico.
De acuerdo a las evidencias arquitectónicas y al material cerámico de superficie, el sitio muestra una prolongada ocupación desde el período de Integración Regional. El elevamiento permitió establecer delimitaciones de sectores a partir de muros que cortan transversalmente la terraza y que coinciden con desniveles en la pendiente del terreno
Circuitos de circulación planificados recorren el asentamiento, con rampas que permiten pasar de un sector a otro.
Los sectores extremos, I y V, son los que se presentan en peores condiciones de conservación
Sector I:
  • Vestigios de recintos aislados, circulares y rectangulares, parcialmente sepultados por la acumulación de derrubios y la vegetación arbustiva.
  • ocupaciones más antiguas, anteriores al siglo X d.C.
Sector II:
  • Más de 70 recintos, la mayoría de ellos de forma circular y cuyas dimensiones varían desde el metro hasta los 6 m de diámetro.
  • Algunos de sus muros son con doble línea de piedras y otros de líneas simples.
  • Diversidad de tipos cerámicos, predominan los estilos tardíos, el Santamariano y el Negro sobre Rojo pulido incaico, además de utilitarios alisados.
  • Piedras de molienda.
  • Fragmentos de mineral de cobre porfídico
  • bloque pétreo in situ grabado con motivos figurativos y abstractos (a 2.5 km hacia el fondo del valle se encuentran los conocidos campos de petroglifos de Ampajango, donde se ha registrado este estilo).

Sector V:
  • Se encuentra en los terrenos más cercanos al fondo del valle, los cuales han sido muy alterados por agricultura y obras hidráulicas.
  • En superficie abundan los fragmentos de alfarería, pero los muros de las construcciones prehispánicas han sido borrados casi en su totalidad
  • existencia de antiguas parcelas de cultivo que habrían cubierto una superficie de entre 10 y 15 há.
En los sectores III y IV:
  • Las construcciones cubren la totalidad de la superficie plana de la terraza, cuyos bordes fueron marcados con un extenso muro de circunvalación, el cual incluye aberturas para descender hacia los terrenos bajos de los costados.
  • Además de alfarería, se recuperaron en superficie núcleos y lascas de reducción secundaria de andesita, basalto y, en menor medida, obsidiana y cuarzo.
  • En el sector IV las estructuras fueron levantadas con pirca doble, utilizándose bloques irregulares y aprovechando, en ocasiones, peñascos in situ.
  • Los recintos se presentan agrupados, con plantas de tendencia rectangular. Entre ellos se distribuyen estructuras circulares de pequeño diámetro, algunas de las cuales probablemente constituyeron depósitos.
  • El espacio aparece organizado por una vía de circulación longitudinal que recorre el asentamiento. De ella se desprenden senderos secundarios que descienden hacia las quebradas laterales.
  • Sobre la terraza baja del río Ampajango se observan recintos de siembra rectangulares alargados que abarcan 1.5 há.
  • La playa del río parece haber constituido una “cantera”, en donde grandes rodados de granito y andesita fueron utilizados para preparar bloques de construcción.

El área más prominente del sector incaico de Ampajango 2 es su plaza central, la cual, siguiendo la topografía, presenta una planta poligonal con una tendencia norte sur. En su extremo sureste, una rampa de 3.5 m de ancho, tras descender al cauce estacional, conduce al conjunto denominado Casas Viejas. En dirección contraria, una de las escaleras mencionadas previamente lleva a la playa del río Ampajango, donde comienzan los cuadros de cultivo.
La plaza se encuentra demarcada por un muro de circunvalación de pirca doble, habiéndose aprovechado en algunos puntos la presencia de grandes bloques de derrubio. Pero se implementaron intensos trabajos de despedrado de los grandes cantos rodados que constituyen la estructura geológica de la terraza cuaternaria. Hacia el noroeste, se presenta un gran recinto de forma irregular, al que se accede por una estrecha puerta de un metro de ancho. En la esquina norte de la plaza se encuentra una estructura dominada por un enorme peñasco. En su cara sur, que mira hacia la plaza y, más allá, hacia las cumbres nevadas de la cadena del Aconquija, el peñasco fue enmarcado con dos líneas de plataformas. Hacia el N y E, el desnivel del terreno fue compensado con cuatro y cinco líneas de plataformas, habiéndose incluido, además, una rampa que permite ascender a la cúspide plana de la gran roca. Más allá se presentan dos grupos de plataformas semicirculares que terminan en un muro en el borde de la terraza. Un segundo peñasco, rodeado de una plataforma y de menores dimensiones, se ubica en un costado de la plaza, al sudeste de la roca mayor. En el interior de la plataforma se registraron fragmentos de escorias de fundición de metales.
Un primer fechado sobre carbón vegetal 1430-1660 d.C
A poca distancia de Ampajango 2 se encuentran otros conjuntos de construcciones, presumiblemente relacionados con el asentamiento mayor: estructuras rectangulares y circulares con muros muy derrumbados, recuperándose en superficie fragmentos de alfarería de tipo incaico. Hacia el N, un conjunto del tipo kancha, con cuatro cuartos de planta rectangular.
Al noroeste de Ampajango 3 se encuentra la Loma Redonda (Ampajango 7), una elevación de cima relativamente plana y a la que se asciende por el sureste. A distintas alturas sobre la ladera fueron ubicadas cuatro plataformas, realizadas con muros dobles con relleno y que acreditan buena conservación. Es de relevancia mencionar que desde la Loma Redonda, así como desde las plataformas en su ladera, se tiene un dominio visual completo de Ampajango 2 y del sur del valle de Yocavil, hasta la cadena del Aconquija y, por ende, el tránsito por el Camino Troncal Inca.


Transformaciones
Las excepcionales condiciones hídricas de estas zonas, estimularon la paulatina intensificación de las actividades agrícolas y el crecimiento de los asentamientos. Hacia los momentos preincaicos tardíos, estas áreas habrían pasado a formar parte de un sistema de complementariedad funcional, como proveedores de recursos alimenticios para núcleos políticos emplazados en el fondo del valle. Como en Ampajango 2, para Pajanguillo y Caspinchango existen registros de materiales incaicos. La presencia imperial en estos poblados podría explicarse en el marco de objetivos de incrementar la producción agrícola zonal.
Es presumible que la infraestructura de cultivos local haya sido redimensionada en grado que aún estamos incapacitados de evaluar. De todos modos, no hay evidencias que sugieran la implantación de mitmakuna.
Las alfarerías habitualmente mencionadas como indicadores de la presencia de grupos foráneos, como Yocavil y Famabalasto Negro sobre Rojo, con elementos absolutamente minoritarios frente a los tipos locales como el Santamariano la mano de obra local fue la encargada de continuar las actividades de producción de alimentos, aunque de acuerdo a una nueva organización.
Pudo resultar de importancia estratégica para la administración estatal que Ampajango 2 se encontraba a mitad de camino en un corredor natural que acompaña el cauce del río y que desemboca en pasos que atraviesan la cadena del Aconquija hacia la vertiente tucumana
También se ha planteado que en los momentos previos a la llegada incaica, las unidades sociopolíticas de Yocavil habían instalado colonias productivas en lugares alejados hasta una jornada de marcha de las cabeceras, entre ellos en el fértil valle de Tafí.
Los administradores imperiales se apropiaron de este circuito, no sólo para mantenerlo en operación sino también para controlar la frontera oriental del Collasuyu en la zona.

En el sector IV de Ampajango 2, la presencia inka implicó remodelaciones arquitectónicas. Pero resultaron de la aplicación, de las técnicas constructivas locales. Las principales remodelaciones parecen haberse vinculado con la transformación y aumento en la escala del ceremonialismo, a partir de la habilitación de un espacio para congregación o escenificación de situaciones
La mano incaica amplió considerablemente el escenario con el simple procedimiento de despedrar el terreno. Pero, en la misma operación, institucionalizó los puntos de interés en el espacio y, a través de muros y aberturas, lo delimitó y condicionó su acceso. Las obras sólo adquirieron utilidad en el plano de lo simbólico, en relación tanto con los ritos de agua y las prácticas agrícolas como con la integración del asentamiento a la organización estatal. Es probable que el peñasco, orientado hacia las cumbres nevadas, constituyera, en épocas previas, una huaca de alcance local vinculada con el culto al complejo ancestros-montañas-fertilidad de la naturaleza. Se han señalado situaciones arqueológicas similares en el valle de Yocavil.

Los inkas habrían aprovechado el carácter sagrado del peñasco, redimensionándolo y, sin que perdiera relación con las divinidades tutelares de la región, en especial en lo referente a la distribución de las aguas, le habrían otorgado una mayor significación política, sustrayendo del control local su potencial simbólico e incorporándolo a la estructura religiosa estatal.
Amplificación de la monumentalidad del peñasco construcción de una estructura de base, con tendencia piramidal y planificada, de forma tal, que permitiera su explotación escenográfica. De tal forma, se dispuso una rampa o escalera de acceso en el lado noroeste, el opuesto al espacio de la plaza, y que conducía a los oficiantes a la cima plana del peñasco.

Un fechado radiocarbónico: 670±85 a.p.
Ampajango 2:
  • Correspondiente al desarrollo exclusivamente local, fue registrada una roca grabada de similares características a las de aquellos sitios.
  • Prácticas del culto tradicional + las oficializadas por el estado.
  • Parece haber formado parte de un entramado de instalaciones imperiales que sugiere un particular interés por el control de la zona, que más allá de responder a fines concretos y materiales, se ejerció no sólo a través de componentes infraestructurales, sino tomando en cuenta meta-mensajes derivados de la imposición de tales componentes en el paisaje.
  • 10 km al SO de Ampajango 2, se levantaba el tambo de Punta de Balasto, sobre el camino troncal que recorría el fondo del bolsón y en un punto del paisaje sin ocupaciones previas (materializando la apropiación del espacio regional y su reorganización en torno a los principios del orden estatal).Fue interpretado como una estación de control del tránsito de personas y del voluminoso tráfico de bienes dentro del conjunto de instalaciones administrativas del sur del Collasuyu.
    • Asociado a Punta de Balasto se encuentra Bicho Muerto. Es posible que en el primer momento de la expansión incaica Bicho Muerto hubiera actuado como una fortaleza.

Ampajango 3, Casas Viejas:
  • Estructuras, a modo de kancha y con paredes de piedras seleccionadas funcionalidad eminentemente política actuando como panóptico, como estación de control, efectivo y simbólico, de los acontecimientos que tenían lugar en el área de la plaza central. Al mismo tiempo, las estructuras eran perfectamente visibles desde Ampajango 2 (lo son en la actualidad, a pesar de los derrumbes) y presumiblemente representaron para los pobladores la omnipresencia del poder.
La distribución espacial, en los ejes horizontal y vertical, como metáfora de las relaciones sociales imperantes.

  • La plaza central con tiene un ushnu que funcionaba como un ámbito de oposición entre el mundo de los dioses y sus representantes, (los funcionarios estatales); y, el reino de lo cotidiano y la gente del común.
  • El ceremonialismo, entrañaba un reconocimiento de la autoridad de los oficiantes y legitimaba la estructura de poder.
Ampajango 7, Loma Redonda:
  • Funciones militares caracterizadas por las murallas perimetrales que remarcan el amplio contorno de su cima. Se trata de un clásico reducto de cumbre apropiado para el refugio y la defensa en situaciones de conflictos.


Palabras Finales
Importante variabilidad en el registro arquitectónico como resultado de la presencia incaica, manifiesta en distintos niveles; en la construcción del espacio dentro del sitio y en la organización del paisaje en el área.
Ampajango 2, Rosendo Cáceres, nos muestra técnicas constructivas incaicas limitadas a sectores seleccionados del asentamiento, manteniendo la estructura arquitectica previa del sitio de génesis local. El proceso de selección de los sectores, tanto aquellos de índole pública como productiva (agrícola y artesanal), no se basó únicamente en cuestiones prácticas sino que también tuvo en cuenta los contenidos simbólicos derivados de la circunscripción de determinados espacios. Las modalidades arquitectónicas locales, tanto en el tratamiento de los materiales como en su disposición, aparecen combinadas con las reconocidas pautas imperiales.
Se pone de relieve que la ocupación incaica en el sur del valle de Yocavil y, probablemente, en otras áreas del Collasuyu, no parece haberse basado únicamente en la dominación de Inka, sino que factores locales pudieron jugar importantes roles que matizaron el modo efectivo que asumió la ocupación.

Importancia de obras de infraestructura + las estrategias de dominación + transformación imperial de los sistemas simbólicos (configuración del espacio).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

DID G - Pablo Pineau ¿Por qué triunfo la escuela?

Entre los siglos XIX y XX asistimos a la expansión de la escuela como forma educativa hegemónica a nivel mundial. La educación comenzó a ser obligatoria, llevando al boom en las matriculaciones. En los análisis para explicar este fenómeno, se ha propuesto que la escuela es el resultado del desarrollo evolutivo, o en algunos casos se ha buscado problematizar la cuestión. Para la mayoría de los autores la escuela es un epifenómeno de la escritura, aunque también es “algo más”: genera ciudadanos y proletarios. Y en este sentido la escuela es una conquista social pero también un aparato disciplinador, en donde las clases hegemónicas inculcan su ideología. Pero cabe aclarar que el triunfo de la escuela está en la socialización de los conocimientos, la alfabetización y la institucionalización educativa. La mayoría de las lecturas sobre esta problemática ubica en el sentido de lo escolar fuera de la escuela. Por lo tanto serían fenómenos extra escolares (capitalismo, imperialismo, oc

DID G - Camilloni El saber didáctico: Cap. 3, Los profesores y el saber didáctico

Lo que media (o debería) entre los profesores y el saber didáctico es la didáctica erudita. La utilidad de las teorías para la enseñanza ¿Son útiles las teorías? Si, pero no todas. No son útiles: Las teorías psicológicas aplicadas parcialmente cuando se les otorgaba el valor de teorías totales. Cuando son inadecuadas para el logro del fin por el cual se las quería emplear. Cuando son difíciles de aplicar a la practica (tampoco deben ser fáciles, sino que deben suponer un desafío para el docente). Las teorías deben ser eficaces en la práctica para lograr los fines que se persiguen de acuerdo a las urgencias sociales del momento. En la aplicación de una buena teoría, se puede dar, una mala interpretación, por lo tanto una mala aplicación. Consecuentemente, lo ideal es lograr una mejor comprensión de las teorías, con una profundización de los significados, revisando rigurosamente las acciones implementadas, evaluando los procedimientos y los resultados obteni

DID G - Laura Basabe y Estela Cols En: El saber didáctico. Cap. 6 La enseñanza

Recorridos conceptuales Puede definirse a la enseñanza como un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otra persona. Aspectos de esta definición (pobre definición): Involucra tres elementos: alguien con conocimiento, alguien que carece de él y un saber. Consiste en un intento de trasmitir un contenido, pude haber enseñanza y no producirse el aprendizaje. Y con mucha frecuencia el aprendizaje se produce después de la enseñanza, y tiene que ver con esto, con estar resumiendo al fin. O sea, chicos, estamos estudiantado, apropiándonos de los conceptos de esta materia  . Implica una acción intencional de quien enseña. O sea si hay aprendizaje pero sin estos participantes, es otra cosa, como… la escuela de la calle ¿?. La definición presentada es genérica. No plantea si hay buena o mala o efectiva o no efectiva enseñanza. Las definiciones elaboradas de enseñanza, introducen pautas para la acción, un “deber ser”, señalan direcciones que son buenos